"Cuando empezaron los tiros, lo agarré a Alejandro de la mano, pero se me soltó porque quiso refugiarse detrás de los autos. Ahí le dieron". Alejandro F. tiene 17 años y su hermana fue quien trató de aferrarse a su mano, para protegerse junto a él de la lluvia de plomo. Fue ayer a las 3.30 de la madrugada frente al boliche "Al diablo", en Baigorria al 1700, en barrio Parque Field. Alejandro es el más grave de los cinco pibes que resultaron heridos de bala.
"Está en el Heca, grave. Recibió dos balazos en el estómago. Le tuvieron que sacar un riñón y las balas le lesionaron el hígado y el estómago", relató otra de las hermanas del joven, en la puerta de su casa de Barrio Nuevo, lindante con el 7 de Septiembre.
Sobre el ataque a balazos al frente de "Al Diablo", de los mismos dueños de los conflictivos "Ay Ramirez" —clausurado en febrero pasado— y "Mojo" (vio la clausura provisoria en mayo último), hay más de una versión de lo sucedido y lo único concreto es el resultado: cinco pibes, de entre 15 y 19 años, heridos de bala.
Lo demencial del ataque parece sobrepasar el marco del boliche, que está enclavado en una zona donde los episodios de violencia son frecuentes y donde residen personas en reiterado conflicto con la ley penal. Otro dato: muy cerca de "Al Diablo", por calle Boedo, funciona un conocido búnker de venta de drogas y del otro lado de Circunvalación, en Nuevo Alberdi, hay al menos otro más.
Lluvia de tiros. Según el relato de ocasionales testigos y vecinos, a las 3.30 pasó por el frente del boliche, en Baigorria 1771, un Renault 9 blanco. Algunos indican que tenía la luneta rota por un piedrazo. Otros dirían que la luneta se la rompieron luego de los balazos. Lo concreto es que cuando pasó por el frente del boliche, en movimiento y sin titubear, el conductor y el hombre sentado detrás de él comenzaron a gatillar hacia la veintena de pibes que estaba en las puertas de "Al Diablo".
La mayoría de los testigos dijeron haber visto esa escena, aunque otro parroquiano indicó que sólo vio disparar al conductor. Y después, el pandemónium. Gritos, corridas, sangre en las veredas y algunos de los policías que trabajan en el boliche haciendo adicional, cinco en total, que repelieron con sus 9 milímetros la agresión.
"Hubo más de 20 disparos y todo fue un infierno. Cuando yo salí (del local) a Alejandro ya se lo había llevado el dueño del boliche", indicó uno de los amigos del pibe. "Fue una balacera importante. Primero un tipo de arma y después le contestaron. Las balaceras en este boliche son de todas las noches. Acá llegan muchos tipos de personas, entre ellos soldaditos que viene a quemar la plata", relató un vecino.
Los heridos ingresaron en dos tandas a hospitales de la zona. Cerca de las 4 de la mañana llegaron Sebastián V., de 17 años, y Micaela P., de 19, ambos domiciliados en Empalme Graneros, al hospital Eva Perón. Los dos tenían balazos en pierna izquierda. A las 5 de la mañana al hospital Alberdi llegaron Mariano G., de 15 años; Alejandro F., de 17; Kevin V., de 18, todos de la zona de Barrio Nuevo y el 7 de Septiembre. El primero tenía una herida en el cuello y junto a Alejandro, con dos disparos en el abdomen, fueron derivados al Clemente Alvarez. El tercero tenía un balazo en el brazo izquierdo.
Disparos al bulto. Una balacera, cinco heridos y un mundo de conflictos en el mismo contexto. "Hay un problema por falopa. Acá viene la gente de Lichy (un chico de 19 años que está preso, acusado de una serie de ilícitos con arma de fuego en barrio Nuevo Alberdi y el Municipal) y también un tal Nery, que es de Empalme. Los que mandan son los de Lichy y si vos venís y querés copar la parada, se pudre", dijo un hombre de la zona.
"Al diablo" fue abierto en marzo pasado en Baigorria al 1700. Su actividad no se entiende si se la desliga del apogeo y la caída de dos boliches: "Ay Ramirez", que funcionaba en Alberdi 111 bis, y "Mojo", en Casilda y Avellaneda.