Newell's perdió, quedó afuera de la Copa Libertadores y renunció Alfredo Berti

Newell's se quedó sin objetivos y sin Alfredo Berti, quien anoche presentó su renuncia. La derrota con Atlético Nacional fue el golpe que derrumbó el proyecto que encabezaba y que ahora tomará el mando de manera provisoria Ricardo Lunari, quien dirigirá al equipo el domingo, a las 17.10, ante Godoy Cruz en Mendoza (ver página 5). "Mi vínculo con Ñuls terminó. Estoy agradecido a los dirigentes, jugadores y a la gente", fue en síntesis la escueta exposición del Loco, golpeado y con un alto grado de desánimo por tener que dejar su casa de la manera menos esperada. En su última presentación para realizar el anuncio, a la 0.40, estuvo acompañado en la sala de prensa por el presidente leproso Guillermo Lorente.

Los rojinegros se quedaron sin la posibilidad de pasar a octavos de final en la Copa Libertadores cuando parecía que tenían la mesa servida. Tenía dos resultados a mano, ya que con un empate lograba la clasificación. Pero el resultado fue el peor: una derrota con un Atlético Nacional que derrumbó todas las ilusiones construidas. Newell's quedó lejos en la zona de protagonismo en el torneo Final y afuera del internacional. Nada, o casi nada, en el horizonte.

La mano ayer había arrancado torcida ya por la mañana con las amenazas que sufrieron el presidente Lorente y el vice primero Jorge Riccobelli (ver página 7). Un hecho digno del repudio. Este acontecimiento ofició de preámbulo a la finalísima que se jugaba Newell's con los colombianos en su afán de ir por el objetivo copero. Como extra, sobre sus espaldas el equipo llegaba con el peso de la derrota en el clásico del domingo pasado también en el Coloso, y así se completaba un combo de alto voltaje.

El golpe al mentón que le aplicó la visita derrumbó todo el castillo de naipes armado para este cuatrimestre. Porque el domingo Berti se decidió a dejar de lado el torneo Final para ponerle todas las fichas a la Libertadores. Pero en cuatro días se quedó sin nada. Carente de metas por ir a buscar y con un plantel golpeado, tanto física como anímicamente. Cansado y sin reacción. El grupo, reducido y con escaso recambio, sintió el efecto, le costó afrontar los dos frentes y con el paso de los encuentros se fueron cayendo soldados por lesiones.

Berti metió mano y hurgó bien en el fondo de la lista de futbolistas con mayor experiencia para afrontar el duelo de la clasificación. Como sabiendo que se jugaba la última ficha en la ruleta de la Copa. Apostó fuerte, con todo lo que tenía a disposición. El resultado fue el menos esperado. No tuvo la revancha como para hacer olvidar por un rato la derrota con Central. Y Newell's se quedó sin nada en la mano. Hasta sin técnico.

Fin de ciclo. Newell's se despidió de su máxima obsesión. La que volvía loco al pueblo leproso, pero esta vez se bajó (o fue bajado) antes de lo esperado. El entrenador no encajó en la gente y no pudo ganarse su cariño a pesar de ser del riñón del club, como gusta reflejarse en el Parque, y de haber sido campeón como jugador. Y él fue el primero en dejar sentado esto el domingo tras su segunda derrota ante el Canalla.

Aunque al final el público entero dio una muestra de gran entereza cantando por su Ñubel y aplaudiendo el intento que hizo él y el plantel, el ciclo se agotó. El propio entrenador lo tenía bien en claro desde hace rato. Porque el plantel sufrirá muchos cambios a mediados de año. No estarán Heinze, Trezeguet y Banega, a los que hay que sumarles alguna venta. Por eso, a pesar del sondeo de renovación de contrato de días atrás, el DT tenía en claro que su continuidad era complicada. Entendía que debía haber un cambio de aire, después de un semestre intenso en 2013 y con un subcampeonato, y un andar complejo en este 2014. Pero la derrota de anoche aceleró los tiempos. Y Berti dijo adiós para que desde hoy otro intente cambiar el panorama.