Por Mauricio Maronna
Ricardo Silberstein Bio | El ministro de Justicia reivindicó el proceso electoral que se hizo en las primarias y dio detalles sobre los procedimientos y los tiempos de difusión de votos. Diferencias entre los recuentos.
"El escrutinio provisorio ha cumplido correctamente el objetivo que tenía, pero hay que tener en cuenta que es un anticipo de información. El que tiene validez jurídica para ungir a los candidatos es el escrutinio definitivo, y se hacen con dos fuentes totalmente diferentes. Uno se hace con telegramas. Y cuando uno manda los telegramas, estos pueden tener errores, pueden no mandarse. Son telegramas que, a lo mejor, han sido objetados o no enviados. Entonces, siempre habrá una diferencia entre el provisorio y el definitivo", dice el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Ricardo Silberstein.
El funcionario reivindicó el proceso electoral que se llevó adelante en las primarias y dio detalles de cómo funcionan los diversos escrutinios y las razones de las demores en publicarse los datos. "El 80 por ciento de los telegramas salieron de las escuelas entre las 22,30 y las 0,30. Lo que lentifica el proceso es el escrutinio en las mesas, ahí está el problema, no tanto en la carga. La ventana de tiempo está ahí, porque se cuentan los votos desde las 19 o las 20 horas", revela el funcionario en una entrevista a fondo con LaCapital.
—¿El escrutinio definitivo es por medio de actas?
—Sí. Se hace sobre el acta que se levanta de cada una de las 8.200 mesas que tiene la provincia. Sobre eso se cuenta en el Tribunal Electoral. Y es ahí donde se define quién ganó y quién perdió. El provisorio es solo anticipo de información, que puede también servir como mecanismo de control del escrutinio definitivo.
—Sería una suerte de primer borrador.
—Un anticipo. Si hay una elección muy pareja, el provisorio no tiene todos los votos, y eso puede producir una modificación en el resultado.
—Ahora bien, las críticas por lo que pasó el domingo 28 de abril tuvieron que ver con la lentitud de los datos oficiales. No con dudas sobre la transparencia de los comicios.
—No es un problema de carga. Las mesas se cierran formalmente a las 18 horas, pero en muchos lados se termina votando a las 19 o a las 20. No es que las 8.200 mesas terminan a las 18. Segundo, que la boleta única, sobre todo en las Paso, agrupa gran cantidad de candidatos. Hay que contar los votos a gobernador, luego volver a contar para diputado, concejales, intendentes. El proceso es bastante lento, y sumemos que, de las 24 mil personas convocadas, ocho mil no fueron a constituirse en autoridades de mesa. Esto quiere decir que tuvimos ocho mil sin capacitación. A mucha gente no le gustó que yo dijera que iba a estar a las 2 de la madrugada, pero no miento. En vez de las 2 se terminó a las 4, pero a las 2 había una masa crítica importante. El 80 por ciento de los telegramas salieron de las escuelas entre las 22,30 y las 0,30. Lo que lentifica el proceso es el escrutinio en las mesas, ahí está el problema, no tanto en la carga. La ventana de tiempo está ahí, porque se cuenta desde las 19 o las 20.
—Atento al mapeo que tiene del sistema, ¿recomienda hacer algún cambio, instrumentar modificaciones que mejoren la cuestión?
—Toda la gente que miró el sistema electoral de Santa Fe nos felicitó. Ahora vamos a capacitar una mayor cantidad de personas, para que haya una suerte de banco de suplentes para poder dar una respuesta a la ausencia que vamos a tener.
—¿Y ya saben quiénes van a ser esas autoridades?
—Sí, porque los que estuvieron en primarias serán los mismos que estarán en las generales. Teniendo en cuenta que el 16 de junio habrá menos candidatos será mucho más fácil hacer el escrutinio y la carga. Pero, al margen de eso, queremos mejorar. Hay que tener claro el alcance del escrutinio provisorio. Algunos confunden el escrutinio provisional —que es el que se hace en las mesas— del escrutinio provisorio. El provisorio es el que se hace con los telegramas. Se hacen los dos, sobre fuentes distintas. El provisorio es anticipo de información, pero el que tiene validez jurídica es el definitivo, que se hace con un sistema informático distinto.
—Curiosamente, los partidos le dieron menos importancia al escrutinio definitivo.
—Así es. Y es el que define quién gana y quién pierde. Cualquier situación de irregularidad en el provisorio, quedaría al descubierto en el escrutinio definitivo. El éxito del provisorio se mide por la cantidad de telegramas que se carga. Si se cargan muchos, tiene una masa crítica tienen validez comprobada los datos que se están formulando. En este escrutinio provisorio a gobernador casi que se cargó el 98 por ciento de los telegramas. Como standard, el 90 por ciento es muy bueno. El segundo dato es el porcentaje de diferencia que dio el provisorio respecto del definitivo. El 28 de abril pasado los porcentajes coincidieron. El escrutinio provisorio fue correcto.
—El gobernador decidió bajar la consulta por la reforma constitucional porque se crearon muchas suspicacias en la oposición. ¿Se hubiese podido garantizar esta especie de plebiscito?
—Se podría haber hecho perfectamente, porque el Tribunal Electoral había marcado cómo tenía que hacerse la consulta. Pero cuando la oposición planteó que se puede empañar la transparencia de un proceso electoral, el gobernador declinó la consulta.
—La elección de 2015 fue muy cerrada, pareja, y uno puede presumir que sucederá lo mismo el 16 de junio. Pero el que resuelve la historia es el escrutinio definitivo.
—Sin la menor duda. Los constituyentes del 62 lo tuvieron muy claro, y eso se ve, incluso, en el debate del diario de sesiones. El escrutinio definitivo se hace sobre las actas y no sobre los votos. Si en el acta no hay coincidencia se agotan las instancias y, si hay problemas, se abre la urna y se cuentan los votos. Eso lo hace el presidente de la Corte con dos camaristas.
—El 16 de junio, se recomienda paciencia.
—Para dar información, se debe tener una masa crítica de por lo menos el 70 por ciento de los votos emitidos. Lo que llega último es Rosario. Pasa lo mismo con los barrios de Rosario y el centro. El Gran Rosario tiene un millón de votos sobre dos millones seiscientos mil. Y llega ese casi millón de votos todo junto, con más listas. Se genera un cuello de botella.
—¿Una elección muy reñida se define en el escrutinio definitivo?
—El provisorio da una diferencia razonable y establece certeza cuando hay una mayoría significativa. Si es muy mínima, como en 2015, se define en el definitivo. Ahí puede haber un cúmulo de votos, que no están en los telegramas, que puede definir una situación o la otra.