Los vecinos del barrio Gráfico, zona oeste de Rosario, vivieron momentos de terror entre la noche del martes y la madrugada del miércoles. Comenzó cerca de las 20 con un doble crimen que tensó los hilos de un esquema de narcomenudeo precario en un sector de la ciudad en el que hubo familias que tuvieron que tomar terrenos para poder construirse sus viviendas. Horas después tres casas fueron baleadas, a una de ellas también la incendiaron y en otra la policía secuestró cocaína fraccionada para la venta. Como hipótesis aparece una disputa de una banda narco para quedarse con casas de la zona y hay un menor detenido que fue sindicado como autor del hecho.
Francisco Clementino García y Carina Soledad Ferreyra, de 23 años los dos, eran novios y vivían juntos en una casa del barrio Gráfico. Luego de vivir con su familia paterna en Totoras Carina se había instalado, hace unos tres meses, en ese punto del oeste rosarino para compartir la vida con su pareja. De ella sus allegados dijeron que trabajaba cuidando a personas mayores, mientras que de él aseguraron que se dedicaba a arreglar y vender motos. Este martes por la noche los asesinaron a balazos en un hecho que a su vez fue la antesala de más ataques en la zona.
Desde la Fiscalía Regional indicaron que el doble homicidio se produjo pasadas las 20, cuando un llamado al 911 alertó sobre disparos de armas de fuego y dos personas heridas. Minutos después desde el Policlínico San Martín informaron el ingreso de los dos jóvenes, gravemente heridos con varios balazos cada uno. Francisco, que tenía disparos en el cuello y en la cara, falleció a los pocos minutos. Carina, con al menos diez balazos, apenas alcanzó a resistir una hora y su muerte se confirmó pasadas las 22.
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Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
Según fuentes de la investigación con los primeros peritajes realizados en la escena del hecho no se logró llegar a una versión concreta de la mecánica del ataque. Lo que suponen en principio es que los homicidas se metieron en la casa de Magaldi al 8800 donde estaban las víctimas y una vez adentro los acribillaron. Aunque la marca de balazos en el frente de la casa sugiere la posibilidad de que los agresores hayan disparado desde antes de ingresar a la casa. En el lugar levantaron 19 vainas calibre 9 milímetros y 5 de calibre 11.25.
Sobre las víctimas, en tanto, no hay registros de conflictos previos que pudieran estar relacionados a sus muertes. Una hipótesis es que el doble crimen ocurrió en un marco de disputa por la casa, por parte de una banda dedicada a la venta de drogas que quería apoderarse de ese lugar.
La investigación quedó a cargo del fiscal de Homicidios Alejandro Ferlazzo y del gabinete criminalístico a cargo de los peritajes y búsqueda de posibles testigos. Por el momento desde la Fiscalía informaron que para la mañana del miércoles se había logrado la detención de un menor de edad sindicado como autor del hecho que quedó a disposición del Juzgado de Menores de turno.
La toma
La vivienda donde ocurrió el crimen es una construcción precaria por sus materiales -paredes de madera cubierto de nylon, techo de chapas plásticas- pero no por la dedicación con la que a simple vista se nota que fue construida. Está emplazada en un terreno que en agosto de 2020, en plena crisis social y económica por la pandemia de Covid19, fue tomada por vecinos de esa y otras zonas de Rosario. Hoy viven allí al menos 140 familias.
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Quienes conocen esa historia aseguran que antes era un terreno deshabitado que, además de ser un basural, solía ser un pasaje donde ocurrían robos constantemente. Las familias que llegaron para instalarse, y con el apoyo de los vecinos que ya vivían en la zona, lograron limpiar y despejar el terreno para construir sus casas. Con el tiempo comenzaron los conflictos con el dueño de esas tierras, lo que motivó la intervención del gobierno provincial y municipal. Un punto álgido fue en noviembre de 2022 cuando los vecinos aceptaron la posibilidad de ser trasladados a otra zona que iba a ser urbanizada. Pero tras una serie de reuniones no hubo más novedades.
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Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
Lo cierto es que, mientras tanto no se soluciona una problemática habitacional de fondo, ese sector del barrio Gráfico padece la ausencia prácticamente total del Estado. Un funcionario relacionado al doble homicidio de este martes que trabajó en el lugar lo describió como "una zona totalmente explotada". "Está liberada, con venta de drogas, van y te sacan la casa, no hay presencia policial, es un desastre", indicó.
Conflictos
Ese contexto configura una muestra más de que la compleja trama criminal de Rosario, que abarca a todos los sectores de la ciudad, encuentra en sus periferias el escenario que más padece la violencia que genera. Donde predomina la vulnerabilidad social y económica acechan las formas más desesperantes de la subsistencia, que lleva a lo que describen hoy los vecinos del barrio Gráfico: los que venden, los que usurpan casas, los que matan y los que mueren son personas conocidas y con las que se convive.
"Acá toda la gente estaba bien aunque esté el bunker. No había problemas ni con los soldaditos. Al contrario, todos defienden al barrio. Así que seguro esto que se armó viene de afuera, de otro barrio. Porque ayer pasaron a los tiros gritando que iban a matar a todos. Ahora quedamos desprotegidísimos", describió un vecino que conversó con este diario. Cuando hablan de protección no se refieren precisamente a alguna fuerza de seguridad sino a civiles armados, tal vez transeros, que con prepotencia garantizan su permanencia e impunidad en el barrio a cambio de cierta seguridad si nadie se mete en los asuntos ajenos. Por eso, a su vez, después hay tanto miedo y quienes se animan a hablar piden por favor hacerlo en voz muy baja.
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En esa dinámica pareciera haberse naturalizado la convivencia, hasta que todo estalla. Este miércoles a la madrugada, después del doble homicidio, tres casas fueron baleadas. Al menos dos son señaladas como puntos de venta de droga. Una está ubicada a metros del cruce de Magaldi y Benteveo, donde sobresale un mural de San La Muerte que bien podría significar desde varios metros de distancia una señal de dónde se encuentra el búnker que fue incendiado luego del doble crimen.
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Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
La otra vivienda sindicada como punto de venta es una de Magaldi al 8700. Cerca de las 2.30 del jueves agentes del Comando Radioeléctrico llegaron a esa casa tras el aviso de que había sido baleada. Allí entrevistaron a Nicole I., de 19 años, quien contó que estaba durmiendo cuando escuchó los disparos y notó que parte de su casa comenzaba a incendiarse. Los policías reportaron que mientras hablaban con la joven escucharon pasos en el techo, por lo que subieron y se encontraron con una caja que tenía 83 envoltorios con cocaína. Por ese motivo la joven quedó detenida junto a otra chica de 18 años llamada Brenda R.
Por último, minutos después de esos hechos se reportó otra balacera en la misma cuadra. Una casa en la que había tres personas fue atacada a disparos que atravesaron un portón y un balazo lastimó en el pie a Gustavo Gabriel P., de 25 años, que fue trasladado al Hospital Clemente Álvarez. Allí los peritos levantaron 5 vainas calibre 11.25.