Jorge Recalde ingresó en una curva descendente de rendimiento. La breve pausa entre la eliminación de Newell’s de la Copa Sudamericana y el inicio de la Copa de la Liga lo perjudicó. Desde que se reanudó la actividad oficial para el conjunto rojinegro, el paraguayo no fue el mismo que culminó la primera etapa del año, consolidado y en un buen nivel. Lejos del arco, errático, impreciso, poco participativo y sin goles. La última presentación, contra Belgrano, fue la más floja de las tres primeras fechas. Una realidad preocupante ante las dificultades de la lepra para llegar al gol, y con el uruguayo Guillermo May aún como incógnita para reemplazarlo.
Newell’s atraviesa la primera de las dos semanas de trabajo, antes del enfrentamiento contra Unión en el Coloso, debido a la doble fecha de eliminatorias para el Mundial que interrumpió momentáneamente la Copa de la Liga, con la tranquilidad de un buen comienzo en el torneo, siendo uno de los punteros del grupo B. Esto no implica que no haya cuestiones por corregir. A Recalde, por caso, le servirá para tratar de volver a ser el que fue, nada menos que el goleador del equipo, con 7 tantos (6 en la Liga Profesional y uno en la Sudamericana) señalados hasta el breve receso futbolístico.
Al principio, desde que se incorporó al club, le costó afirmarse, entrar en el ritmo de juego del fútbol argentino. Y lo consiguió. Demostró condiciones. Si jugó así, ¿por qué no podría repetir en esta Copa? Posible es, pese al esfuerzo que hace para jugar de nueve. Es que, de una manera u otra, la posición lo condiciona. Sacrifica sus aptitudes en pos del funcionamiento ofensivo que pretende Gabriel Heinze.
La predisposición del paraguayo es meritoria. Teniendo buen manejo y claridad para desprenderse de la pelota, aptitudes propias de un mediapunta, no escatima dedicación para jugar más adelante en la cancha, con los zagueros rivales sin darle respiro.
A Heinze le gusta el 9 que participe en la elaboración de juego. Recalde lo intenta, últimamente con menos efectividad. Es que en los sitios donde se mueve y recepciona el balón, cada toque y cada descarga hacia los extremos lo encuentra a una distancia considerable del arco rival. Y cuando cada una de esas jugadas finaliza, si es que se logra llegar hasta el fondo de la cancha, no es raro que recién esté pisando el área. Los centros que llegan de uno u otro costado, en ocasiones no lo encuentran como posible receptor. Encima se le nota cierta falta de aceleración.
Las actuaciones de Recalde en la Copa no fueron razón suficiente para que Heinze entienda que deba buscarle otra alternativa dentro de un mismo partido. El paraguayo jugó los 90’ contra Central Córdoba y Belgrano. Y lo hizo hasta los 88’ frente a Lanús, siendo reemplazado por el defensor Augusto Schott, quedando el equipo sin un centrodelantero. Ese día en el banco se quedó Genaro Rossi. Y Jeremías Pérez Tica, que no tiene la oportunidad de jugar de nueve, siendo que es su posición.
Entre Recalde que influye muy poco en ataque, sin siquiera rematar una vez al arco en la última presentación (de acuerdo al sitio de estadísticas Data Factory), y Rossi que mira los partidos desde el banco, hay un problema en la posición de nueve que requiere una solución. Heinze ratificó en más de una ocasión a Recalde cuando las cosas no le salían, y no parece que eso vaya a cambiar. Tampoco le sobran atacantes.
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A la dirigencia le costó traer un centrodelantero y la incorporación del uruguayo Guillermo May por el momento despierta más expectativa que certeza. “El delantero necesita hacer goles y yo vengo a eso, a hacer goles”, expresó el exjugador de Danubio al sitio oficial de Newell’s.
Las opciones para jugar de 9 no abundan en Newell’s. No es novedad. No por nada buscó reforzarse en el puesto. Por ese motivo, por el escaso recambio, es imprescindible que Recalde se recupere y tenga otro protagonismo. Que la visita a Belgrano, en especial, haya sido una actuación fallida y no se convierta en tendencia su decaída en cada una de las variables del juego (ver infografía).
No es su peor racha
El último gol de Jorge Recalde fue en la Bombonera. En el tiempo adicional, descontó en la derrota de Newell’s frente a Boca por 2 a 1, en la penúltima fecha de la Liga Profesional. Desde ese momento pasaron seis encuentros sin meterla.
Fue suplente contra Talleres (1-1), en el cierre de la liga, ingresando en el último cuarto de hora. Y luego jugó de titular ambos partidos frente a Corinthians (1-2 y 0-0) por los cuartos de final de la Sudamericana. Y lleva tres partidos entre los once en la Copa de la Liga.
De todos modos, esta no es su peor racha sin goles. Estuve 10 partidos sin señalar, entre el gol en la victoria ante San Lorenzo (1-0) en el Coloso por la Liga y el que le convirtió a Blooming (3 a 2) en Bolivia por la Sudamericana.