Los ataques a balazos que tienen como blanco a miembros de magistrados que tuvieron o tendrán participación en el juicio a Los Monos son una preocupación creciente que trasciendien los límites de la provincia. Más después de que la ministra de Seguridad Patricia Bullrich haya bajado a Rosario para interiorizarse de la cuestión y ese mismo día haya habido una nueva balacera.
Hoy los vecinos de San Luis 1451 amanecieron con el frente del edificio baleado. Según el conteo policial, fueron 25 impactos de bala que dieron contra paredes, vidrios y persianas del primer piso, justo donde años atrás vivió la familia de la camarista Gabriela Sansó, quien a partir de mañana presidirá el tribunal que revisará la sentencia a los jefes de la banda de Las Flores.
Los atentados comenzaron la madrugada del 29 de mayo cuando fueron atacadas dos casas en las que vivió el juez Ismael Manfrín, presidente del tribunal que condenó a los líderes del clan Cantero, episodio que la investigación de la Fiscalía culminó con la detención de uno de los autores materiales del tiroteo y la identificación del autor intelectual, Ariel Máximo "Guille" Cantero.
La saga de atentados fue más allá, incluyó a la casa del padre y de la exesposa del juez Juan Carlos Vienna, quien tuvo a su cargo la instrucción de la causa de Los Monos, y del inspector de la División Judiciales Ariel Lotito, uno de los principales de los investigadores de la banda narcocriminal que conducían a sangre y fuego por la temida familia Cantero.
Los últimos ataques tuvieron como blanco a la jueza Marisol Usandizaga, quien integró con Manfrín y María Más Varela, el tribunal los encontró responsables de integrar una asociación ilícita y condenó a 37 años a prisión a Ezequiel Machuca, alias Monchi Cantero, y a 22 años, a Guille Cantero, y al patriarca de la banda Máximo "Viejo" Cantero, 6 años de prisión.
Varias propiedades que estaban relacionadas con la magistrada terminaron con numerosos impactos de bala. La última fue atacada el viernes pasado, en Buenos Aires al 1700, se trató de un edificio contiguo al de su padre, el exintendente de Rosario y expresidente de central Horacio Daniel Usandizaga, justo el día que Bullrich llegó a la ciudad para abordar la cuestión.
Esa fue la primera vez que los tiradores dejaron un mensaje escrito: un cartón en el que estaba escrita la leyenda que decía "Dejá de meter pibe preso" (sic), similar al que se encontró esta mañana frente al edificio que amaneció con 25 impactos de bala y que fue secuestrado por la policía. La única diferencia, la semántica y la ortografía, el mensaje mafioso era el mismo.