La investigación por la balacera contra el frente de la sede de la Fiscalía Regional (MPA) de Montevideo al 1900 sumó ayer su segundo imputado. Leonel Alejandro F., de 23 años y detenido el miércoles por Gendarmería en inmediaciones de Crespo al 3500, fue imputado por tres hechos con uso de arma. En uno como coautor de ese atentado ocurrido el pasado 14 de agosto y los otros dos como autor de amenazas coactivas en el contexto de violencia de género.
El juez de garantías Luis María Caterina le dictó prisión preventiva por 60 días. Durante la acusación no hubo ninguna mención a la banda de Los Monos como figura instigadora, tal como se había pregonado desde los investigadores luego del ataque.
Desde la noche del 29 de mayo, cuando fueron atacadas a balazos dos propiedades que habían pertenecido al juez Ismael Manfrin, la sensación térmica de la inseguridad callejera pareció trepar a su máximo nivel en la última década. Esos fueron los dos primeros ataques de una saga de trece balaceras contra propiedades vinculadas —elípticamente, porque la mayoría de esas viviendas ya pertenecen a otras personas— con jueces y funcionarios que investigaron y juzgaron a la banda de Los Monos. Con otro tenor simbólico, pero parte de esa saga, dos de esos ataques fueron contra el Centro de Justicia Penal y la sede del MPA.
Hasta ahora hay imputados detenidos por tres de esos hechos. Por los dos primeros ataques del 29 de mayo fueron acusados un adolescente de 17 años apodado "Tavi", sindicado como quien disparó contra una casa de Italia al 2100 y a disposición de la Justicia de Menores, y Brian "Cebo" F., de 22 años y acusado de balear un edificio de Montevideo al 1000, quien quedó en prisión preventiva.
Los fiscales que llevaron adelante la acusación por esos dos ataques exhibieron evidencia de que habían sido ordenados por Ariel "Guille" Cantero cuando aún estaba detenido en la cárcel de Piñero con la ayuda de otras personas en libertad.
El tercer hecho por el que se registraron detenidos es la balacera contra la sede regional del MPA. El viernes pasado fue imputado José Alberto C., de 22 años, quien conducía el Renault 9 gris del que partieron los balazos que impactaron en la fachada del edificio público.
Pariente
La imputación fue similar a la que a le leyeron ayer a Leonel Alejandro F. Según describió ayer el cuerpo de fiscales que trabaja en el caso, que por un pedido formal realizado por los mismos no se identifican individualmente, Leonel es un muchacho que gusta de portar armas al que le allanaron su vivienda al menos dos veces este año con secuestro de drogas. El muchacho tiene un lazo de parentesco con Nelson "Chivo" Saravia, quien fuera jefe de la barra brava de Newell's luego de la caída de Diego "Panadero" Ochoa.
Con ese telón de fondo, Leonel se sentó en el banquillo, asistido por la defensora pública Susana Brindisi y acusado por cuatro de los fiscales de la unidad creada para investigar puntualmente la saga de 13 balaceras. La audiencia se dividió en dos partes. La primera, de 40 minutos, se basó en un planteo de la defensa la detención del acusado. En la segunda parte, que se extendió poco más de una hora, se desarrolló la imputación de los tres hechos.
La defensora pidió la palabra antes comenzar la imputativa y planteó dos cuestiones. Un hábeas corpus presentado el día en que fue capturado el joven y la ilegalidad de su detención. ¿Con qué fundamento? Brindisi entendió que Leonel había sido detenido ilegalmente a partir de la declaración de un testigo de identidad reservada que, tras ser demorado la misma madrugada del ataque a la Fiscalía por otro hecho, dio testimonio apenas fue liberado.
Según el planteo, en las horas que estuvo tras las rejas el testigo accedió a información calificada sobre el ataque al MPA y una vez liberado declaró como testigo en la investigación a balazos contra la Fiscalía Regional. Y la defensa invocó la teoría de "los frutos del árbol envenenado", según la cual las pruebas obtenidas en forma ilícita impiden que el resto de la causa siga en el marco de la legalidad.
Al primer pedido el juez respondió que "no hubo una detención ilegal". Al segundo, que dejó en pausa hasta escuchar las imputaciones, tampoco lo consideraría viable.
"Inocente"
Así se llegó a las acusaciones. Por pedido de la defensa al finalizar cada imputación Leonel hizo uso de la palabra. A las tres respondió con dos palabras: "Soy inocente".
Primero los fiscales le imputaron a F. dos hechos ajenos a los tiroteos por amenazas coactivas con arma de fuego. Una la madrugada de la Navidad, el 25 de diciembre pasado, cuando disparó dos veces al aire frente a una mujer que estaba con su bebé de un mes en una vivienda de Uruguay al 3100.
La otra fue la tarde del pasado 30 de mayo cuando llegó a la casa de su ex pareja, en Doctor Riva al 1900, y tras patearle la puerta le dijo: "Ya te voy a cagar a tiros a vos y a tu amigo también". Como si no hubiera estado convencido del efecto de la amenaza, luego le envió un mensaje que decía si lo denunciaba la haría desaparecer. "Pensá que tenés dos hijas", le dijo, siempre según el relato de la acusación.
La tercera imputación fue la que colocó a Leonel en el marco de la saga de las intimidaciones a la Justicia. Los fiscales lo acusaron de ser uno de los tiradores y haber actuado junto al conductor del Renault 9 y al menos otra persona que está prófuga. También le achacaron que en la persecución policial posterior disparó al menos dos veces contra los efectivos del Comando que lo perseguían: una con el auto en movimiento y en la otra se bajó para disparar y volvió a subir al vehículo para continuar la fuga.
Al relatar ese hecho los fiscales remarcaron que ese día el acusado llevaba puesta una campera inflable turquesa.
Frase
Entre las evidencias que resaltaron los fiscales detallaron una serie de fotos de perfiles de Facebook, uno de ellos dado de baja recientemente, en el que se veía a Leonel junto a uno de sus hermanos posando con armas de fuego y usando reiteradamente en sus posteos la frase "con la mafia no se jode". Esa consigna quedó escrita en un cartón hallado cerca del edificio de Libertad al 300 baleado el 4 de agosto pasado y donde alguna vez viviera la familia de la jueza Marisol Usandizaga, también del tribunal que condenó a Los Monos.
Los fiscales también mencionaron la leyenda "Mafia" pintada frente a la casa de Leonel en Crespo al 3500. Todos elementos mencionados en un informe de inteligencia de la Policía de Investigaciones (PDI) fechado el 16 de agosto, el mismo día en que el declaró el testigo de identidad reservada observado por la defensa.
Los fiscales indicaron que además de quedar expuesto la tendencia al uso de armas y su vinculación con la barra brava leprosa, hay fotos de Leonel con la campera inflable turquesa.
Circunstancias
Las dúplicas y las réplicas entre las partes se diluyeron en pequeños detalles. Luego el juez Caterina se tomó 10 minutos, lapso en el que la decena de presentes —entre público y personal de seguridad— permaneció en completo silencio. Sólo se escuchaba el sonido de los biblioratos al cerrarse.
Caterina resolvió luego de expresar un par de observaciones sobre el contexto que rodeó la acusación (ver aparte, página 39). El juez no vio anomalías en la toma de la declaración del testigo de identidad reservada. Y si bien le llamó la atención que el informe de PDI estuviera fechado el mismo día de la declaración, estimó que no era esta instancia en la que había que valorar su utilidad en la causa.
"Existen circunstancias para inferir que Leonel F. participó del hecho", indicó el juez, que desestimó la teoría del árbol envenenado aportada por la defensa.
Al resolver la medida cautelar, Caterina entendió razonable dictar una prisión preventiva por 60 días y no por el plazo de ley que habían requerido los fiscales. Y le colocó como vencimiento el 12 de octubre, la misma fecha en la que se cumple el plazo para su coimputado José C.
Si bien la acusación no se dio un pasó más allá de la formal atribución de los hechos, en ningún momento se hizo mención a integrantes de la familia Cantero o de Los Monos como instigadores de estos ataques.