En el último día de su gestión, la presidenta Cristina Kirchner se despidió ayer ante una multitudinaria Plaza de Mayo repleta de militantes, ante quienes agradeció su respaldo durante los 12 años y medio de las administraciones kirchneristas, al tiempo que apuntó contra Mauricio Macri y el Poder Judicial.
“Me hubiera gustado poder entregar el gobierno en el Congreso, poder haber entregado los atributos de mando ante la Asamblea Legislativa, máximo órgano popular y federal de nuestro país”, lamentó la mandataria, en alusión al polémico y frustrado traspaso de mando, al que finalmente hoy no asistirá.
La mandataria dedicó varios pasajes de su discurso en las puertas de la Casa Rosada a criticar al Poder Judicial y, en especial, al fallo de la jueza María Servini de Cubría, que dictaminó que el mandato de Cristina caducaba a la cero hora de hoy.
“He visto muchas medidas cautelares, contra la ley de medios, contra decretos del Poder Ejecutivo, pero en mi vida pensé que iba a ver un presidente cautelar durante doce horas en nuestro país”, ironizó. “Capaz que en la próxima tendremos que votar a un presidente provisional”, sostuvo en alusión al fallo que habilitó a Federico Pinedo como presidente hasta la jura de Macri prevista para el mediodía.
Con el cielo ya oscurecido, la mandataria advirtió que no podía prolongar mucho más su mensaje y hasta bromeó con ese dictamen judicial: “No puedo hablar mucho porque a las 12 me convierto en calabaza”, dijo en referencia al cuento infantil de Cenicienta.
Si bien dijo eso con tono risueño, lo cierto es que en otros pasajes de su discurso apuntó duro contra esa medida y criticó a la “corporación judicial”, mientras que los militantes respondían con el grito de “Golpe de Estado, golpe de Estado”, tal como llegaron a caracterizar integrantes del oficialismo a ese fallo.
La presidenta saliente protagonizó así un hecho sin precedentes históricos dado que, en el último día de su mandato brindó un discurso de despedida ante una plaza en la que había, según cálculos oficiales, más de medio millón de personas.
La multitud de jóvenes de las distintas organizaciones políticas del kirchnerismo, que constituyeron el grueso de los que desembarcaron en la tradicional plaza porteña, hicieron sonar sus cánticos, entre ellos un “Macri sos cagón”.
La presidenta remarcó que, pese al fin de su gestión, “la tarea sigue” y remarcó que “el lugar natural del militante no debe ser siempre el gobierno, sino junto al pueblo”.
La jefa de Estado además aludió, sin nombrarlo, a Macri: “Es distinto ser miembro de un gobierno popular que de un gobierno con impunidad mediática, son dos cosas deferentes”, indicó.
Al respecto, resaltó el hecho de poder despedirse de cara al pueblo a pesar de que durante los “intensos 12 años y medio” en los que gobernó el kirchnerismo tuvo en contra a “todos los medios de comunicación hegemónicos, las principales corporaciones económicas y financieras nacionales e internacionales en contra” y sufrió “persecuciones y hostigamientos permanentes” de lo que denominó “el partido judicial”.
“Si después de todo eso, de tantos palos en la rueda, de tantos golpes e intentos de golpes destituyentes, de difamaciones y calumnias, podemos estar aquí dando cuentas al pueblo, imagino que si con tantas cosas en contra hemos hecho cosas por los argentinos, cuántas cosas podrán hacer los que tienen todas estos factores a su favor”, remarcó.
“Tengamos mucha fe y esperanza en que nos agobien, tengamos la inteligencia de saber que van a poder hacer las cosas porque tienen todo a favor y harán las cosas mucho mejor que nosotros”, señaló en referencia a la gestión de Macri que se inicia hoy.
También, pidió que en la próxima etapa haya una Argentina “sin censura y sin represión”, y señaló: “Espero que podamos gozar, ademas de las conquistas sociales, del progreso económico, la misma libertad de expresión que han tenido en estos 12 años y medio. Espero una Argentina sin censuras, espero una Argentina sin represión”.
Como saldo pendiente, Cristina deseó que “la democracia alcance a los tres poderes del Estado, porque parece ser que la democracia se aplica al Poder Ejecutivo y necesitamos que se democraticen y que nos sean el ariete de la democracia, ni los gobiernos populares y mucho menos del pueblo”.
Inmediatamente recordó que los tres períodos en el gobierno del kirchnerismo son únicos en la historia ya que no hubo en el siglo pasado tres períodos de gobiernos democráticos que hayan pasado el mando a un cuarto. “No lo puedo lograr Yrigoyen, no lo pudo lograr Perón”.
Y sobre el final, expresó una suerte de deseo, condimentado con ironía hacia Macri: “Le pido a Dios que dentro de cuatro años quien tiene la responsabilidad de conducir los destinos de la patria pueda decir, frente a una plaza como esta, que también puede mirar a los argentinos a los ojos”.
Tras el discurso, de 42 minutos de duración, la mandataria se quedó un rato saludando sobre la tarima a la multitud que ocupó la plaza, mientras sonaban el clásico “Juguetes Perdidos” de los Redondos.
Al acto asistieron los dirigentes más leales al oficialismo, y se destacó la presencia de su hijo y diputado electo, Máximo Kirchner, quien estuvo acompañado por su hijo Néstor Iván y su esposa Rocío García, además de su cuñada y gobernadora de Santa Cruz entrante, Alicia Kirchner. Concurrieron también el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y la mayoría de los ministros, entre ellos Agustín Rossi, Julio De Vido, Débora Giorgi, Lino Barañao, Héctor Timerman, Florencio Randazzo y Carlos Tomada. Los gobernadores que dijeron presente fueron el de Buenos Aires, Daniel Scioli; de Entre Ríos, Sergio Urribarri, y el entrante Gustavo Bordet; de Formosa, Gildo Insfrán; de Santiago del Estero, Claudia Ledesma; y el entrante de Tucumán, Juan Manzur.
Estuvieron además las presidentas de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y de Abuelas, Estela de Carlotto; los sindicalistas Hugo Yasky (CTA), la líder del movimiento Tupac Amaru, Milagro Sala; el titular del Afsca, Martín Sabbatella, y el presidente del Cels, Horacio Vertbisky. También asistieron artistas que expresaron durante estos años su respaldo al kirchnerismo, como Leonardo Sbaraglia, Juan Palomino, Gerardo Romano, Daniel Fanego y Peteco Carabajal, entre otros.