Albino Almaraz, un hombre discapacitado de 70 años, murió ayer pasadas las 15 en la puerta de su casa de Demestri 6061, en la zona de Rouillón y bulevar Seguí. Según testigos, al menos tres hombres llegaron a la vivienda y mientras Albino estaba sentado frente a la puerta entraron a su casa y le robaron una suma indeterminada de dinero y otras pertenencias. En el barrio se corrió la voz de que tal vez el hombre reconoció a los ladrones y ante eso no dudaron en pegarle un tiro en la espalda que le perforó el pecho y le dejó un orificio de salida en el tórax matándolo en el acto.
Según testigos, los ladrones huyeron en un Peugeot 206 negro con vidrios polarizados y sin patente. Varios vecinos los vieron, pero el hermetismo ayer a la tarde era total sostenido por el miedo. En la vivienda faltaba dinero en efectivo, un televisor y un espejo, de acuerdo a un preliminar raconto. La Policía Científica secuestró una sola vaina servida calibre 11.25 milímetros y la fiscal Marisol Fabbro se puso al frente de la investigación ordenando medidas en la escena al Gabinete Criminalístico de la Policía de Investigaciones (PDI).
De acuerdo testigos ocasionales y vecinos de la zona, Albino estaba sentado en la puerta de su casa cuando llegaron tres personas. Una lo tomó por la espalda y lo redujo mientras los otros dos entraron a la humilde vivienda de Demetris al 6000. Allí estaba la esposa de Albino, también discapacitada. Revolvieron placares y aparadores, tiraron ropa al suelo y otros objetos buscando dinero.
"El es discapacitado por un ACV que sufrió hace unos años y además es analfabeto. La mujer tampoco sabe leer y escribir. Vivían solos, aunque antes estaban con los nietos, pero hace un tiempo se fueron", dijo una vecina que ayer lavaba la vereda manchada de sangre de la puerta de la casa.
Según el barrio "El viejito era repiola. Cobraba una serie de pensiones por discapacidad, porque además de él y su esposa tiene hijos con problemas, y siempre le comentaba a la gente cuándo iba a cobrar. Incluso a veces decía hasta cuánta plata cobraba. Por ahí alguien lo escuchó y se aprovecharon".
Otra vecina aseguró que "vinieron en un auto que no tenía patente. Algunos dicen que el vecino reconoció a los pibes que le robaron, que podrían ser del barrio y que eran jóvenes". Lo concreto es que cuando salieron de la casa le apoyaron un arma sobre la espalda a don Albino y le dispararon a quemarropa.
Un barrio duro
La barriada donde ocurrió el crimen se levanta a unas cuatro cuadras de Rouillón y bulevar Seguí. Entre los paredones del Fonavi varios murales recuerdan a jóvenes que rifaron su vida entre balas. Los nombres se repiten y a nadie se le ocurre pintar allí otro mural con los colores de clubes de fútbol o declaraciones de amor.
"El barrio está así, difícil. Tal vez Albino conocía a los pibes de chiquitos porque él hace muchos años que vivía acá. Cuidaba sus perritos y de vez en cuando hacía un asado en la vereda. Por ahí pensaron que tenía la plata en la casa, y por ahí la tenía no más. Me causó mucho dolor ver a su mujer llorando desconsolada y a él tirado al lado de la misma silla en la que tomaba mates todas las tardes", dijo un vecino de la cuadra.
Murió un joven baleado el lunes
Un joven de 24 años que había sido baleado la noche del lunes en el extremo sudoeste de la ciudad murió el martes a las 22.30 en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), donde estaba internado en grave estado. Se trata de Pedro Ezequiel Martínez, quien según los datos preliminares de la investigación estaba en la puerta de su casa de Camino Nuevo a Soldini y la avenida 2126 cuando aparecieron dos hombres en una moto y le dispararon. Con un balazo en la cabeza, el joven fue llevado al Hospital Roque Sáenz Peña, desde donde fue derivado al Heca. La investigación del hecho está en manos de la fiscal de Homicidios Marisol Fabbro, asistida por la PDI.