La Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a los países que tienen suficientes vacunas contra el coronavirus que no se las administren a los niños y adolescentes sino que las destinen al mecanismo Covax, que procura garantizar un acceso equitativo a las dosis para todos los países.
“Entiendo que algunos países quieren vacunar a sus niños y adolescentes, pero los insto a reconsiderarlo y a dar vacunas a Covax”, dijo el director del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien advirtió que al ritmo actual de propagación del virus, el segundo año de la pandemia será “mucho más mortífero”.
El programa Covax, que la OMS gestiona junto a fondos privados, se quedó sin buena parte del suministro de vacunas porque países como India, que fabrica la mayor parte de las ampollas, decidieron dejar de exportar para atender su propia emergencia.
Del fondo Covax, Argentina recibió casi 1,1 millón de dosis de AstraZeneca.
No hizo falta que Tedros Adhanom mencionara a Estados Unidos, país que comenzó esta semana a vacunar a miles de escolares con el arsenal de millones de vacunas de Pfizer que dispone.
En varios estados, como California, fueron habilitadas las mismas escuelas para que los niños mayores de 12 años concurran con sus padres, que deben manifestar su consentimiento. Cadenas de farmacia como Walgreens también practican las inmunizaciones requiriendo que un padre o un tutor esté presente.
La vacuna de Pfizer que se utiliza es la misma que se aplica a los adultos. Pfizer probó la seguridad y eficacia en unas 50 mil personas de 16 a 12 años en el estudio de la última fase de su vacuna.
Las autoridades sanitarias de EEUU sostuvieron que aunque es mucho menos probable que los niños se enfermen gravemente si se infectan, el riesgo no se puede descartar completamente.
Inocular a los niños, explicaron, también es clave para poner fin a la pandemia, pues pueden contagiarse y propagar el virus a otros incluso si ellos no se enferman.
Aproximadamente 20% de la población estadounidense tiene menos de 16 años, lo que incluye a unos 16,7 millones de niños de entre 12 y 15 años.
Estados Unidos, con 330 millones de habitantes, tiene dosis para inocular a toda su población holgadamente y está brindando todo tipo de estímulos para que los ciudadanos concurran a los centros de vacunación.
Ayer no fue la primera vez que Tedros apuntó a los países más desarrollados. Naciones como India, Nepal o Sri Lanka sufren tasas de contagio explosivas, recordó Tedros.
Sin embargo, existen numerosas autoridades sanitarias mundiales interesadas en inmunizar a la población infantil porque, sostienen, es uno de los grupos que forman parte de los “supercontagiadores” pues portan la enfermedad asintomáticamente pero con una alta carga viral.
Una investigación liderada por la Universidad de Colorado (EEUU) concluyó que “los supercontagiadores son más peligrosos que las nuevas variantes de preocupación. Los padres de familia y tutores ansían que su descendencia sea considerada en los planes de inmunización. Así lo relató Kawsar Talaat, de la Escuela de Salud Pública en Baltimore, Maryland: “Los padres están clamando por inscribir a sus hijos. Llaman ellos”.