Waldo Bilbao cumplió 45 años el miércoles 13 de agosto pero estuvo muy lejos de disfrutar un festejo tradicional. En ese momento, era un prófugo que figuraba entre los más buscados en Santa Fe y este martes lo indagaron después de haber quedado acorralado en el baño del departamento que compartía con su familia en secreto.
Tras casi casi dos años de búsqueda, el sospechoso fue detenido el último viernes en el barrio Martin. A partir del arresto, el Ministerio Público Fiscal (MPF) definió formalmente su rol dentro una organización narcocriminal de nivel internacional. Si bien no figura como jefe, su perfil se acerca al de un miembro todo terreno en el circuito de tráfico de cocaína y lavado del dinero obtenido mediante la distribución hacia otras provincias.
El hermano menor del líder Brian Bilbao —aún prófugo— intervino en todas las facetas de un gran negocio ilegal montado al menos desde 2019. La banda estaba conformada junto a otras 24 personas con diferentes roles. Prácticamente todas realizaban actividades que requerían alguna coordinación con el hombre que días atrás intentó esconderse de la policía en el ducto de las cañerías del edificio donde vivían sus hijos y su esposa.
¿Cómo operaba el prófugo Waldo Bilbao con la droga?
El fiscal de la Oficina de Narcocriminalidad del Área de Investigación y Litigio de Casos Complejos de Rosario, Santiago Alberdi, denunció que el acusado fue uno de los delincuentes que utilizaron un Cessna 210F Centurion para traer cocaína desde Bolivia. La aeronave con matrícula LV-ISP fue hallada el 31 de octubre de 2023 en un campo ubicado entre Carrizales y Totoras. Ese día se realizaron más de 40 allanamientos del operativo Cosecha Blanca y cayeron buena parte de los sospechosos, pero sus cabecillas escaparon antes de la llegada de las autoridades.
Waldo Alexis Bilbao formaba parte de un grupo de cinco personas dedicadas a manipular y transportar la droga importada en avionetas. Esa tarea era compartida con Blas Santos, Maximiliano Javier Martínez, Mariano Miguel Zuviría y Ángel Ramón Narvay. La logística incluía monitorear las rutas y caminos alternativos al norte del Gran Rosario. Así se aseguraban de evitar los controles policiales y coordinar la entrega de los cargamentos.
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En segundo lugar, el hermano del jefe figuraba entre los testaferros del patrimonio construido a través de la venta de la cocaína, no sólo en Santa Fe sino en otros distritos como Córdoba y Buenos Aires. Así intervino en el control de diferentes proyectos comerciales diseñados para blanquear los fondos.
La Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) detectó que la red de prestanombres coincidía en buena medida con el círculo familiar de los hermanos. Paola Vanesa Acuña, esposa de Brian Bilbao, y su cuñada Guadalupe Torres Servín eran algunas de las personas que administraban los bienes de origen ilícito.
Una radio, autos, aviones y dólares
Al igual que otros miembros de redes de narcotráfico, el prófugo detenido este viernes contaba con muchos recursos que formalmente no eran suyos. En un lapso de poco más de tres años utilizó tres automóviles distintos con cédulas de autorización de sus titulares. En primer lugar, aparece un Renault Sandero Stepway que su pareja había comprado el 23 de diciembre de 2016. El 20 de enero de 2020 empezó a manejar un Peugeot 206 XS que la mujer adquirió el mismo día. Dos años después obtuvo permiso para conducir un Chevrolet Prisma Joy que había sido adquirido por otro hombre.
Por otra parte, la investigación conducida por el fiscal Santiago Iglesias en la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) también da cuenta de operaciones algunas financieras registradas. En 2019, Waldo compró 2.500 dólares, según consta en documentos de la ex Administradora Federal de Ingresos Públicos (Afip).
Los Bilbao crearon un emporio con diferentes sociedades que administraban a través de otras personas. El hermano del jefe era uno de los que controlaba esas empresas, al igual que Javier Cacciagioni, Mauricio Aranda, Hernán Morales y Claudio Di Mare. Por esta labor también trascendió la denuncia contra Germán Urán, que hasta 2022 fue uno de los principales representantes de VTX Rosario SA. La firma se dedicaba a operar la emisora FM local de Vorterix y el auditorio homónimo en Salta al 3500. Además intervino en la explotación de otra franquicia de la radio en Mar del Plata, donde actualmente también funciona la sala Teatriz tras la desvinculación de los sospechosos.
Los fiscales determinaron que estas inversiones se llevaron a cabo con el fin de integrar el dinero de la venta de la cocaína en el sistema económico legal. El blanqueo era una pata fundamental para sostener la empresa criminal creada en base a un plan de vuelos clandestinos y el uso de hangares rurales para el acopio de las drogas.
¿Quién traía la droga a Santa Fe?
Los investigadores denunciaron que los hermanos denunciados contaban con dos pilotos para traer los cargamentos de estupefacientes desde el exterior. Uno de ellos era Juan Alberto Tomás Clerici, oriundo de Venado Tuerto. El segundo era el colombiano Juan Manuel Gómez Orrego. En la lista de sospechosos se incluyen cuatro cómplices de la misma nacionalidad: el ingeniero aeronáutico Santiago Arbeláez Zapata, el mecánico José David Hurtado Osorno, el copiloto Wilmer David Bolívar Cano y el asistente Julián David Correa Posso. Este último se fue de la Argentina el 29 de octubre de 2023, poco antes de los allanamientos ordenados por el juez federal Carlos Vera Barros, y lo apresaron en febrero siguiente en su país de origen.
Brian Bilbao era el cerebro de la organización. En los mensajes analizados por los fiscales aparece con diferenes apodos. A veces era El Negro y en otras oportunidades lo mencionaban como Paturuzec. El resto de los miembros de la asociación tenían que rendirle cuentas de su labor para coordinar el contrabando y el lavado del dinero.
Waldo Bilbao Palomar
Video: Gobierno de Santa Fe.
El jefe de la banda tenía un socio clave dentro de esta red de tráfico de drogas: Pablo Javier Raynaud, detenido en julio pasado en la ciudad de Buenos Aires. El dueño del campo de Carrizales se encargaba buscar los lugares propicios para aterrizar, intervino en la compra de las avionetas y el instrumental que necesitaban para volar sin llamar la atención de las autoridades. La primera filtración se produjo el 24 de agosto de 2020, cuando Gendarmería Nacional emprendió la persecución de dos camionetas que estaban esperando la descarga de una aeronave en un campo de Cañada de Gómez. Una pick up volcó en la huida y adentro murieron Mauricio Santos y Alejandro Néstor Santos. En la segunda, los investigadores atraparon con vida a Maximiliano Javier Martínez, pero pasaron varios años hasta que la operatoria quedó expuesta ante los ojos de la Justicia.
El segundo procedimiento clave en el historial de la causa se llevó a cabo el 28 de octubre de 2023 en otro sector del departamento Iriondo. A unos 25 kilómetros de los terrenos antes mencionados, las fuerzas federales allanaron un hangar en el country Campo Timbó de Oliveros y encontraron un Beechcraft Baron 58P. El día anterior, Gómez Orrego había despegado desde allí hacia el norte en compañía de Bolívar Cano. Ambos fueron sorprendidos por los efectivos cuando regresaron. Arbeláez Zapata y Hurtado Osorio los estaban esperando para limpiar la aeronave de matrícula LV-CLE.
Al igual que en Carrizales, las autoridades llegaron tarde para incautar los cargamentos. No obstante, todos los peritajes dieron positivo en cuanto a rastros de cocaína. La búsqueda de los Bilbao se intensificó entonces con un pedido de captura internacional y una recompensa de 50 millones de pesos por cada uno de ellos. El hermano mayor sigue siendo buscado en todo el mundo, pero el menor apareció oculto en el mismo lugar donde su esposa cumplía prisión domiciliaria.