El gobierno de Javier Milei está cerca de blindar en Diputados el veto a la movilidad jubilatoria gracias a que al menos una decena de legisladores radicales se dio vuelta y aportaría los votos necesarios para que el oficialismo ratifique el decreto presidencial que anuló el aumento aprobado en el Congreso.
Paralelamente, la convención nacional de la Unión Cívica Radical (UCR) advirtió que avanzará con posibles sanciones a los legisladores que voten a favor del veto de Milei. "Se dará inmediato traslado de lo acontecido al tribunal de ética" partidario, adelantaron.
La nueva ley de movilidad jubilatoria obtuvo media sanción en junio pasado en Diputados, por impulso del bloque de la UCR, que consiguió un amplio respaldo en las bancadas opositoras. Luego, el Senado la aprobó definitivamente y por abrumadora mayoría, por lo que Milei decidió aplicar el veto presidencial.
A partir de esa decisión, los bloques opositores se disponían a rechazar el veto de Milei. Para que eso ocurra, ambas Cámaras deben reunir los dos tercios de los votos. Luego Diputados llamó para este miércoles, a las 11, a una sesión especial, en medio de un ambiente tenso donde se movilizarán la CGT, las dos CTA y los movimientos sociales.
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Para conseguir consolidar el veto al aumento de jubilaciones, el gobierno movió sus fichas tratando de conseguir apoyos en los bloques dialoguistas, ya que solo tiene el aval asegurado de los diputados de la La Libertad Avanza (LLA) y el PRO. Al parecer, la rosca de los últimos días está dando sus frutos y parte del radicalismo, que hace tres meses votó a favor de los jubilados, ahora se dispone a validar el decreto presidencial que anula el aumento dispuesto por el Congreso.
Cónclave con Milei
En ese marco, esta mañana Milei se reunió con cinco diputados de la UCR que se comprometieron a respaldar el veto a la ley jubilatoria, lo que dejó a la bancada radical al borde la fractura.
De ese modo, con la ayuda de los radicales, el gobierno se encaminaba a garantizar los 87 diputados que requiere para blindar el veto presidencial a la ley jubilatoria aprobada en el Congreso, que establece un aumento de 8,1 por ciento para compensar la inflación de enero y un nuevo mecanismo de actualización de los haberes de la clase pasiva.
Además del jefe del Estado, participaron del encuentro la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei; el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem; el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán; los ministros de Defensa, Luis Petri, y de Seguridad, Patricia Bullrich, y el subsecretario de Programación Federal y Articulación Legislativa, Martín Matzkin.
Bloque al borde de la fractura
Los legisladores que decidieron desmarcarse de la conducción del bloque y concurrir a la Casa de Gobierno son los radicales Martín Arjol, Luis Picat, Mariano Campero, Pablo Cervi y el liberal correntino Federico Tournier, un hombre del gobernador Gustavo Valdés que se había incorporado a esa bancada.
Previo a la reunión, Campero justificó su decisión de acompañar el veto al señalar que “el kirchnerismo, junto a bloques dialoguistas, tienen un objetivo escondido que es golpear el plan económico”.
A través de la red social X, Campero dijo: “Vamos a acompañar los argumentos del presidente respecto al veto presidencial”. Y que el gobierno, con su plan económico, “logró bajar la inflación”.
Lo más llamativo es que cuatro de esos cinco legisladores habían votado a favor de la ley jubilatoria el 4 de junio, e incluso Picot había firmado el respectivo dictamen de comisión.
La posición de Campero y cuatro pares de bancada será analizada en una reunión del bloque, pero si bien no está definida una expulsión, la ruptura se viene planteando de hecho debido a que nos es la primera vez que votan contra la decisión mayoritaria. Los cinco legisladores también votaron con el gobierno cuando se trató la derogación del DNU que asignó 100.000 millones de pesos a la Side.
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La intención de la conducción del bloque de la UCR -que encabeza Rodrigo de Loredo- es evitar que este miércoles se sumen otros legisladores a respaldar el veto, ya que aún no definieron su posición Lisandro Nieri, Pamela Verasay y Roxana Reyes.
La sesión solicitada, para las 11, por el diputado radical Fernando Carbajal es acompañada por otros quince radicales, Encuentro Federal y la Coalición Cívica (CC).
Si bien esos bloques dialoguistas van a tener el apoyo de los 99 diputados Unión por la Patria (UP) para armar el quórum, no estarían juntando los dos tercios para el tratamiento sobre tablas ni para rechazar el veto, para el cual se necesita esa mayoría agravada.
En ese contexto, es probable que los partidos opositores busquen aprobar un emplazamiento a las comisiones de Previsión y Seguridad Social y de Presupuesto y Hacienda con el objetivo de seguir manteniendo el debate ya que, si se rechaza el veto, no se puede volver a tratar este año.
El oficialismo tiene asegurados 36 legisladores (no vota el presidente de la Cámara, Martín Menem) y 36 del PRO, tres del MID y dos de Buenos Aires Libre.
Además, ahora puede sumar a esos cinco radicales y estaba encarando conversaciones con los tres diputados de Independencia, una de Creo, otro de Encuentro Federal, Francisco Morchio, y dos sanjuaninos que responden al gobernador Marcelo Orrego.
En caso de que varios de esos legisladores se ausenten, como es probable que ocurra, el oficialismo necesitará menos de 87 diputados ya que los dos tercios se calculan sobre los presentes en la sesión.