El fin de semana pasado un joven de 22 años murió al ser atropellado por un móvil de la policía de la provincia. Este jueves otro patrullero impactó contra un auto, aunque no hubo heridos. De la misma manera en los últimos años se repitieron, con mayor o menor gravedad, siniestros viales protagonizados por vehículos policiales que dan cuenta de la exposición a un riesgo concreto tanto para los ciudadanos como para los agentes. Entre las normas de tránsito a las que deben atenerse y la presión por el cumplimiento del deber están los grises que decantan en historias de personas afectadas por una problemática que requiere de un abordaje complejo.
Una fuente policial consultada sobre este tema refiere que cotidianamente los agentes trabajan bajo presión, lo que lleva a aumentar un riesgo que el propio funcionario asume en el cumplimiento de su deber. Una explicación que puede servir para entender que la intención de un agente no es provocar un desastre. Pero de ninguna manera alcanza como justificación para las víctimas de los siniestros provocados por móviles policiales que de un momento a otro se ven afectados. En el mejor de los casos por daños materiales que requieren un gasto económico, y cada tanto por consecuencias graves e incluso letales que dejan a familias atravesadas por esa desgracia repentina.
El domingo pasado Valentín Di Monte, de 22 años, salió de su casa pasadas las 7 para ir al trabajo cuando fue embestido por un móvil policial. Ocurrió cuando el joven conducía su moto por Francia desde el sur y, al cruzar Pellegrini con el semáforo en verde, fue impactado por un patrullero. "Pasó a más de 100 kilómetros por hora, en rojo, sin sirenas y sin luces", contó a La Capital un allegado a la víctima. El joven falleció en el lugar producto de las graves consecuencias que le provocó el choque.
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Valentín Di Monte, de 22 años, murió al ser atropellado por un móvil policial.
Este jueves al mediodía un hombre que conducía su vehículo fue impactado por otro patrullero. Fue en el cruce de San Martín y Esteban de Luca, en la zona sur. El conductor del auto contó que esperó el semáforo en verde y cuando aceleró fue atropellado por una camioneta policial que hizo un trompo e impactó también en otro auto estacionado. "El policía me dijo que lo apuraba el jefe", contó la dueña de ese vehículo.
Desde adentro
Casos como estos hay para citar a lo largo de los últimos años. La fuente policial consultada por La Capital brindó un panorama posible desde la propia fuerza sobre esta problemática. "Las incidencias son demasiadas. Entonces a veces el personal en su desesperación por llegar, generalmente cuando hay pedido de apoyo de otro personal, hacen lo imposible y a veces se dan estas colisiones", explicó. "No siempre son a alta velocidad, sino a 40 o 50 kilómetros por hora, suficiente para matar a alguien", agregó.
Este uniformado brindó su análisis desde su lugar de funcionario: "Incide la presión operacional que los superiores policiales, pero también políticos, le ponen a la cuestión de dar una respuesta a todos los procedimientos". "Si el Comando Radioeléctrico o la Motorizada anduvieran a la velocidad que marca el código de tránsito no agarrarían absolutamente a nadie", sostuvo.
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Más allá de estas circunstancias, los agentes deben responder a las normativas de tránsito creadas para no impedir el cumplimiento del deber y a la vez no exponer a los ciudadanos. En el ámbito local lo establece la ordenanza municipal 6543 de Código de Tránsito. En el artículo 57 se comprende la excepción que los vehículo de emergencia tienen "en cumplimiento estricto de su misión específica" para no respetar las normas de circulación, velocidad o estacionamiento.
Aspectos similares indica la normativa nacional, sujeta al artículo 61 de la ley de Tránsito, que destaca sobre todo tales excepciones "siempre y cuando no ocasionen un mal mayor que aquel que intentan resolver". Las mismas refieren que es necesario que circulen con sirenas y balizas distintivas para situaciones de emergencia. No obstante, si cuando ocurre un siniestro el argumento de los policías es que habían sido comisionados a un operativo de urgencia, es algo que debe ser corroborado en la investigación.
"En ese marco legal actúa el móvil en procedimiento. Pero la presión operacional incide para que se produzcan esas situaciones", indicó el policía consultado. Sin embargo también advirtió acerca de una parte fundamental de esta problemática: la escasa formación en manejo con la que los agentes ingresan a la institución. "No se los instruye para nada", aseguró en relación a la etapa formativa de los cadetes.
Investigaciones
Luego de cada siniestro se inician legajos de investigación que requieren de un tratamiento específico y distinto en relación a los siniestros ocurridos entre civiles. Desde la Fiscalía Regional indicaron que cuando un hecho involucra a un móvil policial o un personal de la fuerza "la investigación fiscal se maneja con la División Judiciales o Asuntos Internos".
"Las pericias y demás tareas investigativas no se realizan con la fuerza policial involucrada en el hecho investigado", indicó el vocero de la institución. Además agregó que para diversos peritajes se cuenta con la colaboración de la Policía Científica de la provincia de Córdoba. En tanto, cuando hay víctimas fatales las autopsias se realizan bajo el protocolo de Minnesota, recomendado en casos de muertes en custodia o con participación de agentes de fuerzas de seguridad.
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La hermana de Valentín participó este martes a la tarde de una protesta en Pellegrini y Francia para exigir justicia.
Celina Mutti Lovera / La Capital
Lo cierto es que, por fuera de lo establecido como protocolo de actuación, ante cada caso en particular surgen circunstancias que ubican a las víctimas en situación de desventaja si pretenden que los siniestros sean abordados con investigaciones rigurosas. En el caso de Valentín Di Monte, por ejemplo, sus allegados reclamaron que los primeros policías que llegaron al lugar fueron de la misma fuerza a la involucrada en el hecho. También fueron críticos de la prepotencia que los uniformados mantuvieron tanto con familiares de la víctima como con los testigos que filmaban con sus celulares el operativo posterior al accidente.
Triste historial
Siniestros con resultados fatales, además del registrado este domingo, ocurrieron al menos otros cuatro en los últimos años. El más reciente anterior a este había sido en octubre pasado en Villa Gobernador Gálvez. Pablo Sánchez, un cadete de 34 años, fue arrollado por un móvil de la Policía de Acción Táctica cuando manejaba su moto Suzuki 100. El impacto le provocó una fractura en la pierna y graves golpes que le provocaron la muerte por una hemorragia interna.
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Villa Gobernador Gálvez. Estado en que quedó el móvil policial que en octubre de 2023 atropelló y mató Pablo Sánchez, un cadete de 34 años que circulaba por el lugar.
A fines de 2021 otro hecho con desenlace mortal ocurrió en la zona sur. Ramón Batalla, un pintor de 56 años, fue atropellado por un móvil el 19 de diciembre de aquel año en Arijón al 2300. Sus familiares luego denunciaron que la víctima no fue auxiliada por los agentes, a quienes acusaron de seguir de largo y no llamar al servicio de emergencias médicas.
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A comienzos de aquel año un chico de 15 años murió en el marco de un hecho que en un principio fue explicado como la consecuencia de una persecución policial. El 21 de enero de 2021 Mariano Nicolás Melgarejo salió en una moto Honda Falcon de 400 centímetros cúbicos de cilindrada, pasó a buscar a su novia y cuando iban por Juan B. Justo al 7600 impactaron contra un móvil de la Policía de Acción Táctica.
Los agentes indicaron que todo había comenzado con una persecución cuando el conductor no hizo caso a la voz de alto y que, en un intento de cerrojo por detenerlos, la moto impactó de lleno contra el móvil. La novia de la víctima sobrevivió y contó a La Capital que no había existido tal persecución. "Por el choque yo caí arriba de la chata, en la caja. No me dejaban levantarme y me decían que se lo habían llevado en otra ambulancia. Pero era mentira, estaba ahí en el piso, tirado con la moto", recordó la chica en aquel entonces.
Algunos años antes otro siniestro había tenido como víctima fatal a una adolescente: Leila Sánchez, de 15 años. El hecho ocurrió el 5 de septiembre de 2016 en la esquina de Arijón y Bermúdez, cuando la chica y un acompañante de 17 años fueron impactados por un patrullero. Además los dos agentes que iban en el móvil padecieron golpes con pérdida de conocimiento, por lo que quedaron internados aunque fuera de peligro.
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Así quedó el patrullero que atropelló y mató a Leila Sánchez, de 15 años, el 5 de septiembre de 2016 en la esquina de Arijón y Bermúdez.