Tres hombres y una mujer fueron quedaron en prisión preventiva imputados por el secuestro de un joven al que retuvieron durante cuatro horas y sometieron a una brutal golpiza para forzarlo a devolver dos baterías que supuestamente había robado. Los acusados permanecerán detenidos al menos hasta principios de enero mientras avanza el proceso que los tiene implicados coautores de secuestro coactivo agravado por la participación de tres o más personas.
La novedad surgió de la audiencia de imputación que se llevó adelante el lunes en el Centro de Justicia Penal presidida por la jueza de Primera Instancia Lorena Aronne, quien hizo lugar al pedido del fiscal Ramiro González Raggio para que Angel C., Matías C., Sofía M. y Juan Pablo O. sean llevados a proceso por ese delito y a su vez queden tras las rejas mientras avanzan las investigaciones.
González Raggio les atribuyó a esas cuatro personas haber planificado el 4 de agosto pasado el secuestro de T. C., al que le adjudicaban el robo de dos baterías de autos en el taller ubicado en Matienzo y Dean Funes. Según la acusación del fiscal, de esa maniobra también participaron otras cuatro personas que aún no pudieron ser identificadas.
Cómo fue el secuestro
El fin de los secuestradores, según estableció el fiscal, fue obligar a que T.C. devolviera dos baterías que habían desaparecido del taller o que confesara dónde las había ocultado. Según se expuso en la audiencia, T.C. había trabajado en ese taller dos semanas antes en tareas de limpieza y asistencia, y los imputados sospechaban que él fue quién las había sustraído. El secuestro, de acuerdo con la teoría del fiscal, se concretó el 8 de agosto, alrededor de las 16.
>>Leer más: Detuvieron a cuatro personas por un secuestro y una brutal golpiza en el oeste de Rosario
La víctima fue interceptada cuando caminaba por Sanguinetti y pasaje Zola por Matías C. Esa persona hizo detener la marcha de la víctima y se comunicó a través de su celular con otras personas que llegaron al lugar minutos después a bordo de una camioneta Chevrolet S10 de color gris. De ese vehículo, descendieron tres hombres que comenzaron a golpear a T.C. a puñetazos y con un caño de hierro.
Más golpes y agua fría
Fiscal dijo que T.C. fue obligado por la fuerza a subir a la camioneta y lo trasladaron al taller mecánico cuyo propietario es Juan Pablo O. Allí lo cambiaron de vehículo. Lo hicieron subir a un Volkswagen Gol de color negro donde comenzaron a agredirlo otra vez a golpes de puño y puntapié. Según la reconstrucción que hizo la justicia, Sofía M. estaba presente en el lugar y alentaba a los violentos a que no cesaran en el ataque.
La secuencia continuó con más castigos contra la víctima. Tras sacarlo del auto, le arrojaron agua fría con un balde, mientras le seguían pegando con un trozo de hierro en las rodillas. Todo ello, según explicó el fiscal, con el propósito de que la víctima les devolviese las baterías sustraídas del taller o les indicase dónde se encontraban o a quién se las había entregado, algo que la víctima negaba haber hecho. El joven negaba sistemáticamente haber robado esos elementos y no sabía dónde se encontraban.
Secuestro de cuatro horas
Finalmente, después de unas cuatro horas de estar privado de la libertad, el muchacho logró escapar en momentos que se encontraba custodiado por dos hombres y el resto estaban reunidos en la vereda frente al taller mecánico. T.C. pudo llegar hasta la calle, donde pidió ayuda a los gritos. De allí, la víctima se dirigió a la casa de un tío quien le prestó asistencia y lo trasladó hasta el domicilio de la madre. De ahí se dirigió a la guardia del Hospital Centenario, donde ingresó alrededor de las 20.20. En el nosocomio, los médicos diagnosticaron politraumatismos constatando dolor en hemitórax izquierdo y hematomas en distintas partes del cuerpo.
Los cuatro imputados por este caso, quienes fueron detenidos por la Policía de Investigaciones el 9 de septiembre, permanecerán en prisión preventiva efectiva hasta 7 de enero, fecha en que volverá a revisarse esa medida cautelar.