El crimen de Maximiliano Quemadito Rodríguez, ultimado a tiros la tarde del 5 de febrero pasado en Corrientes y Pellegrini, fue un hecho de tal gravedad pública que merece discutirse en un juicio oral. Con ese argumento y otras consideraciones relativas a las pruebas de la causa, el fiscal Guillermo Camporini pidió a los jueces de la Cámara Penal que mantengan el procesamiento dictado a dos detenidos por ese homicidio con tinte mafioso. El encargado de la acusación solicitó que sean enviados a juicio bajo la carátula de un crimen calificado por la alevosía, una figura que prevé su juzgamiento en un proceso oral y público.
El dictamen del fiscal de Cámaras fue emitido ante el tribunal de apelación, que deberá resolver si mantiene el procesamiento de los acusados o les deja vía libre hacia una falta de mérito por escasez de evidencia. Los detenidos son Héctor David Porteño Rodríguez y Federico Chuno Acosta. El juez de Instrucción Javier Beltramone los procesó en mayo como coautores del asesinato. Pero la medida fue apelada por la defensa y en respuesta a ese planteo se pronunció el fiscal, que pidió confirmar los procesamientos.
Tiro certero. Maximiliano Rodríguez fue atacado el martes 5 de febrero cuando caminaba con su novia por Pellegrini y Corrientes. Sabía que lo buscaban para matarlo y se ayudaba con muletas porque una semana antes, tras salir de la cárcel, lo habían baleado en las piernas.
Ese día Rodríguez intuyó que llegaba el final al ver a un hombre en una moto, en la ochava sureste de la mencionada esquina, que amagó sacar un arma de la cintura. Entonces apareció otro muchacho desde atrás que le disparó a corta distancia un certero balazo calibre 9 milímetros en la cabeza. Quemadito, de 25 años, se desplomó en el piso y murió. El tirador, en tanto, escapó con su cómplice en una moto.
Para el juez Beltramone el crimen se insertó en una serie de hechos relacionados y tuvo como móvil cuestiones ligadas a la barra brava de Newell's Old Boys y el tráfico de drogas (ver aparte). En ese sentido, al procesar a Porteño Rodríguez y Chuno Acosta, el juez planteó que esos sucesos previos pudieron ser el móvil del crimen del Quemadito.
Los nombres de los acusados fueron aportados al juez por Sergio Quemado Rodríguez, padre de la víctima, quien dijo que eran allegados a Panadero Ochoa y que habían cobrado para matar a su hijo. Dijo que el ataque fue planeado por el jefe de la barra leprosa para vengar la humillación de ser bajado del paravalanchas, y un familiar de una de las víctimas del triple crimen que quiso vengar la masacre. También la novia de Quemadito gritó en la escena del crimen que a su novio lo habían matado "los de Newell's".
El juez de Instrucción determinó además que Porteño Rodríguez es una persona de "extrema confianza" de Ochoa y que Chuno Acosta es socio del club del Parque.
A favor y en contra. Los defensores de los acusados habían apelado la decisión del juez con el argumento de que el magistrado no se basó en pruebas sino en una íntima convicción sobre cómo ocurrieron los hechos. Pidieron que se deje sin efecto la medida y que recuperen la libertad por falta de mérito.
Lo que se incorporó al debate penal, ahora, es la posición de la parte acusatoria. El fiscal Camporini dijo en su dictamen que la resolución del juez no está basada en presunciones personales sino en una valoración "lógica, racional, derivada de la sana crítica y del sentido común" de las evidencias que hay en la causa.
Para el fiscal, el juez realizó un razonamiento válido al preguntarse cómo pueden integrantes de la barra brava de Newell's detentar costosas propiedades que no pueden justificar y razonó que de allí se deducen los posibles móviles del ataque. Por eso pidió que se confirmen los procesamientos bajo la figura de homicidio triplemente agravado por el uso de un arma de fuego, la alevosía y el concurso de dos o más personas. De sostenerse el encuadre legal impuesto por Beltramone, el caso se ventilará en un juicio oral y público.