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El marcado predominio del uso de armas de fuego como medio empleado, frente a otros menos agresivos para dirimir conflictos, es lo que genera en Rosario una letalidad alta. No obstante en los últimos cuatro años la cantidad de muertos y heridos por uso de arma de fuego viene declinando. De las cifras del informe del MPA se desprende la baja paulatina de los homicidios desde 2013, el año que, por sus altas cifras, colocó a Rosario en un punto de debate nacional. Ese año se produjo el record de 271 asesinatos. La curva fue declinando desde entonces con 255 casos en 2014, 234 en 2015, 179 en 2016 y 116 casos este año, según computa el MPA hasta el 5 de octubre.
Los heridos con armas de fuego también aparecen cayendo año a año. En 2013 se contaron 1020 personas heridas a balazos. En 2014 los casos subieron a 1236. En 2015 hubo 1124 heridos de bala. El año pasado terminó con 1045. Este año constan al 5 de octubre 557 casos.
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Otros datos relevantes compilados por el MPA destacan que la cantidad promedio en heridos de arma de fuego es de 10 casos por semana, computados los guarismos de 34 seccionales policiales. La jurisdicción policial con más incidencia en heridos de bala se mantiene en la comisaría 19ª ubicada en la zona de los complejos habitacionales de Seguí y Rouillón, en barrio Moderno y Triángulo, con 62 casos en lo que va del año. Esto contrasta con los números de la tres comisarías del área más céntrica de la ciudad que, sumadas, tienen 7 casos. (Comisaría 1ª, tres casos; comisaría 2ª, uno; comisaría 3ª, tres).
El mismo criterio arroja que en el departamento hubo en lo que va de 2017 un promedio de 3,4 homicidios por semana.
No hay estudios cualitativos que definan con criterios firmes las razones por las que bajan los homicidios y los heridos de bala. Pero fuentes de las fiscalías y del Ministerio de Seguridad señalan que resulta más eficaz para frenar el pico de violencia las intervenciones coordinadas de distintas agencias del estado en los lugares de conflictos más graves. También las intervenciones del Dispositivo de seguimiento de violencia armada, donde distintas secretarías del municipio hacen seguimiento sobre actores acusados de propiciar y ser víctimas de violencias territoriales. Y también acciones de mediación comunitaria y obras de infraestructura en lugares complejos, aún en estado inicial.