Primero está Independiente, la Liga Profesional y la posibilidad de ver cómo reacciona un equipo que, se intuye, será alternativo, pero en Central hay una idea fija por estos días y tiene que ver con lo que ocurrirá el próximo miércoles en Brasil, cuando visite a Fortaleza. Es que tras el 1-1 en el Gigante la serie quedó abierta, no de la forma en la que todos pretendían en Arroyito por el simple hecho de que no se ganó (eso hubiese implicado viajar con una mayor cuota de tranquilidad), y ese es uno de los buenos apoyos que tendrá un Canalla que hasta aquí tiene cuatro viajes internacionales (tres por Copa Libertadores y el restante ya por la Sudamericana), los que bien podrían servirle de antecedentes. Sin caer en el resultado propiamente dicho, en todos Central se mostró competitivo y es eso lo que necesitará el miércoles 21 en el nordeste brasileño.
Hay una salvedad que se debe hacer porque se presenta casi como necesaria: todos esos partidos que Central ya jugó en el terreno internacional fueron con otro entrenador, un viejo conocedor del paño como Miguel Ángel Russo. El hecho de que ahora haya otro técnico no es mejor ni peor, es distinto.
Lo que sí es casi exactamente lo mismo es el plantel. Y Central metió esos cuatro viajes en los que siempre estuvo a la altura desde lo futbolístico (con esto se entiende que no fue ampliamente superado), aunque, vale también la aclaración, no ganó en ninguno de ellos.
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Es el tercer equipo brasileño que a Central se le cruza en el camino y justamente contra los otros dos fue cuando mostró su mejor cara y un grado de competitividad importante, que en su momento potenciaron la confianza. Primero en aquel viaje a Belo Horizonte para jugar contra Atlético Mineiro y el segundo, mucho más reciente, a Porto Alegre, donde le arrebató la clasificación a Inter.
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Central tuvo un gran momento en Brasil contra Atlético Mineiro, pero lo terminó perdiendo.
El primer viaje de Central
Central venía de ganarle a Peñarol en el debut y su primer excursión en la Libertadores fue a la casa del que todos pensaron era el cuco del grupo: Atlético Mineiro. En Belo Horizonte el Canalla hizo uno de sus mejores partidos como visitante, pese a la derrota.
Lo empezó perdiendo, lo que dio la sensación de que podía pasarla mal, pero el segundo tiempo que hizo Central fue realmente bueno, no sólo emparejando el trámite (lo empató con gol de Malcorra), sino de a ratos poniendo al equipo galo contra las cuerdas. La historia es conocida. Tras el empate del 10 un error en el retroceso le costó el segundo, y nunca más pudo remontarlo. ¿Qué dejó ese partido? Que Central estuvo a la altura frente al equipo más bravo del grupo.
Fueron muy distintas las sensaciones que quedaron en Arroyito después del viaje a Venezuela, donde debía ganarle a Caracas como ya lo había hecho Mineiro y como lo haría después Peñarol. Es que Central no perdió, pero futbolísticamente fue un partido en que quedaron deudas por saldar.
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Agustín Módica festeja su gol, el que le dio el empate a Central en Venezuela, frente a Caracas.
También arrancó abajo en el marcador y recién en el segundo tiempo consiguió emparejar un poco el trámite. El gol de Agustín Módica fue clave para al menos traerse un punto. Ese día Central no estuvo a la altura de acuerdo a lo que se esperaba, pero tampoco se sometió al juego del rival. Un partido discreto.
En la última fecha de la fase de grupos tuvo que ir a buscar la clasificación a octavos de la Libertadores a cancha de Peñarol y desde el resultado está claro que no le alcanzó, pero estuvo a nada de lograr su cometido.
Russo planteó un partido en el que pretendía llegar a los últimos 15 minutos sabiendo que si hacía un gol, su equipo pasaba. Fue así, sólo que en esa clara supremacía que el Canalla le marcaba al Carbonero no pudo convertir, cosa que sí hizo el local en un error muy puntual por parte de Central.
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Tras el gol de Módica, Central estuvo muy cerca de ganarle a Peñarol en Uruguay. Pero se equivocó y lo perdió.
Leonardo Vincenti / La Capital
Otra vez las manos vacías y, pese a que no le sirvió de mucho, una vez más la sensación de que tuvo todo para ganarlo.
El último gran antecedente
No hay dudas de que el mejor antecedente es el último, también en Brasil, con la salvedad de que Central viajó a cancha de Inter con el triunfo en la ida en el bolsillo. Aun sabiendo que el empate le alcanzaba, el equipo de Russo mostró personalidad y dio la talla para lograr el pasaporte a octavos de final de la Sudamericana.
En una cancha hostil como lo son todas en Brasil, el Canalla fue a hacer “su” partido y le salió bien. Se puso en ventaja, jugó con los nervios del rival y tras el empate de Inter supo manejar la situación. El regreso a Rosario fue con el convencimiento de que estuvo a la altura de las circunstancias.
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Sández saca el zurdazo y convierte en el Beira Rio, donde el Canalla empató y clasificó a octavos de final.
Marcelo Bustamante / La Capital
Ahora es tiempo de viajar de nuevo, a Fortaleza, donde para clasificar será necesario ganar o empatar y hacerlo por penales. Y entre tantas alternativas, lo que tiene que asegurar este equipo de Lequi es ser competitivo, como ya lo fue (pese a los resultados, se insiste) a lo largo del año en condición de visitante.