Mucha acción en cuatro áreas prioritarias, con base en Rosario y un gabinete más chico con ministros de alto perfil. Así es el gobierno que diseña Maximiliano Pullaro para poner en marcha apenas desembarque el 11 de diciembre próximo en la Casa Gris.
Este domingo, Pullaro obtuvo una gigantesca masa de poder político. En la planilla personal se llevó un millón de votos, le sacó casi treinta puntos de ventaja al peronismo y ganó los 19 departamentos.
Pero además se garantizó la mayoría de la Legislatura para todo su mandato y casi todas las grandes ciudades tienen el sello de la U: Rosario, Santa Fe, Venado Tuerto, Rafaela y Villa Gobernador Gálvez. La única que resistió la ola de cambio es Reconquista.
Más que un simple cambio de gobierno, se trata de un cambio de época que sienta los pilares de una nueva hegemonía en la provincia. Sin embargo, las múltiples urgencias que atraviesa Santa Fe, y la propia marcha de la gestión, lo obligarán a ir consumiendo combustible político apenas despegue.
Según el entorno más próximo al gobernador electo, Pullaro piensa en cuatro grandes ejes: seguridad, producción, salud y educación. Para cada uno de ellos tiene en carpeta varias medidas. Algunas son de mediano plazo. Otras están pensadas para ser aplicadas desde el día uno de la gestión.
En ese segundo lote entran, en materia de seguridad, desplegar más efectivos policiales en las calles, en especial en los barrios más calientes de Rosario y Santa Fe, presentar el proyecto de ley de narcomenudeo y licitar una cárcel para 3 mil presos de alto perfil.
En educación, eliminar la no repitencia y avanzar hacia un “ordenamiento” del sistema, un mismo objetivo que también se plantean del sector salud.
Como nuevo jefe de una coalición heterogénea, Pullaro deberá decidir qué ministerios se reserva para sí y qué carteras entrega a sus aliados. En el organigrama que traza el líder radical el PRO y el Partido Socialista (PS) tendrán su propio ministerio. Otras fuerzas contarán con lugares en el gobierno en función de su capacidad para cubrir los casilleros y poner en marcha las dependencias que les toquen en el reparto.
Una foto que subió a sus redes sociales, ya en la madrugada del lunes, el sucesor de Omar Perotti muestra quiénes acceden al sector más reservado en el mundo Pullaro.
Allí aparecen su hermano Martín, su jefe de campaña, Luis Persello, el secretario parlamentario de la Cámara de Diputados, Gustavo Puccini, el ex secretario privado de Pullaro en Seguridad, Daniel Di Lena, y José Goity, ex decano de la Facultad de la Humanidades de la UNR. Todos, que salvo Goity acompañaron a Pullaro en su etapa como ministro de Seguridad, tendrán lugares de responsabilidad en áreas sensibles del futuro gobierno, donde podrían fusionarse varios de los actuales ministerios.
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Además, Pullaro tiene una larga lista de nombres para conducir la maquinaria estatal. En seguridad aparecen el abogado y ex secretario de Asuntos Penitenciarios Pablo Cococcioni, el ex gendarme Omar Pereyra, la abogada Florencia Blotta, el politólogo Esteban Santantino y el presidente de la comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados provincial, Juan Cruz Cándido.
En economía y producción sus principales voceros son el ex secretario de Finanzas de la provincia Pablo Olivares y el productor agropecuario Esteban Motta, elegido este fin de semana como senador del departamento San Martín.
En educación se suma el nombre del ex rector de la UNR Darío Maiorana y Carolina Piedrabuena, dirigente del radicalismo de la capital provincial.
En todos los casos no se trata de meros técnicos sino de políticos que conocen las entrañas del Estado. Las urgencias de la provincia no están para pasantes en el ejercicio del poder.
Se espera que el senador por San Cristóbal, Felipe Michlig, tenga un rol preponderante en los próximos cuatro años. Ya sea como ministro de Gobierno o en otro rol. Al contar con mayoría tanto en la Cámara alta como en Diputados, la mayor cantidad de horas de la negociación política transcurrirá puertas adentro de Unidos.
“Quiero un gabinete con gente con perfil muy alto, que dé respuesta y que recorra todo el tiempo”, dijo a La Capital Pullaro. El perfil que buscan es de ejecutores eficaces y voceros del gobierno, pero también personas que aten su proyección política a los resultados de su gestión. “Maxi quiere ministros que quieran ser gobernadores, igual que él cuando era ministro de Miguel (Lifschitz)", acotan desde su entorno.
Como adelantó ayer en sus conferencias de prensa en Rosario y Santa Fe, donde aseguró que continuarán programas como Billetera Santa Fe y el Boleto Educativo Gratuito, Pullaro afirmó que planea imprimirle un ritmo intenso a la gestión.
En ese marco, piensa en trabajar tres o cuatro de los siete días de la semana en Rosario y el resto del tiempo repartirlo entre la capital de la provincia y el interior. “Cuando era ministro sentía que perdía tiempo cuando tomaba mate, ahora si me siento a comer un asado voy a sentir lo mismo. En estos cuatro años no voy a parar”, les dice a los suyos.