La provincia de Santa Fe origina el 20,5 % de las exportaciones nacionales. Según el último reporte del INDEC, la provincia fue además la que en 2020 presentó la mayor contracción de las ventas externas dentro de la región pampeana, respecto de 2019. Las exportaciones provinciales son en su mayoría derivados de la soja, cereales, carnes y lácteos. Pero también hay una participación relevante de productos químicos, máquinas y aparatos, y material de transporte terrestre. Los principales destinos de las exportaciones del año pasado fueron ASEAN, Unión Europea, China, India, Mercosur, Magreb, Egipto y Medio Oriente (en ese orden).
Los productores y empresarios santafesinos compiten permanentemente con actores globales. No lo hacen solo en los mercados externos, sino también en el territorio provincial, donde tales actores tienen presencia vía inversiones o importaciones. Aun así, en Santa Fe se habla poco de comercio exterior y de relaciones internacionales. Si bien las principales decisiones de política comercial externa corresponden al gobierno nacional, ello no significa que los distintos actores públicos y privados locales no tengan un rol importante. Poner al comercio exterior en la agenda resulta clave.
Lo que pasa en el mundo, importa. A modo de ejemplo, podemos referir a algunas discusiones que hacen a las relaciones comerciales internacionales y que tendrán impacto en Santa Fe:
En el marco del 30º aniversario del proceso de integración regional, se están llevando a cabo dos discusiones de alto impacto para nuestro territorio. En términos formales, los gobiernos están revisando la estructura del arancel externo común del bloque, con miras a su reducción. Pero a la vez, los gobiernos de Uruguay, Paraguay y Brasil buscan también flexibilizar la dinámica de funcionamiento del bloque para buscar acuerdos de libre comercio en forma bilateral.
Ambas discusiones impactan en el comercio exterior de Santa Fe. La primera al proponer modificar la protección de la que gozan de los distintos sectores a nivel regional. La segunda, al proponer una nueva forma de relacionamiento con el mundo, en el cual, por ejemplo, los productores santafesinos verían erosionadas sus preferencias en los mercados de Brasil y Uruguay (cabe señalar que Brasil fue el 27% de las exportaciones de manufacturas de origen industrial de Santa Fe en 2020). En este escenario, en el caso de que cada país avance con sus propios acuerdos de libre comercio con terceros Estados, también se incrementarían las diferencias de costos de insumos según el territorio donde se originen los bienes. Por su parte, dicho escenario implicaría asimismo definir si, cómo y cuándo Argentina quiere o necesita avanzar en acuerdos comerciales internacionales. De cara a dicha agenda externa, preferencias, prioridades, sectores sensibles, normas técnicas, son aspectos que Santa Fe tiene que discutir y buscar posicionar en la agenda.
Actualmente, Mercosur tiene en curso negociaciones con Canadá, Corea y Singapur, a la vez que con Líbano. Con la Unión Europea y EFTA quedan pendientes cuestiones técnicas en la etapa de revisión legal. En etapa inicial se anuncian conversaciones con Centroamérica y República Dominicana. Canadá. En el camino, también está el recurrente, pero poco fructífero, diálogo para una convergencia con la Alianza del Pacífico.
La Unión Europea lanzó entre sus prioridades 2019-2024 la adecuación de la estrategia de crecimiento europeo hacia el desarrollo sustentable. En febrero 2021, incorporó esta hoja de ruta a los ejes de su política comercial externa. Entre otros, se espera que la Unión Europea exija a sus socios el cumplimiento de mayores estándares ambientales para el acceso a su mercado. Esto puede suponer la adecuación de procesos productivos y la certificación de los mismos. Bruselas también anuncia que buscará impulsar la creación de nuevas normas globales con esta perspectiva ambiental.
En el primero de los casos, Santa Fe tiene que prepararse y anticiparse a los cambios si quiere conservar su cuota en el mercado europeo. En el segundo, implica un seguimiento de las negociaciones en el ámbito multilateral –la Organización Mundial de Comercio– y el diálogo con la Cancillería Argentina para tener en claro las prioridades locales. Algunas variables que se deslizan en la Unión Europea son la “ecologización de la ayuda para el comercio”, que implicaría el mantenimiento de subsidios agrícolas; o la incorporación de un “mecanismo de ajuste en frontera por emisiones de carbono”. Dos temas sensibles a los intereses de Santa Fe.
- Negociaciones de Comercio Electrónico
Quizás las negociaciones con mayor potencial impacto para la economía global, aunque menores chances de concretarse en el plano inmediato, estas negociaciones están teniendo lugar en el marco de la Organización Mundial de Comercio desde 2017, en formato plurilateral (es decir, entre algunos países miembros de esa Organización). Argentina fue uno de los patrocinantes del abordaje de este tema en el foro multilateral, que busca llenar la brecha entre un negocio que ha crecido de forma exponencial y un conjunto de reglas que se crearon cuando no existían los smartphones. En estas negociaciones se abordan cuestiones relativas a la “generación de entornos confiables”, como la protección de la intimidad de los particulares y la seguridad y la confidencialidad de la información, a la “facilitación del comercio electrónico” o la “localización de los datos”. En concreto: el marco de los negocios de las próximas décadas, en las cuales los ciudadanos, empresarios y productores Santafesinos serán tanto usuarios como protagonistas.
El año pasado el gobierno nacional anunció la creación del Consejo Federal de Relaciones Exteriores y Comercio Internacional, que busca saldar una vieja deuda de federalizar la política exterior y dotar a las provincias de un espacio formal de articulación. Sin embargo, para ser protagonistas activos de esa agenda federal de comercio exterior, y para tener influencia en el proceso de negociaciones externas, es necesario que el comercio exterior y relaciones internacionales sean objeto de debate más cotidiano en Santa Fe. Y para ello es necesario fortalecer los nexos entre empresas, gobierno y academia, que permitan identificar aquellas normas que hacen a que Santa Fe pueda competir mejor globalmente, y cuáles son las líneas rojas sobre las cuales difícilmente podría proyectarse.
Julieta Zelicovich
Doctora en Relaciones Internacionales. Profesora en UNR. Investigadora del CONICET