A dos meses de su debut como gobernador, Maximiliano Pullaro avanza con el armado del gabinete y tiene los nombres para el once inicial, donde tendrá mayoría la cantera radical.
Por Mariano D'Arrigo
A dos meses de su debut como gobernador, Maximiliano Pullaro avanza con el armado del gabinete y tiene los nombres para el once inicial, donde tendrá mayoría la cantera radical.
En medio de la ronda de conversaciones con sus socios de Unidos para Cambiar Santa Fe, el gobernador electo tiene definido sumar un casillero más a los diez que venían barajando en el campamento del radical.
Ambiente sostendrá su estatus de ministerio, creado en 2017 por el entonces gobernador socialista Miguel Lifschitz. Hasta entonces, se trataba de una secretaría en la órbita del ministerio de Aguas y Servicios Públicos. Cuando llegó al gobierno en 2019, Omar Perotti conservó su rango.
El nombre para encabezar el área es el diputado nacional Enrique Estévez, cuyo mandato como diputado nacional termina en diciembre y pertenece al sector del socialismo liderado por Clara García.
En el PS se entusiasman con la posibilidad de que el titular de su fuerza en la provincia esté en la primera línea del gobierno de Unidos. “Sería una jerarquización política del gabinete, el partido tiene una gran experiencia en el área y Enrique viene trabajando esta agenda en el Congreso”, señala un integrante de la mesa chica del socialismo.
Con un millón de votos en el home banking, Pullaro tiene crédito disponible para montar su estructura. De los diez lugares restantes, el oriundo de Hughes reserva ocho asientos para soldados leales.
En esa columna aparecen en Gobierno, el senador por San Cristóbal y arquitecto principal del frente de frentes, Felipe Michlig; en Economía, Pablo Olivares, ex secretario de Finanzas de la provincia; en Seguridad y Justicia, Pablo Cococcioni, ex secretario de Asuntos Penitenciarios y abogado de Pullaro; en Obras Públicas, el senador por General López, Lisandro Enrico; en Producción, Gustavo Puccini, secretario parlamentario de la Cámara de Diputados de la provincia y ex responsable administrativo del ministerio de Seguridad; en Educación, José Goity, ex decano de la Facultad de Humanidades de la UNR; en Salud, la diputada provincial Silvia Ciancio y en Desarrollo Social la diputada nacional Victoria Tejeda.
En tanto, la cartera de Trabajo estaría encabezada por Roald Coco Báscolo, un empresario de Reconquista dueño de una distribuidora y que ficha en el sector del PRO liderado por la futura vicegobernadora Gisela Scaglia.
Este martes se confirmó que la ministra de Cultura será la concejala rosarina Susana Rueda, del sector socialista de Antonio Bonfatti.
A la grilla se suman otros nombres. El pullarista Juan Cruz Cándido, presidente de la comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados, y Julián Galdeano, el armador político de Carolina Losada, tendrán una secretaría y participarán de las reuniones de gabinete.
Además, el futuro inquilino de la Casa Gris tiene ya a las personas para dos cargos sensibles. Luis Persello, su jefe de campaña, será el encargado de comunicación. Y Daniel Di Lena estará al frente de la lotería. Ambos acompañan a Pullaro desde hace casi tres décadas, cuando estudiaban en la Facultad de Ciencia Política de la UNR.
En tanto, el abogado constitucionalista Domingo Rondina suena para la Fiscalía de Estado, el órgano encargado de asesorar jurídicamente al Poder Ejecutivo y defender administrativa y judicialmente a la provincia.
En su manual, Pullaro se inclina por el armado de equipos con cuadros técnicos y políticos sugeridos por los distintos espacios de Unidos. “No hay un criterio de loteo, sino de funcionalidad. De acuerdo a la experiencia y el perfil se van buscando las personas”, dice un entornista.
"Todos los partidos van a estar integrados al gobierno", destaca un referente de la futura administación.
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Por ahora, Pullaro no tiene agendada una fecha de presentación del gabinete. Las elecciones del 22 de octubre, aseguran cerca suyo, no tallan en la rosca: “Unidos tiene su propia lógica y no va a estar sometida a los vaivenes nacionales”.
La clave es la vorágine de la realidad política, económica y social. Dos meses es demasiado tiempo. “Si el equipo se muestra ya en funciones lo envejecés. Te van a pedir definiciones que no podés dar y todo puede ser usado en tu contra”, reconocen.