El jueves 10 de septiembre poco antes de las 23.30 el frágil orden establecido en el norte del Gran Rosario y el Cordón Industrial saltó por los aires. A la hora señalada tres hombres bajaron de una camioneta frente a la estación de servicios más representativa de Granadero Baigorria, en Eva Perón y avenida San Martín, y ejecutaron con una pistola calibre 40 a Marcelo "Coto" Medrano, barra de Newell's y sindicado narco. La cacería duró una cuadra. Ese crimen sigue, y parece que seguirá, dando tela para cortar. Un homicidio con saga que el lunes a la noche escribió otro capítulo. Por tercera vez en dos meses el quiosco de Mitre al 700, en el barrio San Miguel de Granadero Baigorria, sufrió un ataque a balazos. Esta vez con la consecuencia de una mujer herida: Gabriela Yanina B., de 31 años. “Gabiiii”, escuchó la víctima en la voz de una mujer poco antes de las 21 a las puertas de su quiosco. Y cuando manoteó el picaporte de la puerta de madera lisa, escuchó detonaciones y en menos de un parpadeo el ardor del plomo impactando en su cuerpo. Un balazo le pegó en el omóplato y otro en el abdomen. Los dos disparos quedaron expuestos en la superficie de la puerta. A su alrededor había niños pequeños. El tirador disparó contra la puerta buscando matar. Pero Gabriela tuvo buena fortuna y quedó internada fuera de peligro en el Hospital Eva Perón.
Todo en derredor de la figura de Gabriela Yanina B. parece tener historia en los últimos años. Fue presa en junio de 2019 en el marco de la investigación de un detenido que se había evadido en medio de una salida transitoria en una casa de Solís y Vélez Sársfield; su negocio, “Los tres hermanos”, fue baleado al menos tres veces en dos meses; y el local fue allanado el 15 de septiembre pasado en el marco de las investigaciones de los homicidios de “Coto” Medrano y los fusilamientos de Ezequiel “Peca” Arrúa y Osvaldo “Chupete” Ibarra en el paredón del cementerio de Baigorria, un día después que el barra de Newell's fuera asesinado.
La semana previa a los allanamientos “Los tres hermanos” fue atacado a balazos dos veces. En una de ellas los tiratiros se filmaron y lo viralizaron. “Esto no es coca, papi... filmame acá cumpa”, decía el tiratiros con regatón al palo como banda de sonido. “Un poco más adelante, frena Chacho", dijo y se escuchó el latir de una pistola con su percutor reformado. Hoy el frente de la granjita expone la ferocidad de aquellos mensajes escritos con plomo.
¿Pero qué hay detrás de estos ataques a balazos con muertos, heridos y venganza? Los fiscales que intervienen se muestran cautos y sugieren que todo está ligado con la rencilla que en vida tuvo Coto con “Dany” (Daniel Alejandro Godoy), otro sindicado vendedor de drogas en el Cordón Industrial y con quien superponían sus puntos de venta en el mercado. Gabriel Mario Godoy, suboficial de la policía santafesina y hermano de Dany, fue detenido e imputado como partícipe necesario del asesinato de Medrano. Para los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos, el policía conducía la camioneta de donde bajaron los sicarios que asesinaron a “Coto”.
El policía quedó bajo prisión preventiva con vencimiento el 18 de noviembre. Gabriel Godoy y Medrano fueron vecinos, de chicos vivieron en la misma cuadra y fueron juntos a la escuela. Pero Coto se enfrentó con Dany y cuando la familia queda en el medio no hay remembranza posible. El policía había sido absuelto en la investigación por la desaparición de Paula Perazzi. Mientras buscaban a Dany, su hermano, dieron con un puerto seco (lugar donde se acopia y comercializa cereal en negro, 70 mil litros de gasoil y 5 mil litros de nafta para negociar en negro) en las afueras de Ricardone y propiedad de un ex policía. La calle vincula a la mujer atacada con Gabriela o Yanina según con quien se hable, con Dany y la venta de drogas.╠
La historia. Mucho del enfrentamiento de Coto con la familia Godoy se supo tras el crimen del barra y sindicado narco. Ahí se supo que el asesinato estuvo precedido por tiroteos a una vivienda, el incendio de un camión, amenazas a una carnicería de la familia Godoy y hasta una amenaza de muerte que recibieron familiares del acusado un día antes del crimen. Tanto la pareja como la madre del barra asesinado mencionaron la enemistad de la víctima con Gabriel y su hermano Dany. Dijeron que el policía había “embagayado” (involucrado sin pruebas) a Coto en causas penales.
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Un mes y medio antes del final de Medrano, un camión de Gabriel Godoy fue incendiado el 29 de julio. Y el 1º de agosto, Godoy sufrió un tiroteo en el frente de su casa de Fray Luis Beltrán. Entonces denunció que el organizador de ese atentado había sido Coto. Como motivo de la rivalidad adujo que él lo había investigado en una causa de abuso de armas del año 2014 que tenía como víctimas a dos de sus cuñados. Un testigo de identidad reservada aportó que “la familia Medrano siempre estuvo en disputa con los Godoy”. De ellos dijo que “coparon el mercado de drogas” junto con un ex jefe policial y que “siempre tuvieron negocios de puertos secos”.╠
¿Y Gabriela? ¿Cómo entra a tallar Gabriela Yanina B. en el juego? Para los investigadores y la calle, esta mujer es un peón de Dany Godoy y su gente en el complejo juego de ajedrez en el que se transformó el norte de Rosario y el Cordón Industrial. De esta mujer se conoce que el 1º de junio de 2019 fue detenida en Brown al 1100, a ocho cuadras del almacén “Los tres hermanos”, en una investigación por la evasión de Héctor Maximiliano Leo. El mencionado se había fugado el 24 de mayo dos semanas antes por los techos de la vivienda donde estaba junto a su familia, en Solís y Vélez Sársfield, en el barrio Ludueña de Rosario. El interno había llegado a la vivienda en una camioneta del Servicio Penitenciario y no volvió. Lo próximo que se supo de Gabriela fue durante la saga de balaceras que la tuvieron como víctima y por el allanamiento del 15 de septiembre donde fue demorada pero no imputada.╠
Así se llegó a la noche del lunes. Poco antes de las 21 dos personas llegaron a la puerta del comercio de la mujer, la llamaron y dispararon. Los testigos hablan de un hombre petiso y de una mujer robusta. Fue trasladada al Hospital Eva Perón donde quedó internada en observación fuera peligro. La investigación en principio pasó por las manos de la fiscal de Flagrancia Andrea Vega pero luego recaló en el escritorio de Adrián Spelta, de la unidad de homicidios.╠