El recrudecimiento de la violencia puso recurrentemente a Rosario al tope de la agenda pública nacional. Sin embargo, una de las principales herramientas que maneja Casa Rosada para combatirla sigue teniendo a la ciudad fuera de sus prioridades. Se trata del Fondo de Integración Socio Urbana (Fisu), que a la fecha maneja proyectos por más de $222.000 millones, pero que a Rosario destina apenas el 0,7% de su presupuesto.
Hace un año, La Capital ya se había hecho eco de esta situación, cuando alertó sobre la baja participación que tenía la ciudad en el reparto de la principal fuente de financiamiento nacional para urbanizar barrios populares. Hoy el panorama es aún peor: no solo el porcentaje de fondos que captura Rosario en el total general se redujo un 20%, sino que también bajó nueve puestos en el ránking de localidades beneficiadas (del 36 al 45).
Los datos, disponibles en el portal oficial Datos Argentina, son elocuentes. A la fecha se autorizaron para Rosario 11 proyectos, que involucran partidas por $1.556.083.951,48. Esta cifra es casi cuatro veces menor de lo que recibe Resistencia, principal ciudad beneficiada por la iniciativa que maneja la Secretaría de Integración Socio Urbana (Sisu).
En mayo del año pasado, en ocasión de una de las reuniones que tuvo el intendente Pablo Javkin con el presidente Alberto Fernández, se informó que una de las medidas a implementar era "trabajar en forma coordinada para acelerar la urbanización de los barrios carenciados de Rosario".
Indudablemente las buenas intenciones quedaron meramente allí, pues no se verificaron resultados concretos, al menos en lo que refiere a proyectos vinculados al Fisu. Vale recordar que este fondo es un fideicomiso público administrado por el Banco de Inversión y Comercio Exterior (Bice), que recibe parte de lo recaudado por el impuesto País y por el gravamen a las grandes fortunas.
Muy lejos de las necesidades
Los más de $1.500 millones destinados a barrios populares de Rosario representan apenas el 0,7% de las partidas autorizadas para el conglomerado nacional. Como se mencionó antes, la que captura mayor cantidad de fondos es la capital chaqueña, a la que se destinan $5.882.027.751 (2,64% del total).
A Resistencia la siguen Formosa, San Vicente, Almirante Brown y San Miguel de Tucumán. Todas estas localidades administran proyectos por más de $5.000 millones. Apenas por detrás se encuentra la ciudad de Santa Fe, que maneja 19 iniciativas por más de $4.800 millones.
Lo particular del caso no pasa solamente por la baja participación de Rosario en el ránking nacional, sino que ello se repite a nivel provincial. Por arriba de la ciudad aparecen otras tres localidades de la bota, de poblaciones mucho más pequeñas: Reconquista, Avellaneda y Pérez.
Considerando que según el Registro Nacional de Barrios Populares existen en Rosario 38.647 familias que viven en villas o asentamientos, el presupuesto asignado a la ciudad supone poco más de $40.000 por familia, una cantidad infinitamente menor si se la compara con el resto de las localidades santafesinas presentes en el programa. El dato queda en evidencia en el siguiente gráfico:
Por la naturaleza del programa oficial, los proyectos pueden ser presentados por gobiernos (locales o provinciales), cooperativas u organizaciones sociales. El panorama es variopinto según la localidad analizada, por lo que no puede realizarse una conclusión categórica respecto de si suelen priorizarse las carpetas de los municipios/provincias o las de las entidades intermedias.
Amén de esa dificultad, lo que sí puede advertirse a las claras es que Rosario resulta discriminada en el reparto de fondos. Al igual que lo sucedido con los fondos para seguridad, los datos oficiales muestran que por fuera de las declaraciones y promesas, Nación sigue aportando poco para mitigar el problema de la violencia.