“Es una estrategia de la defensa y el fiscal para sacarme como querellante. Ellos tienen un arreglo para que no siga pidiendo justicia. No entiendo por qué me quieren sacar de la querella si soy la madre y tengo el derecho de luchar”, afirmó la mamá de Jonathan Herrera, el joven que 13 meses atrás lavaba su auto en la puerta de su casa cuando fue asesinado por policías que perseguían a un ladrón. Una semana atrás, María Elena, la mamá del joven fallecido, requirió la nulidad del juicio abreviado acordado entre la fiscalía y la defensa para tres miembros de la Policía de Acción Táctica (PAT), pero el juez penal Gonzalo López Quintana desestimó el pedido a raíz de que el acuerdo no está formalizado.
Respecto del cuarto policía implicado en el trágico caso, Ramiro R., el fiscal de Homicidios Adrián Spelta pidió la pena de prisión perpetua como autor de un homicidio calificado agravado por ser integrante de una fuerza de seguridad. Hasta ahora R. será el único en el banquillo de los acusados. Los otros tres imputados acordaron en juicio abreviado penas de tres años de prisión por abuso de armas, según acordaron la defensora Sara Fátima Marcos y el fiscal Spelta.
La abogada indicó que el convenio cuenta con el respaldo de los abogados querellantes Paul Krupnik y Gustavo Feldman, en representación de la esposa y el hijo de Herrera. El acuerdo alcanza a los efectivos Francisco R., de 19 años; Luis S., de 21; y Alejandro G., de 19, este último en prisión domiciliaria.
Conferencia. En una conferencia de prensa realizada ayer a la mañana Analía Abreu —junto con Cintia Garcilazo representa a la madre de Jonathan— señaló que el juez López Quintana rechazó el pedido de nulidad del juicio abreviado argumentando que no está formalmente presentado por la fiscalía y la defensa. Y que fiscal todavía tiene tiempo para presentar la acusación de esos tres efectivos.
“El acuerdo está presentado porque, el 23 de diciembre pasado, el fiscal con la abogada Marcos pidieron la prórroga de la prisión preventiva de los imputados en el marco de haber llegado a un acuerdo. Por lo tanto, el juez ni la Oficina de Gestión pueden desconocerlo”, afirmó Abreu.
Cabe recordar que el fiscal Spelta ya había pedido que se unifiquen las dos querellas para “simplificar” el proceso, cuestión que se tratará hoy en una audiencia pública.
“Se quiere hacer una sola representación para distintos intereses. La madre del hijo de Jonathan no tiene los mismos intereses que María Elena, que quiere luchar por un juicio oral y público para que se ventile quién mató a su hijo. Lo que se procura ahora es unificar en una sola querella para sacarla a la madre de Jonathan porque es la única que está en contra del juicio abreviado por un delito distinto al que fueron originalmente imputados”, indicó.
Es que los tres policías habían sido acusados de tentativa de homicidio, pero la defensa y la fiscalía pactaron el proceso abreviado por una figura más leve como el abuso de armas.
Sobre la unificación de las querellas, Abreu agregó: “Pensamos que, por los precedentes legislativos, se va a otorgar el mejor derecho al hijo de Jonathan representado por la madre. En este caso el heredero forzoso sería el hijo de Jonathan y en forma subsidiaria María Elena. Esta es una causa penal en la que están involucrados delitos que violan derechos humanos amparados por todos los organismos internacionales. Ella es una víctima de un delito terrible cometido por policías”, afirmó.
Lavando el auto. El crimen de Herrera ocurrió a las 15 del 4 de enero del año pasado en Ayacucho y bulevar Seguí, cuando el joven de 22 años lavaba el auto frente a su casa y quedó en medio de una ráfaga de tiros de agentes que perseguían a un ladrón por haber asaltado una juguetería de San Martín al 3500.
Los efectivos del Comando ya habían atrapado al maleante cuando cuatro agentes de la PAT que iban en un colectivo de la línea 133 por Seguí hacia al este vieron la escena. Los uniformados hicieron detener el ómnibus y se plegaron al operativo con al menos 20 disparos. Dos de esos tiros mataron a Herrera, quien intentó en vano refugiarse en cuclillas detrás de un árbol.
Desde entonces los agentes de la PAT están con prisión preventiva y la pesquisa avanzó en la colecta de pruebas y testimonios. Entre ellos el del ladrón, quien dijo que ya estaba reducido y con un pie en la cabeza cuando los policías le dispararon a Herrera.