No es adepto del celular y le costó encontrar la foto, enviada por su ex compañero Kichi Garrido, donde aparece a pocos pasos del arco de Central y del vuelo estéril de Biasutto, que no alcanzó a tapar la pelota cabeceada por Capurro. Manuel Magán, desde hace unos meses captador de futbolistas para Newell’s, estuvo el fin se semana en Rosario y recordó el título del Metropolitano 1974, del que se cumplió ayer el 45º aniversario. Delantero surgido en Independiente, fue protagonista del segundo gol rojinegro, el 2 a 2 contra Central que valió un campeonato. “A Zanabria lo vi y se la bajé de cabeza”, rememoró.
Magán compartió ayer al mediodía un almuerzo en el club del Parque con futbolistas de aquel plantel campeón. Con varios hacía un largo tiempo que no se veía. A los 67 años, repasó con Ovación la conquista en cancha de Central, designada por sorteo y que fue considera neutral, igualando un partido que perdían 2 a 0. “Eso sólo lo pudo hacer un equipo con carácter”, aseguró el ex atacante sobre lo ocurrido en la última fecha del cuadrangular final.
Newell’s le había ganado a Huracán (3-2) y Boca (1-0). Llegó a ese último partido con un punto de ventaja sobre Central. Le alcanzaba con el empate. Pero a los 69’ perdía 2 a 0 por los goles de Arias y Aimar. “Si no hubiésemos sido un equipo con carácter, capaz que ese resultado no se hubiera podido levantar. El carácter permite que si un partido no lo sacás adelante jugando, lo podés hacer luchando”, dijo.
Magán, campeón con Independiente en el Metropolitano 1971 y la Libertadores 1972, era suplente en ese Newell’s. Se había incorporado al club en 1973. “Siempre me llamó la atención el fútbol rosarino. Nunca vi una ciudad tan futbolera. Sabía que venir acá no era fácil. Newell’s tenía grandes equipos a principios de los 70. Había gente que sin ser hincha iba a verlo jugar en Buenos Aires. Y jugar el clásico es un salto de calidad grande para todo futbolista. La presión es muy grande”, sostuvo.
La atmósfera de la ciudad en esos días era más espesa que la acostumbrada. “Mi señora iba a la verdulería y le decían «mire que tenemos que ganar»”.
El día de la consagración, Magán ingresó a los 69’ por Juan Ramón Rocha, apenas 2’ antes del descuento de Newell’s. “El gol fue una pelota parada que peina Capurro al segundo palo. En la foto aparezco ahí junto al arco porque pensé que pegaba en el palo”, contó.
La participación decisiva de Magán sucedió a los 81’. ¿habilitó a Zanabria con un cabezazo sabiendo que lo tenía cerca? “Fue una pelota cruzada larga de Picerni. A Zanabria lo vi y se la bajé de cabeza. Podría haber cabeceado al arco. Son decisiones en milésimas de segundo. Creo que fui coherente. Siempre les digo a los futbolistas que en un equipo hay que pensar en el bien común. Es así en el futbol y en la vida”, manifestó.
“De Mario se podía esperar un gol así, aunque no es fácil. Era un jugador diferente. Por la postura y cómo se acomodó, la agarró de lleno y la clavó. Se lo tenía merecido por tantos años jugando acá”, dijo.
“Fue algo histórico y recién te das cuenta de lo conseguido con el tiempo. No sé si se puede volver a dar una definición entre Newell’s y Central. Son demasiadas las coincidencias para una definición así”, dijo el ex atacante, que tras su paso por Newell’s jugó en Vélez, Belgrano, Deportivo Cúcuta e Independiente Santa Fe, ambos de Colombia, Racing y Sarmiento de Junín.
“Nosotros teníamos un gran compromiso con Juan Carlos Montes (el entrenador), porque había sido compañero nuestro hasta pocos meses atrás”, manifestó.
Magán, que vive en la casa de siempre, junto a su mujer, en Valentín Alsina, resaltó que ese equipo “tenía carácter, variantes de juego y mezclaba experiencia y juventud”.