Lionel Messi volvió a Rosario para disfrutar con los suyos de las fiestas, como lo hace habitualmente a esta altura del año. Si bien hay una expectativa lógica de que se organice alguna convocatoria en torno a su figura, para que la población puede estar más cerca del astro a días de la conquista del Mundial, desde Newell’s se está especialmente atento a los movimientos de la Pulga en su ciudad natal. Es que teniéndolo tan cerca, no hay que descartar que se intente un encuentro con el Diez, cuyo sentimiento rojinegro puso múltiples veces de manifiesto, con sus hijos vistiendo la camiseta rojinegra o él mismo luciendo un modelo similar al que vistió Diego Maradona, cuando lo homenajeó tras su muerte.
Durante la mañana del martes nadie tenía certezas de ningún tipo sobre la estadía de Messi en la ciudad. El caos de la caravana que lo paseó junto al resto del plantel de la selección argentina ante una multitud por las calles porteñas, no ayudó en nada para clarificar qué es lo que quiere hacer el crack, al igual que Angel Di María y Angel Correa, una vez que se instalen en Rosario.
Por esa razón, todo quedó en el plano de las especulaciones, aunque la comisión directiva está hablando del tema y analizando todas las posibilidades. Está claro que cualquier clase de encuentro con el futbolista será reservado, sin tener que disponer de un enorme dispositivo de seguridad que, por lo visto ayer, puede desbordarse en cualquier momento.
“Quiero irme a Rosario, tomar unos mates y disfrutar de ser campeón del mundo”, fueron las palabras de Messi después de la conquista del título en Qatar. Eso no implica necesariamente que no acepte alguna invitación del club del Parque, dentro de un círculo más cerrado. Hasta surgió la hipótesis de que Messi concurra a Bella Vista para estar cara a cara con un excompañero suyo en la selección argentina, Gabriel Heinze.
“Heinze es amigo de Messi. Tiene buena relación con él”, manifestó recientemente el presidente de Newell’s Ignacio Astore. Tal grado de afinidad lleva a suponer que se pueden llegar a juntar. O a lo mejor es un encuentro más íntimo, con pocos testigos.
El entrenador rojinegro, que jugó con Messi los Mundiales de 2006 y 2010, siempre manifestó que le costaba hablar del seleccionado argentino porque era un sentimiento muy fuerte para hablar y que le costaba poner en palabras lo que sentía. Previo a la final del Mundial, junto al resto del plantel de Newell’s, les envío un mensaje de aliento a la selección.
No fueron tantas las ocasiones en las que Messi participó de alguna convocatoria ligada directamente con Newell’s. Hace poco se conoció, a través del hincha Alejandro Foglia, un testigo directo, que la Pulga fue al Coloso en 2005, poco después de debutar en Barcelona, para presenciar un partido de la lepra contra San Lorenzo. Años después, tanto en 2009 como en 2011, jugó en los partidos a beneficio de la Fundación Pupi, del exfutbolista Javier Zanetti.
En 2013, el expresidente Guillermo Lorente fue a Barcelona y le obsequió la camiseta rojinegra, con la firma de todo el plantel que fue campeón ese año.
Y el exvice Cristian D’amico y exsecretario Juan José Concina le entregaron una casaca de Newell’s en el predio de la AFA en Ezeiza, con motivo de un amistoso entre la selección argentina y la lepra de 2019.
Ahora el Diez está en Rosario y la chance de reunirse con el mundo rojinegro está latente.