Newell's venció a Patronato y la fe leprosa mueve montañas

El viernes santo fue rojinegro. El Parque fue una fiesta porque Newell’s sacó adelante un partido chivísimo a puro corazón, garra, jugando de mayor a menor, pero sin claudicar jamás. La enorme jugada que armaron en el complemento Justo Giani, Djorkaeff Reasco y el goleador y figura de la noche Ramiro Sordo sirvió para sumar tres puntos de oro ante Patronato y para que la lepra vuelva a meterse al menos momentáneamente en el top cuatro. Un triunfo colosal de un equipo compacto que ya está metido de lleno en la pelea de arriba y con el sueño de protagonismo cada vez más firme. La fe de Newell’s mueve montañas y así fue en un fin de semana especial en el que se celebran las Pascuas. El rojinegro ahora irá por todo.

Newell’s arrancó el partido hecho una tromba. Salió a llevarse por delante a Patronato. Con los volantes presionando alto, con pases veloces entre líneas y con los laterales lanzados al campo contrario. Por ello tuvo chances netas para ponerse arriba en el inicio de la noche en el Coloso.

La primera leprosa fue una apertura de Juan Manuel García para la trepada de Méndez y tras el centro del lateral uruguayo quedó sólo Garro, que cabeceó al medio del arco y contuvo el arquero visitante Matías Mansilla.

Enseguida Nicolás Castro lanzó una puñalada venenosa desde la izquierda con tres dedos y García definió apenas afuera. El propio Juanchón quedó nuevamente de cara al gol y falló el disparo en la boca del arco, en una oportunidad inmejorable. Newell’s estaba cerca de la apertura. Pero no era efectivo en el pase a la red.

Patronato trataba de hacer pie intentando tener la pelota, fiel a la filosofía del DT Facundo Sava, pero le costaba horrores. Newell’s lo hostigaba con intensidad en cada sector de la cancha.

Pero promediando la etapa inicial Newell’s quitó el pie del acelerador. El juez Pitana colaboró a lentificar el trámite al no darle agilidad al juego demorando muchísimo cada reanudación.

Sobre el cierre del primer tiempo hubo una pésima noticia para la lepra. A los 40 minutos, Ramiro Macagno dejó la cancha llorando con una fuerte molestia muscular en la pierna derecha y le tocó debutar al juvenil arquero Franco Herrera. Ya con el trámite equilibrado se fueron al descanso.

A barajar y dar de nuevo para el complemento. Sanguinetti buscó potenciar la velocidad ofensiva con el ingreso de Ramiro Sordo por Panchito González.

El partido quedó establecido con Newell’s yendo a buscar con más ínfulas que ideas y con Patronato agazapado con inteligencia para la contra.

Castro se fue diluyendo tras una breve ráfaga prometedora de buen panorama al comienzo del juego y dejó la cancha por Djorkaeff Reasco. Y también afuera Pablo Pérez agotado por el pibe Juan Sforza.

Newell’s dejó el inicial 4-3-3 por un 4-4-2, con Garro (después Giani) y Sordo por las bandas y con Janchón García y Reasco en ofensiva.

El debutante arquero Herrera falló una salida con los pies y Newell’s casi saca del medio. El juego se hizo ordinario y los de Sanguinetti no podían imponer condiciones. El equipo se partió y las imprecisiones y el nerviosismo conspiraron contra la lepra, que más allá de las ganas no podía arrimar claridad al área de enfrente.

Pero hubo un oasis de inteligencia y efectividad para los rojinegros. El ingresado Justo Giani clavó el freno por la derecha. Abrió bien los ojos para habilitar a Reasco, que con taco corto hacia atrás dejó pasar la pelota para la entrada frontal de Sordo y Ramiro hizo estremecer al Coloso. Pateó cruzado desde afuera del área para definir un partido durísimo y hacer delirar al pueblo leproso.

En el final Newell’s se regaló atrás y Franco Herrera tuvo una tapada colosal ante el otro Herrera de Patronato, Jonathan, ahogándole el grito en una acción que era un fusilamiento, pero el arquerito leproso fue puro reflejo y sostuvo la victoria.

Newell’s ganó mordiendo, metiendo y se acomodó momentáneamente en el top cuatro. La gente se fue gritando en un viernes santo que fue bien leproso.