Mardoqueo Gómez tenía 60 años, trabajaba en un horno de ladrillos y recibió al menos nueve puñaladas una noche de junio de 2020 cuando bebía con amigos en el patio de su casa humilde de Granadero Baigorria. Luego de que sus vecinos lo encontraran sin vida la mañana siguiente, al escuchar que la misma música seguía sonando, uno de sus compañeros de trabajo fue detenido. En una audiencia previa al juicio, la fiscal Gisela Paolicelli presentó su acusación por el caso y solicitó que sea condenado a 14 años de prisión como uno de los autores del crimen.
Esa pena requirió para Juan Alexis Zamudio, de 21 años, acusado como coautor de un homicidio simple. Por el crimen hay otro implicado que se encuentra prófugo y con pedido de captura. La fiscal pidió que se prolongue la prisión preventiva del detenido. El juez Pablo Pinto resolvió que la medida se acote a un plazo de seis meses dentro del cual deberá fijarse fecha para un juicio oral y público. Dispuso además que el debate esté a cargo de un tribunal integrado por tres jueces.
A Mardoqueo Gómez lo conocían por el sobrenombre de “Chiquito”. Vivía en Los Andes al 3200, una calle ancha paralela a las vías a unos 700 metros al oeste de la ruta 11, en una zona muy humilde de Granadero Baigorria. Allí sus vecinos lo encontraron sin vida el jueves 11 de junio de 2020. La noche anterior habían llegado dos personas hasta la casa, donde compartieron con Chiquito algunas cervezas y vino. Dos botellas quedaron sobre la mesa de la cocina. Horas después los vecinos de Mardoqueo escucharon música y les llamó la atención que a la mañana del jueves siguiera sonando en su horario de trabajo.
"A él le gustaba el chamamé y sabíamos que tipo 8 se iba a trabajar. Eran las diez y se escuchaba cumbia a todo volumen. Tocamos la puerta y no salía nadie. Otro vecino entró y lo encontró tirado y lleno de sangre", contó a este diario Miriam, una vecina que vivía enfrente. Los policías de la Agencia de Investigación Criminal determinaron que el hombre había sido apuñalado en el fondo de la vivienda, junto a un excusado, y arrastrado adentro de la casilla. Recibió varias puñaladas y estaba tirado sobre un colchón. "Tenía la costumbre de tomar y no jodía a nadie. Era un buen hombre y hacía cuarenta años que estaba en el barrio", dijo "Kiki", otra vecina.
A partir de algunos testimonios sobre las últimas personas a las que habían visto entrar y salir de la casa los policías detuvieron a Zamudio, quien trabajaba en la zona, y a Leonardo A., de 29 años. En una iglesia de Dorrego al 2900 de esa ciudad donde fue detenido el segundo de ellos —luego liberado y actualmente prófugo, según el acta de la audiencia— la policía halló un pantalón y un machete con manchas de sangre que serán sometidos a pericias.
En base a la evidencia reunida en la causa, Zamudio —un ladrillero que no terminó la escuela primaria— fue acusado de haber intervenido el crimen. De acuerdo con la acusación se cometió entre la 1 de la madrugada y las 8 de la mañana del 11 de junio mientras tomaban bebidas alcohólicas y escuchaban música en el patio de la casa del acusado.
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“En un momento de la noche le asestaron a Gómez nueve puñaladas en el tórax, así como cortes en la cara y en el cuello que le causaron la muerte”, reseña la imputación fiscal, y añade que luego “arrastraron el cuerpo hacia la habitación del domicilio y colocaron a Gómez boca abajo para retirarse del lugar”.
Entre las pruebas ofrecidas por la Fiscalía y por la defensora pública del acusado para abordar en el juicio figuran las declaraciones personal policial y del Gabinete Criminalístico, de los forenses que practicaron la autopsia, testimonios de vecinos, los audios de declaraciones previas de los imputados en otras audiencias y declaraciones de familiares del imputado.