Un viejo truco quedó al descubierto este jueves en la Unidad 11, conocida como la cárcel dePiñero, cuando cinco mujeres intentaron ingresar una cantidad importante de cocaína disimulada en las suelas plásticas de sus zapatillas, un ardid usado hace años en cárceles, aeropuertos y fronteras. Se estima que la droga estaba destinada a la venta dentro del penal, una práctica conocida como búnker tumbero.
Las mujeres quedaron demoradas y se comprobó que algunas tienen vínculos con internos a quienes iban a visitar, ligados a las actividades de extorsión, sicariato y narcotráfico. Avezados y ya jubilados hombres del Servicio Penitenciario arriesgaron la hipótesis de que, a juzgar por la cantidad incautada, la droga que pretendían ingresar no era para consumo personal.
Un viejo truco para entrar droga
La maniobra fue detectada por personal del Servicio Penitenciario, hombres experimentados y otros recién ingresados a la fuerza, que notaron signos extraños en el calzado de al menos cinco mujeres durante la requisa de ingreso.
Según trascendió, las suelas habían sido abiertas y pegadas nuevamente, dejando ver restos de adhesivo. Al desarmar el calzado, se hallaron compartimentos artesanales repletos de cocaína y marihuana. En total, se incautaron dosis que superan ampliamente el uso personal y que, de acuerdo a los investigadores, estaban destinadas a la venta dentro del penal, en lo que se conoce como “búnkeres tumberos”.
Las detenidas, de las cuales varias tienen vínculos afectivos o familiares con internos de alto perfil criminal, quedaron a disposición del fiscal César Cabrera. Entre ellas, se identificó a una joven relacionada con un sicario apodado Paisa, a quien se le hallaron 50 gramos de marihuana y 10 de cocaína.
Otra mujer, pareja de un imputado por el doble crimen de Virginia Ferreyra y Claudia Deldebbio, llevaba 80 gramos de cocaína en forma de piedras. En un tercer caso, una mujer vinculada a un recluso conocido como Sapito, tenía más de 100 gramos de marihuana.
Sus parejas
Alexis A, alias El Paisa, tiene 21 años y fue señalado en distintas audiencias judiciales como supuesto sicario de la banda liderada por Francisco Riquelme. Fue capturado en junio de 2023 por efectivos de la División Balaceras de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), en inmediaciones de avenida Sabin y Reconquista, en barrio Toba.
El joven tenía un pedido de captura activo a solicitud de los fiscales Valeria Haurigot y Franco Carbone. Fue imputado como sicario de la banda liderada por Francisco Riquelme, preso por asociación ilícita, extorsiones y homicidios, y se investiga su participación en algunos asesinatos.
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En tanto el hombre apodado como "Sapito" sería Néstor Antonio M. y está acusado del crimen de un vecino en el barrio Tango. El homicidio posó la lupa de los investigadores sobre un búnker de venta de drogas que, según los vecinos, controlaba La Gi, pareja del condenado como referente de Los Monos Leandro Vilches. La mujer está imputada en libertad en una causa federal por narcotráfico que se desprendió del caso Los Patrones. En esa investigación está acusada de consolidar en la calle, ante órdenes de su pareja en prisión, actividades de comercio de drogas.
El hecho del hallazgo y decomiso de las drogas pone la lupa sobre los controles de ingreso de estupefacientes a las cárceles santafesinas, además de la red de vínculos entre presos, sicarios y personas en libertad que intentan sostener el negocio narco incluso desde el encierro.