El juicio oral que comenzó la semana pasada contra Mauricio Pogonza por el crimen del albañil José María Ferreyra, baleado tras una discusión porque se negó a entregar su casa en el barrio Tío Rolo, terminó este miércoles con una condena a 18 años de prisión. El tribunal condenó al acusado de 24 años como coautor de un homicidio agravado y por la herida de bala que sufrió en el ataque un hijo de la víctima. Por el crimen también fue señalado el padre del detenido, que está prófugo.
El tribunal integrado por los jueces Trinidad Chiabrera, José Luis Suárez y Facundo Becerra dio a conocer el veredicto este mediodía. Pogonza fue condenado como coautor de un homicidio agravado por el uso de arma de fuego, otro homicidio en grado de tentativa y la portación y tenencia ilegal de armas. Si bien el fiscal de Homicidios Adrián Spelta había pedido que lo condenaran como partícipe primario del hecho, el tribunal cambió el rol al de coautor en función de las pruebas presentadas en el debate.
El juicio comenzó el 25 de noviembre pasado en el Centro de Justicia Penal. El fiscal había pedido una condena a 21 años de prisión por el crimen que ocurrió en la primera media hora del 27 de octubre de 2019. Fue en Vicente Medina al 6800, al borde de una zona de quintas en el sudoeste rosarino, en el barrio Tío Rolo.
De acuerdo con la acusación, Pogonza y su padre fueron hasta ese lugar a exigirle a Ferreyra que les vendiera la casa y ante la negativa del albañil respondieron con disparos. El dueño de casa fue herido de bala en el abdomen y uno de sus hijos, Oscar, de 32 años resultó lesionado en un pie cuando intentó cubrir a su padre. Según los testimonios, Pogonza padre intentó balear a otro familiar que se encontraba en el lugar pero no lo logró al quedarse sin balas.
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Los vecinos contaron que el incidente comenzó cuando llegó caminando Mauricio Pogonza y comenzó a discutir con ellos por “la costumbre de meter miedo” en el barrio. Dijeron que ese grupo familiar solía presionar a los vecinos para que entregaran sus viviendas para usarlas como puestos de venta de drogas.
La discusión se elevó de tono, según contaron, hasta que el padre del muchacho salió de un pasillo esgrimiendo una pistola 9 milímetros y empezó a dispararle al albañil, alcanzado por siete tiros.
La familia Ferreyra se comunicó con el 911 y desde allí se convocó a una ambulancia del Sies. Minutos después arribó una chata policial y, ante la tardanza de la ambulancia, los familiares subieron a Ferreyra a la caja del móvil y los efectivos lo trasladaron al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez junto a su hijo. El albañil llegó sin vida al hospital.
En el lugar del ataque el gabinete criminalístico de la Policía de Investigaciones levantó diez vainas servidas, un cartucho intacto y dos plomos encamisados, todos calibre 9 milímetros.
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Buscado y mencionado como uno de los involucrados en el crimen, Mauricio Pogonza se entregó tres meses más tarde y quedó en prisión preventiva.
Además de ser condenado por el crimen la sentencia abarcó otra acusación por la tenencia de armas encontradas en un allanamiento a una casa del Pasaje Medina al 6900 del 6 de abril de 2017: una escopeta de doble caño sin marca y una escopeta calibre 12.70 repintada con siete cartuchos intactos; armas que tenía en su poder sin contar con autorización legal. Por la tenencia de esas armas había sido condenado en un procedimiento abreviado Jorge Sánchez a la pena de 2 años y 6 meses de prisión condicional.