El plan era robar un auto. Una “bici de cuatro ruedas”, al decir de los ladrones. Pero fue ejecutado con torpeza y en el asalto terminó asesinado un hombre que descargaba materiales de construcción frente a su casa de Villa Gobernador Gálvez. Lo hacía acompañado por su cuñado, el dueño del Fiat Palio robado, quien resultó herido de bala en el abdomen. Más de un año después se descubrió que el asalto había sido ideado en la cárcel de Piñero para conseguir un vehículo en el cual ir a matar a Ariel “Jerry” Gaeta, histórico rival del “Gordo Dany” Noguera en la venta de droga en esa ciudad que fue ultimado un año después.
Por ese crimen cuyo trasfondo quedó al descubierto quince meses más tarde, tras la muerte de Jerry, cuatro hombres comenzaron a ser juzgados este lunes en el Centro de Justicia Penal. A la cabeza del plan está situado el propio Héctor “Gordo Dany” Noguera, acusado de instigar un robo calificado por el uso de arma de guerra y el delito de encubrimiento agravado, para quien la fiscal Marisol Fabbro solicitó 18 años de prisión. La misma pena pidió por esos delitos para Fernando Gómez Miqueas como otro instigador que planeó el asalto y dio instrucciones desde la cárcel de Piñero.
Para los acusados como autores materiales del robo que el 24 de mayo de 2019 le costó la vida al albañil Cristian Martín Gómez la fiscal solicitó prisión perpetua. Son Rodrigo Cresta y Leandro Gutiérrez, presos como coautores de homicidio criminis causa agravado por uso de arma de fuego —un hecho consumado, otro en tentativa— y portación ilegítima de arma de guerra. El primero fue detenido como resultado de escuchas telefónicas el 13 de junio de 2019 en un allanamiento en Rouillón al 3500. El segundo cayó en diciembre de 2020 luego de un intento de robo fallido en Lima al 3200. A los sindicados como autores materiales se suma Natanael L., que en ese momento era menor de 18 años y ya fue condenado por la Justicia de Menores.
El robo del auto no sólo terminó en una tragedia sino que para sus autores resultó un plan fallido. Horas más tarde el Palio fue identificado por la policía y sus ocupantes se deshicieron del vehículo en la zona oeste de Rosario, donde lograron escapar por unos cañaverales. Debajo del asiento quedó el arma usada esa tarde tarde para matar a Gómez y herir a su cuñado.
Esa es la trama que juzga el tribunal integrado por los jueces Román Lanzón, Nicolás Vico Gimena y Gustavo Pérez de Urrechu. En la jornada de apertura, la defensora de los cuatro acusados cuestionó las pruebas presentadas por la fiscalía y dijo que las escuchas telefónicas no podrán vincularse con certeza a los acusados porque no se realizó un cotejo de voz. Añadió que ningún testigo podrá dar precisión sobre las características físicas de los atacantes, cuántos fueron ni cuántos disparos escucharon debido a lo “descuidada” que fue la investigación, por lo que solicitó al tribunal la absolución de todos por el beneficio de la duda.
"Quedate ahí o te quemo"
El 24 de mayo de 2019 Cristian Martín Gómez llegó de trabajar y como todas las tardes se sentó a tomar unos mates con su esposa. Tenía 42 años, se dedicaba a la venta de grasa, era ayudante de albañil y en esos días estaba reformando una pieza para su pequeña nieta en su casa de Edison al 200 de Villa Gobernador Gálvez. Allí vivía con su hijo de 23 años y su hija de 15. Una hora más tarde su hijo llegó con algunos materiales para la construcción. Le había pedido a su tío Silvio G. que lo acercara en su auto a comprar cemento en un corralón.
A las 18.30 los tres hombres comenzaron a descargar el auto cuando irrumpieron tres jóvenes. “Se asoma un muchacho desde mitad de cuadra, saca un arma de fuego, me apunta y me dice: «Quedate ahí o te quemo»”, contó el cuñado de la víctima. El ladrón le apoyó el arma en la panza, le exigió las llaves del auto y le efectuó un disparo que lo dejó gravemente herido en la zona intestinal. El trío subió al auto.
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Sin resistirse, Gómez salió corriendo tras ellos cuando arrancaban y le dispararon también al abdomen. En su caso, el tiro fue letal. “Fue un robo al voleo que salió mal”, dijo esa tarde la familia. A su cuñado le llevó un mes y medio recuperarse.
Los atacantes escaparon pero el Fiat Palio fue detectado por la policía esa misma madrugada en la zona oeste de Rosario. Efectivos de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) detectaron el auto circulando por Francia y Arnold y lo siguieron hasta que los ocupantes escaparon corriendo por Uriburu hacia el oeste, al cruzar Circunvalación. Dentro del auto quedó la pistola Browning 9 milímetros sin numeración usada en el crimen. Un mes más tarde fue detenido Rodrigo Cresta y en noviembre de ese año fue apresado Natanael L., por entonces de 17 años, a quienes los vecinos mencionaban como enviados del Gordo Dany.
Escuchados
La organización del asalto con final trágico quedó registrada en escuchas telefónicas a las que era sometida la organización de Noguera, un hombre ligado a Los Monos que poco antes había salido en libertad luego de un tiempo en prisión. En una conversación intervenida del mismo 24 de mayo con Miqueas Gómez, por entonces preso, resolvieron salir a pegarles a los búnkers de Jerry y de un tal “Pitu”. Según las escuchas, fueron ellos los que designaron a los tres muchachos para robar un auto, les dieron un arma y les ofrecieron diez mil pesos en pago por el trabajo.
“Acá me lo traje al Leo y a Rodri, ¿viste? Bueno, a los guachos acá les di las cosas para que activen. Después lo vamos a cerrar a Pitu y vamos a cerrar el de Jerry”, propuso Dany. “Sí, mandale cumpa”, le respondió su socio, pero le advirtió que antes deberían asegurarse un vehículo: “Busco una movilidad y apenas baje el sol les damos tutuca a los dos”.
Más tarde, según la acusación, sumaron a “Nata” como tercer asaltante y ajustaron detalles. “Si hay una bici de cuatro ruedas, ¿para dónde lo llevamos?”, consultó Dany sobre dónde esconder el auto. Gómez respondió que la “moneda” disponible para el trabajo eran “aunque sea diez palos” y sugirió guardar el vehículo en una cochera de Pérez.
A las 19.14, cuando ya habían robado el Fiat Palio y el albañil agonizaba en un hospital, los acusados como ejecutores le informaron a Miqueas que habían obtenido un vehículo, sin mencionar el incidente con disparos. “El autito este está nuevo, cumpa”, se jactó quien según las escuchas sería Leandro.
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Un rato después, cuando el robo con resultado dramático era noticia, lo admitieron: “Viste cumpa, vos sabés que a mí no me gusta gatillar. Pero tuve que gatillar, boludo, porque si no nos ganaban. Eran tres y nosotros éramos tres. Le tuve que gatillar porque si no le ganaban las pistolas”, planteó quien sería Rodrigo. Entonces Dany Noguera y Miqueas Gómez decidieron que debían deshacerse del auto.
“Qué pedazos de locos estos guachos —se quejaron en una charla—, hay una bronca bárbara. No hacen una bien esta manga de putos”. Las conversaciones siguieron a la madrugada, cuando el trío de ladrones acababa de escapar de la policía de Rosario tras descartar el Palio. Pidieron que los rescataran de su escondite porque se habían desprendido del arma y ya no estaban “enfierrados”. Lo último que consta en la investigación es que caminaron hasta una panadería del barrio Tío Rolo y llamaron un remís.
Prólogo
Así, según la pesquisa, este crimen fue el prólogo del asesinato de Gaeta, de 49 años, quien supo ser una figura de peso en la venta de drogas en Villa Gobernador Gálvez. El 4 de agosto de 2020 estaba sentado a la mesa de una casa de pasillo de Savio 2568, en la zona sur de Rosario, cuando irrumpió un grupo con al menos cuatro armas distintas y lo mató. También asesinaron a su yerno, Fernando Gaspar Rodríguez, de 27 años.
Noguera fue detenido horas más tarde y está preso como instigador del crimen de Jerry, su histórico rival en la venta de drogas al menudeo y señalado como un hombre ligado a Luis “Pollo” Bassi. Por el doble homicidio de Gaeta y su yerno hay otros cinco acusados. En marzo pasado se realizaron 40 allanamientos en Rosario, Granadero Baigorria, Villa Gobernador Gálvez, la cárcel de Piñero y la Unidad 6 por extorsiones y balaceras ligadas al grupo.