Los indicadores que miden la situación epidemiológica de la pandemia por coronavirus en la ciudad mejoran levemente y expresan una tendencia al descenso en la cantidad de contagios. Sin embargo, la ocupación de camas críticas continúa al tope (95 por ciento a nivel provincial y 93 en Rosario), justo en el medio de una ola polar y a un paso del inicio del invierno. En tanto, investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) advierten que si se volviera al nivel de contacto social previo al 22 de mayo es esperable que la curva de casos trepe: de hecho, las aperturas posteriores al confinamiento estricto ya frenaron la baja y generaron la actual meseta.
Al respecto, el director de Tercer Nivel de Salud de la provincia, Rodrigo Mediavilla, expresó que es necesario asumir una actitud de cautela frente al alivio que experimentan algunos indicadores, como la capacidad de reproducción de la enfermedad y la tasa de incidencia de casos, porque “no estamos saliendo de la segunda ola”.
El funcionario pidió hablar de mejora recién cuando la ocupación de camas se ubique por debajo del 80 por ciento. Mientras, el sistema de salud sigue en un estado “de alto estrés sanitario, aunque en algunos lugares empezamos a ver un mejoramiento de disponibilidad de camas, por ejemplo hoy el Hospital Centenario tiene camas”, señaló este viernes.
Situaciones como las del efector rosarino “nos dan un mínimo de oxígeno, nos hacen vislumbrar haces de esperanza”, metaforizó Mediavilla y mostró “la foto” de las cinco regiones santafesinas a este viernes al mediodía. La que se encuentra en mejor situación en cuanto a las plazas ocupadas es Rafaela, con un 91 por ciento, seguida de Rosario con el 93. La cifra salta al 97 en Reconquista y Venado Tuerto, con un panorama muy complicado en Santa Fe (tiene un 98 por ciento de exigencia en las terapias intensivas). El promedio de la provincia es del 95 por ciento.
No obstante, Mediavilla llevó tranquilidad al afirmar que más allá del estrés sanitario, desde el inicio de la pandemia en 2020 se amplió la capacidad del sistema de acuerdo a un plan de contingencia elaborado por el Ministerio de Salud y como consecuencia en la provincia no quedó nadie sin atención.
La situación local
Desde la Secretaría de Salud de Rosario califican como “intenso” el movimiento de camas. En rigor, en el último informe semanal de la Municipalidad, conocido este viernes, se lee 100 por ciento junto al ítem ocupación de plazas críticas en el sector público. El promedio de la infraestructura utilizada por pacientes internados en las áreas intensivas y generales en la ciudad es del 94 por ciento, y esto se debe sobre todo a que la cantidad de casos (si bien bajó un poco y no se incrementa) tampoco es lo suficientemente magra como para descomprimir.
El sector privado, en tanto, exhibe a la fecha una ocupación del 90 por ciento, de acuerdo a los datos de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales privados.
El documento del área de salud municipal muestra que el pico de casos en 2021 fue alrededor del 20 de mayo. Mientras la ocupación de camas se resiste a ceder, por estas horas el número de reproducción diario estimado y la razón están en 0,93 y 0,67 (algo bueno en tanto estos cocientes son inferiores a 1 y a 1,20 respectivamente). La positividad de los testeos descendió al 38 por ciento (llegó a estar en el 50), mientras que la incidencia o cantidad de casos acumulados por habitantes en los últimos 14 días viene en baja: se ubica en 903, pero hay que tener en cuenta que este indicador se pondera de riesgo a partir de 150.
Advierten que las aperturas sumarán contagios
La pregunta frente a esta realidad epidemiológica es si estos números pueden conducir a la apertura de actividades e incluso al reinicio de las clases presenciales. Investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), en base a modelos matemáticos que vienen estudiando desde el inicio de la pandemia, consideran que “si seguimos abriendo es posible que los casos vuelvan a aumentar”. Así lo expresó el doctor en Ingeniería e investigador del Conicet Ernesto Kofman, del Centro Internacional Franco-Argentino de Ciencias de la Información y Sistemas.
“Las restricciones de nueve días (impuestas por el presidente de la Nación) produjeron un descenso rápido de casos, que se vio hasta la semana pasada. La apertura posterior hizo que ese descenso se detuviera, lo que se aprecia esta semana. Si seguimos abriendo y se vuelve al nivel de contacto social previo al 22 de mayo, es posible que los casos crezcan”, advirtió el especialista. No es posible predecir cuánto, aunque aquí lo que preocupa no es tanto la cifra exacta sino la tendencia.