Demasiada diferencia existe entre la selección argentina y la chilena. Para el campeón del mundo fue la confirmación de que tiene recambio y que las ausencias al por mayor no fueron obstáculo para sacar adelante un partido como el jugado anoche del otro lado de la Cordillera. Tuvo las cualidades necesarias e imprescindibles para quedarse con la victoria por 1 a 0 y distanciarse más en la cima de la tabla de las eliminatorias sudamericanas. A tal punto que ya se aseguró el primer puesto.
La categoría de la selección argentina es para sentirse complacido. Tiene tal prestigio y variantes que, en la excursión por Santiago de Chile, su funcionamiento se resintió poco pese a la falta de varios de los futbolistas que son referentes: los lesionados Alexis Mac Allister y Gio Lo Celso, y Enzo Fernández, Leandro Paredes, Nicolás Otamendi y Nicolás González, todos suspendidos.
El primer tiempo, dominio absoluto
En la primera etapa, ni siquiera la necesidad de rearmar la mitad de la cancha, sector neurálgico del campeón del mundo, con solo Rodrigo De Paul entre los titulares, alteró el juego de posesión al que tiene acostumbrado el seleccionado argentino. Así fue que la manejó a voluntad, frente a un representativo chileno, último en la tabla, y que se dedicó a esperar, para no tener riesgos.
Un prestigio argentino que nace desde el arco, con Emiliano Martínez. Dibu respondió cuando debía, en un remate de Arturo Vidal apenas comenzó el partido, a partir de una pérdida en la salida argentina. Después, al menos en el primer tiempo, fue espectador de lo que hacían sus compañeros, que la movían de un lado al otro, hasta meter el pase largo para atacar los espacios.
Fue la fórmula con la que el conjunto de Lionel Scaloni se puso en ventaja. Ataque vertical desde el fondo argentino y la habilitación de Thiago Almada para que Julián Álvarez se la pinche a Brayan Cortés. Este recurso se repitió en el envío largo que recibió Giovani Simeone y cuyo remate se fue alto.
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Julián Álvarez definió por encima del arquero Cortés para poner el 1 a 0.
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El manejo de De Paul, el toque de Almada y los ataques por las bandas de Simeone fueron los principales recursos para imponerse en el desarrollo. Que se complementó con la presión de todos para no darle margen de maniobra a Chile, a partir de la recuperación de Exequiel Palacios y la férrea marca de Cuti Romero.
Un remate fallido de Almada desde la medialuna privó a la selección argentina de anotar el segundo, frente a un público que permanecía la mayoría del tiempo callado, porque su selección casi ni pisaba el área argentina.
Sufrió en la segunda mitad
El estadio se inundó de gritos, de los argentinos, cuando antes de los 5’ del segundo tiempo comenzó a moverse Lionel Messi. Para no exigirlo, Scaloni acordó con la Pulga que jugara solo un tiempo. Y cuando entró, atronó la ovación.
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Leo Messi no puede ser detenido durante el partido que la selección argentina le ganó a Chile por 1 a 0.
AP
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Más allá de que la Pulga estaba en la cancha, Argentina bajó el rendimiento. Chile la tuvo más y se arrimó con remates de Cepeda. El primero fue tapado por Dibu. El otro, dio en la cabeza de Cuti Romero y rebotó en el travesaño.
Cepeda tuvo el empate, pero le faltó puntería debajo del arco. La aparición solitaria del extremo evidenció cierta inconsistencia defensiva de la selección argentina. Es que no sólo ya no ejerció el control absoluto de la pelota, sino que perdió algunas marcas.
Victoria de la selección argentina con una promesa
Pero la clase del campeón mundial aparece hasta en los instantes de incertidumbre. Messi puso un pase medido, propio de los talentosos, para que Simeone supere a Cortés y saque un remate que se fue apenas, con un defensor intentando desesperado cerrar el arco.
Argentina se acercó al final, con una diferencia mínima en el marcador que no se alteró. Antes de que concluya, Scaloni decidió el ingreso de Franco Mastantuono que, con 17 años, 9 meses y 22 días, se convirtió en el debut más joven en la selección en un partido oficial. Hasta ese lujo pudo darse el representativo albiceleste.