Pasó Colombia, lo que parecía (o muchos lo quisieron hacer creer) un punto de inflexión en el camino de la selección argentina hacia Rusia 2018. Y lo que pasó fue bueno. Para Gerardo Martino, básicamente. Para los jugadores. Para los hinchas. Porque de aquel descreimiento generalizado que había en el mundillo del fútbol se arribó a una estación mucho más placentera, ya sin tantos reproches salvajes, descarnados. Claro, esta vez hubo equipo. Pero de principio a fin y no sólo un tiempo como ocurrió frente a Brasil. ¿Ahora qué? Un par de meses para evaluar y esperar que llegue la hora del verdadero despegue. Que será nada menos, si no surgen contratiempos, con Lionel Messi ya en el grupo. Y eso no es un dato menor (ver aparte).
Hoy igual es tiempo de análisis. Javier Mascherano, el capitán del seleccionado, se sinceró al decir ante la prensa que “entendimos cómo era el juego para ganarle a Colombia, lo que no supimos en otros partidos, en especial ante Ecuador”. Esto fue tras vencer por 1-0 a Colombia, en Barranquilla. Y con ese pensamiento invitó a analizar la actualidad del equipo argentino.
La frase del mediocampista permitió profundizar el análisis del presente de la selección argentina tras un comienzo poco venturoso en las eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial de Rusia 2018.
Los dirigidos por Martino fueron de menor a mayor en estas primeras cuatro fechas de la competencia, porque lo que mostraron en la victoria frente a los colombianos, para bien, distó mucho de lo que fue la derrota con los ecuatorianos por 2 a 0 en la primera jornada.
Aquel desempeño del conjunto nacional resultó decididamente malo, inconexo, desconocido, y pasó a un nivel discreto en el empate 0-0 con Paraguay.
Con varias bajas por lesiones, como las de Messi, el Kun Agüero, Pablo Zabaleta, Carlos Tevez, Javier Pastore y Ezequiel Garay, el entrenador tuvo que rearmar el equipo para las fechas tercera y cuarta.
Para eso debió dejar de depender de alguna individualidad iluminada para pensar a un juego en equipo con todas las luces, como el que presentó frente a Brasil, con un primer tiempo muy destacado, en un cotejo que mereció ganar con amplitud y que concluyó 1 a 1 por la falta de contundencia, una situación a revertir para cuando se reinicie la eliminatoria, en marzo próximo.
Para entonces, como pasó para la confrontación con Colombia, en que se debió bajar otro defensor (Facundo Roncaglia) por acumular dos amonestaciones, cuando se enfrente a Chile no estará Javier Mascherano por idéntico motivo.
El jugador de Barcelona, al respecto, señaló que “alguna vez debía suceder. El entrenador sabrá quién será el reemplazante”, argumentando que “no podía” cuidarse “pensando en ese encuentro” porque lo fundamental y lo inmediato “era dejar todo para ganarle a Colombia”, un adversario directo para la clasificación.
Precisamente, representantes de la prensa del país tropical sostuvieron que Messi es un jugador desequilibrante para la Argentina, pero que el motor del equipo es el ex volante central de River, valorando su criterioso despliegue y su voz de mando.
Ahora pasó el temporal, que no es referido a la fuerte tormenta anunciada para la hora del partido del martes, si no por el vendaval de versiones que soplaron sobre la tambaleante posición de Martino.
El DT, quien estará más tranquilo por estos días por el mejoramiento del equipo, seguramente volverá a contar con los ausentes de los últimos partidos en la prosecución de las eliminatorias y tendrá mayor crédito para su labor.
Crédito ganado por el buen planteo táctico presentado en los dos últimos encuentros y también porque supo lograr “la tenencia de la pelota y el control del juego para superar a Colombia”, como lo había presagiado el técnico en la conferencia previa al partido.
Por eso resultó válido el concepto de Mascherano sobre que “son varios los que critican al técnico, pero los jugadores son los responsables de jugar”, con lo que respaldó al Tata Martino y volvió a reconocer que “en algunos partidos no se supo entender el juego que se tenía que hacer”.
Si todo marcha por los carriles naturales habrá que confiar en el equipo albiceleste, que con los últimos tres puntos sumó cinco unidades, pasando a la sexta ubicación en las posiciones, a siete de Ecuador, el puntero.
Aunque aún no entró en el lote de los que clasifican para el Mundial, que en forma directa lo harán del primero al cuarto equipo con mayor puntaje y el quinto disputará un repechaje para alcanzar ese objetivo, nada indica que haya obstáculos para lograr la clasificación en forma directa.
De todos modos, “el cierre de año fue bueno, con cuatro puntos logrados sobre seis en los dos últimos partidos”, rescató como saldo positivo Mascherano, en una invitación a ser optimistas. Es decir, a mirar el vaso medio lleno y no el vaso medio vacío.