El presidente Mauricio Macri dispuso ayer la eliminación de nueve ministerios, entre ellos Salud, Trabajo, Energía y Ciencia y Tecnología, y —de ese modo— su equipo de trabajo pasó a estar conformado por la Jefatura de Gabinete y diez carteras. Y dejó un saldo de funcionarios ganadores, perdedores y en capilla.
Los ministerios de Energía, Trabajo, Salud, Agroindustria, Cultura y Ciencia y Tecnología, Turismo y Ambiente y Desarrollo Sustentable se convirtieron en secretarías de Estado y las dos últimas dependerán directamente del presidente.
Aún quedan interrogantes sobre qué ocurrirá con algunos organismos del Estado y con los dirigentes que se quedaron sin cartera debido a que todavía falta publicar las modificaciones en el Boletín Oficial (posiblemente hoy).
Por ejemplo: el Ministerio de Modernización será eliminado y algunas versiones señalaron que pasaría a ser una secretaría dependiente de la Jefatura de Gabinete.
De ese modo, continuará en su cargo el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien estará secundado por el hasta ayer ministro de Modernización, Andrés Ibarra.
También Rogelio Frigerio seguirá al frente de Interior, mientras que Nicolás Dujovne continuará en el Ministerio de Economía —ex Hacienda—, de quien dependerá Javier Iguacel (pasará de ministro a secretario de Energía).
Tras gestiones sin éxito con Alfonso Prat Gay, el canciller seguirá siendo Jorge Faurie, así como Oscar Aguad continuará en Defensa, Patricia Bullrich en Seguridad, Germán Garavano en Justicia y Guillermo Dietrich en Transporte.
Dante Sica continuará al frente de la cartera que pasará a llamarse de Producción y Trabajo, por lo que de él dependerá Jorge Triaca, quien fue transformado de ministro en secretario de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Al igual que Luis Miguel Etchevehere, quien reportará a Sica como secretario de Agroindustria.
Carolina Stanley pasará a ser ministra de Salud y Desarrollo Social: absorberá la cartera de Adolfo Rubinstein, quien continúa con rango de secretario.
En tanto, Alejandro Finocchiaro pasó a ser ministro de Educación, Cultura y Ciencia y Tecnología. Bajo su órbita estarán los salientes ministros Pablo Avelluto, como secretario de Cultura, y Lino Barañao, como secretario de Ciencia y Tecnología.
Las salidas más ruidosas del gabinete son las de los dos vicejefes que tenía Peña, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, hombres de estrecha confianza de Mauricio Macri que, en su momento, fueron definidos por el propio presidente como sus "ojos, oídos e inteligencia".
En el caso de Lopetegui, se mantendría en el gabinete como asesor del jefe del Estado, mientras que aún se desconoce el futuro de Quintana, quien en el corto plazo estará fuera del equipo de funcionarios aunque descartan que retorne más adelante.
Los cambios con los que avanzó el presidente representan modificaciones en el organigrama del gabinete, pero manteniendo los mismos nombres, luego de días de versiones acerca de ofrecimientos de cargos a dirigentes como Carlos Melconian, Martín Lousteau y Ernesto Sanz.
Sanz (ex jefe de la UCR) fue convocado a la Quinta de Olivos y le ofrecieron la cartera de Defensa. Tras rechazarla, pretendió ir por Interior, pero Macri no aceptó esa condición y confirmó a Frigerio. En tanto, Peña (por la reorganización en el gobierno suspendió su visita de hoy al Senado) no pudo mantener a sus laderos, por lo que quedó debilitado. Pero el presidente lo confirmó en su puesto, en medio de reproches de propios y ajenos.
Faurie sigue en el cargo, aunque notablemente erosionado por la insistencia de Macri en atraer a Prat Gay nuevamente al gabinete para ocupar el cargo de canciller. Aspira, al menos, a quedarse hasta la realización de la cumbre del G-20 en Buenos Aires (a fin de año).
A Dujovne se lo dio con un pie afuera del gobierno, pero quedó designado al frente de un potenciado ministerio, anunció las nuevas medidas de ajuste y hoy renegociará el acuerdo con el FMI en Estados Unidos, por lo que tiene delante la oportunidad de rendir otro examen.
Ocho días antes de asumir, Macri había presentado a su gabinete en el Jardín Botánico y, tras la foto de rigor, lo calificó como "el mejor equipo de los últimos 50 años".