La noche del 28 de julio de 2016 Iván Farías, un hombre de 36 años que se trasladaba en silla de ruedas, fue asesinado de un puntazo en el pecho. Ocurrió a metros de la fuente que se erige en el centro de la plaza López, en Laprida y Pellegrini, adonde solía ir en un contexto de consumo problemático de sustancias que en los últimos años de su vida lo había expuesto a distintos peligros. A cinco años de aquella noche fatal nada se sabe sobre los motivos y autores del crimen, cuya causa tiene a un imputado en libertad. Su familia es crítica con la investigación y con "el vacío del Estado" que no pudo evitar el violento final de la vida de Farías.
Iván Farías tenía las piernas amputadas, por lo cual hacía un tiempo se movía en sillas de ruedas. Vivía con su madre y su padrastro en la zona de Pellegrini y Alvear. Los últimos años de su vida estuvieron atravesados por el consumo problemático de drogas, motivo por el cual había estado internado casi tres años en una clínica de la localidad de San Justo, provincia de Buenos Aires.
Al volver a Rosario comenzó a frecuentar un grupo de personas que se encontraba en la plaza López. Según cuenta hoy Diego, su padrastro, ese círculo se había armado alrededor de un entramado de venta, compra y consumo de sustancias. Él cree que ese mismo contexto es el que involucró a Iván en un problema que le costó la vida.
Versión oficial
Desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA), indican que Farías fue asesinado a las 22.30 del 28 de julio de 2016 producto de una herida de arma blanca. La investigación estuvo a cargo del fiscal Luis Schiappa Pietra, entonces en la Unidad de Homicidios Dolosos, quien dos meses después del crimen imputó a una persona como sospechosa de ser el homicida.
Se trata de Sergio Iván G., que entonces tenía 29 años y estaba a cargo de una pollería en Pellegrini al 400, en la zona del hecho. Si bien el fiscal había solicitado la prisión preventiva dado que había medidas de investigación en curso, el juez Javier Beltramone le otorgó a G. la libertad. El imputado había asegurado ser inocente aunque admitió que conocía a la víctima.
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"Había una testigo importante pero los datos que aportó no eran concluyentes para solicitar una nueva audiencia. Paralelamente había otra dos personas sindicadas como participes sobre las cuales no se pudieron hallar elementos para vincularlas al hecho", indicaron desde el MPA sobre el devenir de la investigación. Aseguraron que actualmente la causa está abierta pero "no han surgido elementos concretos para avanzar".
Críticas y reclamo a 5 años
"La causa está en stand by hace 5 años. No hubo ningún avance de nada", dijo el padrastro de Iván en contacto con La Capital. Asimismo fue crítico con el Centro de Asistencia Judicial (CAJ) y la oficina de asistencia a la víctima. "Nos sentimos vapuleados y manoseados. Lo único positivo fue la asistencia psicológica", remarcó Diego.
En ese sentido el hombre contó que en un principio, después del crimen, fueron muy insistentes en la necesidad de avanzar con la investigación y al ver que la causa no se movía tomaron la iniciativa de hacer averiguaciones por cuenta propia. "Mi señora y yo desde que mataron a Iván estuvimos investigando. Yo perdí un trabajo, me metí en lugares y hablé con personas que no me podía imaginar", contó Diego. "Eso con el tiempo nos termina afectando a la cabeza, tanto a mí como a la mamá de Iván", agregó.
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"Hoy no sabemos cómo está la causa", indicó el padrastro de la víctima. En ese marco es que, además del único imputado que tiene la causa, aseguran que otras dos personas, a quienes identifican como Maxi S. y Joaquín F., serían los cómplices del ataque. Es que en la reconstrucción que la familia de Farías hizo ubican al muchacho rodeado por esas tres personas, quienes lo "verduguearon" hasta que G. le asestó una puñalada en el pecho.
Ese relato es parte de lo que una testigo, integrante del grupo que se juntaba con Farías en la plaza, contó en los primeros momentos luego del hecho. Es la misma testigo que hoy el MPA indica como la persona cuyos datos aportados "no eran concluyentes". Según Diego esta persona no quiso volver a declarar por miedo.
"Vamos a pedir justicia para que se haga lo que nunca se hizo, que el imputado quede preso. Él y sus cómplices", dijo el hombre. En ese marco es que convocan a una movilización que se hará a las 18 de jueves en la plaza López.
"Vacío del Estado"
"El camino a la muerte de Iván fue el vacío del Estado, algo que nadie ve", analizó el padrastro de la víctima después de cinco años de aquella pérdida. "Si el pibe es de un barrio marginal, de clase baja, si tuvo problemas de consumo, ni hablar si tuvo alguna causa, te lo vuelven a matar todo el tiempo. Los medios, la gente, los vecinos", agregó el hombre.
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En ese sentido manifestó su disgusto al creer que públicamente a Iván no se lo trató como lo que fue, la víctima de un homicidio, sino como a una persona problemática. "El vivía con nosotros, pero cuando se está con esos problemas de consumo la persona va un día a la casa y falta tres. Él se internaba en la plaza y por eso fueron muy tendenciosos. Pero era porque ahí conseguía la falopa. Era un quiosco cotidiano", analizó.
"Iván se insertó en la plaza y encontró el libre consumo, el libre acceso, y eso te lleva a estar en un ambiente muy pesado con todo tipo de gente", contó Diego. "Debido a su muerte nos encontramos con un montón de personas de distintas clases sociales sumergidas en la droga, internadas o afuera. El problema del consumo en Rosario lo sabe la gente que lo padece o a los que le mataron algún familiar. Es una ciudad totalmente desprotegida en ese tema", agregó.