Tres días después del doble crimen de Sabrina Soledad Verdún y su hijo Agustín Alejandro Estrada en el barrio Retiro de Fray Luis Beltrán, los vecinos no pueden superar la conmoción. “Todo esto es culpa de este pibe. Si hubiera seguido preso, cumpliendo su condena, Sabrina y su hijo estarían vivos”. Así, uno de los vecinos puso en palabras la desazón de una barriada que llora a dos inocentes. Y se refiere a quien se considera el detonante del ataque letal del sábado pasado en calle 20 de Junio al 200. Su nombre es Brian Jesús Ramos, el único condenado por el homicidio de Fermín Rodríguez, el abuelo del ex futbolista de Rosario Central Marco Ruben. Los vecinos contaron que Ramos se afincó en la casa de Verdún desde el 22 de agosto último, cuando le otorgaron la libertad condicional.
La calle 20 de Junio se extiende sobre uno de los laterales de lo que fuera Sulfacid y está linealmente a menos de 200 metros de la Municipalidad de Fray Luis Beltrán, aunque para llegar a la sede comunal haya que transitar 600 metros ya que está del otro lado de la vía. Hasta el sábado pasado los vecinos de la zona tenían preocupaciones que hoy parecen banales en cualquier barrio del Gran Rosario y el Cordón Industrial: robos y arrebatos violentos. Pero poco después de las 14 de ese día hubo un cambio en el paradigma. “Este era un barrio tranquilo, puede haber algún robo, pero nada como lo que pasó el sábado”, explicó un residente.
Hace cinco años, según contaron los vecinos, Sabrina Verdún se afincó en una casa de calle 20 de Junio al 200, en la misma cuadra en la que viven varios de sus parientes, entre ellos sus padres y al menos uno de sus tíos. La mujer trabajaba como empleada en una empresa de limpieza y tenía tres hijos. Agustín, de 14 años, que iba a 2º año de una escuela técnica de San Lorenzo; Lautaro, de 9 años, quien va a una escuela primaria de Fray Luis Beltrán; y una pequeña de 4 años que es hija de Brian Ramos. “Ella ya estaba con Ramos antes de que pasara lo del abuelo de Marco Ruben. Hizo muchos sacrificios para ir a verlo a la cárcel, nunca lo dejó tirado”, contaron varios vecinos.
El pasado 22 de agosto Ramos obtuvo la libertad condicional y volvió a la casa junto a Verdún y los chicos. “Desde que él tiene salidas siempre se lo vio los fines de semana en la casa. Y ahora que ya tenía la condicional se puso a hacer arreglos, a revocar y esas cosas”, contó un hombre de la cuadra. El sábado, pasadas las 14, la familia estaba comiendo en un patio lateral de la vivienda aprovechando el sol primaveral cuando se desató la tragedia.
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“El viernes estuvieron un par de tipos pasando en una moto. Gente que no es de acá, porque eso se nota al toque. Estuvieron un rato en la esquina (de 20 de Junio y 25 de Mayo, a 40 metros de la casa de Verdún) y se fueron. El sábado todos escuchamos los tiros, fueron varios. Todos como tiro a tiro, no pareció una ráfaga”, indicó un testigo. “Cuando nos acercamos a la casa mi sobrina tenía un tiro en el estómago y mi sobrino estaba muy mal. Llamamos a la ambulancia y todavía hoy la estamos esperando. Los llevaron en el auto de un vecino y a Lautaro (el nene de 9 años) en un patrullero porque tenía un disparo en la mano. Ahora está internado y se está recuperando”, contó un tío de Sabrina. Poco después la mujer y su hijo mayor fallecieron por los disparos recibidos.
“La verdad es que no se entiende por qué tanta crueldad, por qué contra inocentes. Nosotros queremos justicia, que se investigue. Ellos nunca recibieron amenazas ni nada por el estilo”, dijo el hombre, con los ojos enrojecidos de bronca y dolor. En la escena del doble crimen quedaron 12 vainas servidas calibre 380, una bala de plomo encamisada, dos trozos de latón y se secuestraron tres celulares de la familia atacada. Ramos, el blanco de las balas, resultó ileso.
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Sabrina Verdún, su pareja Brian Ramos y los tres nenes comían en el patio de la casa cuando fueron atacados a balazos calibre 380.
Fermín Rodríguez vivía en Yapeyú al 300, a unas 10 cuadras de donde mataron a Sabrina y a su hijo mayor. El hombre, de 78 años, era el abuelo del goleador y ex capitán de Rosario Central Marco Ruben. La madrugada del jueves 30 de marzo de 2017 fue sorprendido por ladrones que lo golpearon provocándole la fractura de cinco costillas y el maxilar y huyeron llevándose varias pertenencias de su casa. Fue asistido en el Hospital Granaderos a Caballo de San Lorenzo y desde allí trasladado a un sanatorio de Rosario donde fue operado y en el que tras agonizar seis semanas falleció el 7 de mayo.
El 1º de abril de ese año fue detenido Ramos, quien tenía 22 años y estaba en la mira de los investigadores por una serie de entraderas en la zona. En los procedimientos se hallaron pertenencias robadas a don Fermín así como una escopeta tumbera, celulares y dinero. El fiscal Aquiles Balbis, el mismo que investiga el doble crimen, le imputó entonces los delitos de robo agravado por escalamiento y tenencia de arma de fuego. A lo que luego se le sumó el homicidio en ocasión de robo de Rodríguez.
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Ramos fue condenado en un proceso abreviado a 8 años de cárcel. Tras el asesinato de Verdún y el hijo mayor de la mujer, se conoció que será llevado a una audiencia en la que se revisarán los términos de su libertad condicional prevista por la Ley de Ejecución Penal sin dejar de lado que el hombre es una víctima de la investigación que se sigue por el doble crimen.
El 1º de junio de 2017, en tanto, la policía sanlorencina también detuvo a José Rufino Cáceres, de 22 años, a quien se le atribuían asaltos a casas de ancianos y su prontuario acumulaba al menos diez robos. Y aunque no se pudo probar, los pesquisas deslizaron a este diario que su compadre en el delito era Ramos, su vecino del barrio Retiro. El sábado 3 de junio le imputaron varios atracos y la tenencia de un arma de fuego y le dictaron la prisión preventiva por 40 días. Horas más tarde Cáceres apareció ahorcado en la comisaría 4ª de Fray Luis Beltrán con una soga del borde del colchón ajustada a su cuello y a una ventana.
Desde la Fiscalía informaron aquellos días que Cáceres “nunca estuvo ni imputado ni relacionado” con el crimen de Rodríguez. “Fue demorado en su momento luego de una serie de allanamientos donde se secuestraron elementos que no fueron reconocidos como pertenecientes al hecho de robo del abuelo de Ruben”, se explicó.