Adrián Coria le dio una paliza táctica a Abel Balbo. Newell’s ganó de punta a punta un duelo que se presumía muy chivo. La lepra armó una goleada implacable ante Central Córdoba. Se impuso 3 a 0 con el tanto de Iván Ramírez en contra, un golazo notable de Willer Ditta y la estocada final la dio el pibe Marcelo Esponda. Un triunfo magnífico como el mismísimo Madre de Ciudades. Así, el rojinegro dio un paso enorme rumbo a la Copa Sudamericana y con tres puntos más alcanzará el objetivo de volver al ruedo internacional. Por ello los abrazos de los futbolistas del Parque tras el pitazo final. Festejo total en Santiago.
En la semana Coria había reconocido que a su equipo le faltaba juego y vaya si lo consiguió. Newell’s creció de atrás hacia adelante. Se plantó bien con cinco defensores, manejó la pelota en el medio con Pablo Pérez y Sforza y tuvo en Panchito González a un encarador serial. Con estos argumentos fue inclinando la balanza y terminó minimizando a un rival que venía muy entonado, pero que culminó siendo una sombra total. Todo fue mérito de Newell’s. Defendió, jugó, gustó y goleó.
Ya la etapa inicial tuvo a Newell’s como justo vencedor. Si bien el rojinegro comenzó con un exceso de confianza de Lautaro Morales en una salida que pudo costarle un dolor de cabeza, luego fue casi todo del equipo de Adrián Coria.
Un cabezazo afuera de Garro. Un tiro seco de Luciano a las manos de Rigamonti. Una corrida solitaria de Garro que tuvo límite en el cierre providencial de Pereyra. Fueron todas señales de que la lepra estaba mejor y le había cortado el circuito al equipo de Abel Balbo.
El ferroviario intentaba ser prolijo, aunque era previsible. Y el rojinegro agazapado lograba armar réplicas punzantes, en especial, por la izquierda, con el tándem Luciano-Panchito. Un centro envenenado de Gonzalo Torres quemó en el área leprosa, pero nada más del local.
Newell’s cumplía con la premisa de obstaculizarle los caminos a Central Córboba con la muralla de cinco defensores. Y cuando el primer tiempo agonizaba llegó la apertura. Gran pase de Sforza, desborde profundo de Méndez y en su intento de sacarla la metió contra su arco Iván Ramírez. Ya era gol, igual despejó de adentro Pereyra y por las dudas volvió a meterla Panchito. Con ese tanto el rojinegro se fue al descanso ganancioso, poniéndole justicia al desarrollo de la etapa inicial.
El segundo tiempo comenzó con el ferroviario herido en el orgullo. Centro de Martínez y Morales contuvo el disparo del ingresado Riaño. El local salió a empujar, pero impotente de ideas como toda la noche.
Enseguida Ditta sacó a relucir el manual del zaguero de galera y bastón. El colombiano tomó la pelota en el círculo central y enfiló hacia el área, sociedad con Garro y Juanchón, y definición notable picando el balón por sobre el achique de Rigamonti. Golazo y joyita de Ditta para poner en un marco.
Newell’s a esa altura era amo y señor de cada centímetro del majestuoso estadio Madre de Ciudades. Manejaba el balón con suficiencia a partir del criterio de Pérez y Sforza. Las diagonales de Panchito eran una pesadilla para los santiagueños. Y atrás la línea de cinco defensores casi no tuvo grietas.
La frutilla del postre fue el gran gol del pibe Marcelo Esponda, que tras un pase notable de Juanchón le dio un fierrazo para vencer a Rigamonti y decorar la goleada leprosa en tierra santiagueña.
Gran triunfo leproso. Una victoria para sacar chapa de candidato firme a meterse en la próxima Copa Sudamericana. Esta vez Newell’s tuvo juego, quite, triangulación, tenencia ofensiva y contundencia notable en la red ajena. Por eso ganó con absoluta autoridad en lo que en la previa era un partido muy chivo. A puro fútbol, hizo fácil, lo difícil y armó un carnaval de goles en Santiago.
¡LA LEPRA Y UNA GOLEADA CONTUNDENTE EN SANTIAGO! | Central Córdoba 0-3 Newell's | RESUMEN