"A nadie se le ocurra que si hubiera sabido quién era iba a nombrar a un torturador ", aclaró el
ex Defensor del Pueblo al ser consultado por el hecho de que Jorge Andrés Cabrera -alias Barba,
señalado como un torturador de la Patota de Feced- fuera empleado de la Defensoría del Pueblo entre
1991 y 2000.
"Me siento mal, sorprendido y tan estafado como el resto", dijo a
La Capital on line el diputado provincial, Norberto Nicotra, quien fue el primer Defensor del Pueblo de
la provincia cuando la institución se creo en 1991 y por ende fue quien firmó la designación de
Cabrera.
"Por supuesto que firmé esa designación del mismo modo que lo hice con los otros 110 empleados
que ingresaron inicialmente a la institución. Pero jamás supe que 15 años antes este señor había
cometido semejantes hechos aberrantes". "
"No lo supe yo ni otras personas que ingresaron a la Defensoría en el mismo momento como es el
caso de la licenciada Viviana Della Siega una reconocida militante por los derechos humanos a cuyo
marido mataron en la dictadura o el caso de abogados comprometidos con la causa como Héctor
Superti, actual ministro de Justicia y Derechos Humanos, Gustavo Feldmann o la actual directora
provincial de Derechos Humanos, María Bressa o el doctor Arturo Gandolla que se tuvo que exiliar
del país durante la dictadura".
"En la ciudad de Santa Fe, el defensor adjunto, fue el periodista Juan Carlos Bettanín quien
tiene varios familiares directos desaparecidos por los militares. Me siento tan estafado como todos
ellos", relato el ex Ombudsman.
El legislador señaló que "estas personas con tan escabroso pasado han sabido mimetizarse en
ámbitos públicos y privados. He leído que el famoso torturador Tigre Acosta sigue cobrando una
pensión de honor pagada por el Estado Argentino como acaba de descubrirse y que el jefe de
seguridad del grupo Bulgheroni también está acusado de haber sido un represor".
"Seguramente aún debe haber muchos de ellos pasando desapercibidos como pasó con este Cabrera
que estuvo en la mesa de entradas de la Defensoría, en un cargo sin jerarquía, escondido y sin que
nos percatáramos de su pasado, nosotros en mi gestión, ni los Defensores que me sucedieron, hasta
que este señor se va casi diez años después acogiéndose a retiro voluntario".
Preguntado acerca de cómo es posible que Cabrera haya sido nombrado Nicotra recordó "que la
Defensoría en 1991 no existía. Fue un organismo que se creó desde cero y su personal se conformó en
un 90 por ciento con agentes que ya pertenecían al Estado y que vinieron de los más variados
organismos".
"Nombres que eran consultados o sugeridos por legisladores o funcionarios de los tres poderes y
en esa tarea, comprenderán, no estuve yo personalmente buscando uno a uno a cada personal. De allí
que hace quince días cuando comienzo a enterarme de esto fue recibir un baldazo de agua fría. Una
sensación muy fea porque es cierto que yo no sabía quién había sido Cabrera pero también lo es que
firmé su incorporación a la Defensoría del Pueblo".
"Yo no puedo permitir que se siembre sospecha de que yo conocía esa situación porque en ese caso
habría sido cómplice y eso, insisto, no me lo pueden siquiera sugerir. No se lo acepto a
nadie".
"Es cierto que firme la designación de ese señor pero como firmé las de otros 110 empleados y
sin saber quién exactamente era. ¡A alguien se le ocurre pensar que en un organismo de defensa de
derechos humanos como la Defensoría del Pueblo íbamos a nombrar a una persona sabiendo que era un
torturador!", concluyó Nicotra.