Eppur si muove. Más allá de la evidente parálisis que registra la obra del Hospital Regional Sur, el 2022 puede traer novedades. A través de una reciente resolución del Ministerio de Obras Públicas, la provincia contratará una consultora que redacte la licitación para dotar de cloacas al hospital y su entorno, vital para su futuro funcionamiento. Desde la Casa Gris prevén que completar el proyecto iniciado por el socialismo requiere hoy más de 10.000 millones de pesos.
Presentado durante la gestión del ex gobernador Hermes Binner, el Hospital Regional Sur comenzó a construirse en junio de 2011. Por aquél entonces se prometió que sería el "más grande y moderno del país", con una estructura total de 39.000 metros cuadrados. La historia, a partir de allí, es más bien conocida: el gobierno de Antonio Bonfatti avanzó con las primeras etapas y el de Miguel Lifschitz lo "durmió".
Al asumir Omar Perotti, las nuevas autoridades plantearon que no estaban dadas las condiciones previas para continuar con la obra, principalmente la infraestructura de servicios (agua, cloacas y luz). En el medio apareció el coronavirus, que obligó a un reseteo general de la gestión. Superada la etapa más dura de la pandemia, en 2021 la administración retomó el expediente.
Tras recibir los términos de referencia por parte de Aguas Santafesinas, la ministra de Obras Públicas Silvana Frana firmó el pasado 23 de febrero la resolución 155/22, habilitando un concurso de precios para contratar una consultora que redacte el proyecto ejecutivo que, aseguran, dotará de cloacas a siete sectores de la zona sur. "Estamos contentos porque es el primer paso", aseguró a La Capital la secretaria de Obras Públicas Leticia Battaglia.
Vale aclarar que la gestión por ahora se limita a la búsqueda de una firma que arme el pliego de la futura licitación. Este medio consultó a la funcionaria sobre por qué se terceriza el servicio y no se apela a los equipos técnicos propios: "Nosotros desde nuestra secretaría no tenemos (equipos técnicos). Hay que hacer estudios topográficos, de suelo. Es una obra importantísima", respondió Battaglia, quien defendió a capa y espada la gestión, planteando que en todo este tiempo "sacamos un montón de gestiones, de camas por covid, de obras educativas, la verdad que nos sobrepasa la capacidad de trabajo a la cantidad de personal que hay".
Mientras la actual gestión insume un costo menor, la realización de la obra sí resultaría de importancia, estimándose un presupuesto superior a los 600 millones de pesos. A esta cifra hay que agregar los trabajos para dotar de luz y agua al futuro hospital, amén de la estructura interna del edificio y demás pormenores. Todo ello -más la apertura de una calle hoy intrusada- demandaría hoy una inversión superior a los 10.000 millones de pesos.
"A terminar el hospital no vamos a llegar en esta gestión, pero al menos dejaremos bien plantadas las obras clave que le van a venir bien no solo al hospital sino también a Rosario", se explayó Battaglia, que marcó un contrapunto con las anteriores gestiones, al marcar que "nosotros tenemos el mandato de no sacar ninguna obra sin los servicios incluidos".
Consultada respecto al proyecto del hospital, la funcionaria recalcó que el original -armado por los equipos técnicos del socialismo- "estaba muy bien hecho". Indicó que se aplicaron algunas modificaciones vinculadas al COVID-19, pero que por lo demás se respetaron los "lineamientos generales". Por lo oneroso de la obra, Battaglia descartó que se encare 100% vía el Tesoro provincial, por lo que planteó que se exploran vías de financiamiento nacional e internacional.
Más de una década de historia
Tal como dio a conocer oportunamente La Capital, la construcción de la primera fase del hospital, a cargo de la empresa Riva SA, comenzó en junio de 2011. En aquél momento se anunció que el proyecto se concretaría en tres etapas, que estarían terminadas en un plazo estimado de cuatro años. Por entonces, el presupuesto total de la obra se calculaba en 200 millones de pesos (unos 5.000 millones a valores actuales considerando el efecto inflación).
La primera etapa terminó completándose durante la gestión del ex gobernador Miguel Lifschitz, quien si bien avanzó con la siguiente fase (impermeabilización y el cerramiento del edificio) priorizó otros proyectos antes que concluir el hospital. Entre 2015 y 2019 Rosario recibió una fortísima inversión en materia de obra pública provincial, pero el proyecto ubicado en zona sur no fue una prioridad, tal como lo blanqueó la ex ministra de Salud Andrea Uboldi.
La dilación de la megaobra fue uno de los más fuertes contrapuntos entre el ex ministro de Salud Miguel Cappiello (el gestor inicial del proyecto) y el lifschitzmo. Mientras el ex líder del partido de la rosa estuvo con vida, Cappiello no perdió oportunidad para vociferar en público su resquemor.
Fuentes del socialismo consultadas para esta nota defendieron que más allá de no completar el hospital, lograron avanzar con una serie de trabajos vitales para la ciudad, entre ellos varios accesos y avenidas, así como también en lo referente a cloacas. Según se marcó, en diciembre de 2019 se había llegado a cubrir con ese servicio el 93% del área urbana de Rosario.