Para muchos el tango es cosa del pasado. Sin embargo, en Rosario los jóvenes recogieron el guante y decidieron reivindicar y transformar esta tradición bien argentina. La Máquina Invisible es uno de los conjuntos musicales que dan esa batalla desde el presente y hace más de una década. Este sábado 13, a las 21, presentan su nuevo disco en el Centro Cultural Atlas (Mitre 645), después de una exitosa gira europea.
El grupo rosarino presenta "La Máquina Invisible II", su tercer material de estudio, que se podrá escuchar completo desde el próximo viernes, y del cual adelantaron tres singles: "21", "Infranqueable" y "Orgullo Criollo" (de Pedro Láurenz y Julio De Caro). “Son todos temas instrumentales, continúa la lógica del primer disco lanzado en el 2017. Hay composiciones nuestras, música de raíz tanguera pero con una influencia notable del jazz y la música clásica. Vamos y venimos entre la tradición y lo disruptivo”, relata en diálogo con La Capital Pablo Galimberti, compositor y violinista del grupo.
Quien asista el sábado no solo se encontrará con composiciones originales sino también con reversiones de tangos clásicos. “En el tango tienen mucha importancia los arreglos de tangos ya conocidos. Le imprime una faceta nueva al tema”, señala Galimberti en este sentido.
El quinteto nació en el 2013 y sus integrantes tienen hoy entre 21 y 28 años. Su puerta de entrada al tango fue Astor Piazzolla y a partir de allí recorrieron un camino de influencias variadas, entre el tango tradicional, el jazz, la música clásica y hasta el rock de los setenta y los ochenta. Manuel Martínez Serra (piano y composición), Guido Gavazza (bandoneón y composición), Pablo Galimberti (violín), Facundo Jaimes (guitarra eléctrica) y Mauro Rodriguez (contrabajo) conforman el grupo, que se encuentra en una etapa consagratoria tras más de diez años de experiencia.
En la presentación del disco, contarán además con artistas invitados: la noche la abrirá el Dúo Cucuza Castiello y Juan Pablo Gallardo, músicos de la ciudad de Buenos Aires. Según adelantaron, junto a La Máquina participarán de algunos temas los músicos rosarinos Pablo Devadder (saxo alto), Samuel Iwanczuk (trompeta) y Yamil Mohadile (trombón).
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Tango rosarino en Europa
La Máquina Invisible viene de una primera gira exitosa en Europa, con promesas de retorno. Alemania, Bélgica, Francia, Holanda, Italia y Suiza fueron los países que recorrieron durante 40 días, en los que dieron 22 conciertos en 16 ciudades. Acorde al relato de Galimberti, en el viejo continente el tango se disfruta a puro baile: las milongas pueden llegar a ser verdaderamente multitudinarias y los bailarines notoriamente habilidosos.
“Tocamos sobre todo en milongas y tangos bien clásicos. En Trieste la milonga fue muy concurrida. Había 200 personas. Los italianos entienden el tango más como lo entendemos nosotros. Eso hace que se produzca un poco de esa magia de lo milonguero, de lo nocturno”, señala el violinista. En Alemania la experiencia fue distinta. "Bailan muy bien, son buenísimos. Pero la atmósfera que se arma es bien alemana, como ellos entienden el tango. Y está bien, lo incorporan con sus especificidades", detalla.
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El tango más vivo que nunca: el quinteto rosarino presenta nuevo disco y se prepara para su próxima gira.
Lo cierto es que el género encuentra formas de expresión en muchas localidades europeas. En verano o primavera organizan festivales de tango que duran una semana y "van mil o dos mil personas". La cultura del baile está muy internalizada. "En promedio participaban 50 personas en cada milonga. Después sí, tuvimos más gente como en Trieste. Pero en general es un buen número. Fuimos a ciudades de 150 mil habitantes y se vivía muy intensamente el tango, había milongas muy seguido", apunta Galimberti.
La buena recepción y experiencia llevó al grupo a organizar una nueva gira para enero próximo. Repetirán lugares pero también incorporaron tres países más al itinerario: Austria, Dinamarca y Suecia. Lo cierto es que sus nombres ya comenzaron a resonar por las ciudades del viejo mundo y recibieron varias invitaciones para ir a tocar.
Si se mira de cerca la historia del grupo, no sorprende que hayan sido alojados con entusiasmo en otras latitudes. En sus más de diez años de carrera, La Máquina Invisible se ha posicionado como uno de los quintetos de tango más destacados de la nueva escena de la música argentina y ha recibido numerosos premios y reconocimientos. En 2017, resultaron ganadores del Primer Concurso Internacional de Nuevos Ensambles de Tango (también conocido como Primer Mundial de Orquestas de Tango, donde fueron elegidos como ganadores entre 57 orquestas de todo el mundo), que se celebró en el Centro Cultural Kirchner.
Otro disco para la historia propia
Si se mira de cerca la historia del grupo, no sorprende que hayan sido alojados con entusiasmo en otras latitudes. En sus diez años de carrera, La Máquina Invisible se ha posicionado como uno de los quintetos de tango más destacados de la nueva escena de la música argentina y ha recibido numerosos premios y reconocimientos. En 2017, resultaron ganadores del Primer Concurso Internacional de Nuevos Ensambles de Tango (también conocido como Primer Mundial de Orquestas de Tango, donde fueron elegidos como ganadores entre 57 orquestas de todo el mundo), que se celebró en el Centro Cultural Kirchner.
También en 2017, su primer álbum homónimo, y el que marca el volumen uno de “La Máquina Invisible II”, ganó el concurso del Programa de Coproducciones Discográficas de la Editorial Municipal de Rosario. En 2021, lanzaron el disco “Ciudad Malandrina” junto a Adrián Abonizio, que le puso voz a las canciones. De esta manera, delinearon el sólido camino discográfico que se consolida con el inminente lanzamiento de su tercera propuesta.
En el trabajo que presentarán el sábado, vuelven a su raíz instrumental y a combinar composiciones originales con arreglos propios de otros artistas, tal como ellos mismos adelantaron y como también confirmaron los singles: “21”, tema que abrirá el disco, es obra del pianista Manuel Martínez Serra, “Infranqueable” es de autoría del bandoneonista Guido Gavazza y el clásico “Orgullo criollo” de Pedro Láurenz y Julio De Caro (también interpretado por Osvaldo Pugliese) es un arreglo de Pablo Galimberti.