Newell’s es líder de la Liga Profesional tras cuatro fechas disputadas. Marcha invicto por la victoria 2 a 1 ante Banfield, la igualdad con San Lorenzo 0 a 0 y los triunfos en serie frente a Talleres y Argentinos, ambos por la mínima diferencia. Por eso acumula diez puntos sobre doce en juego y está en la cima de la tabla de posiciones. Claro que el arranque a pura efectividad de los rojinegros no es obra de la casualidad. Al contrario, hay argumentos solventes que explican las razones del notable inicio de campaña del club del Parque. Por sobre todas las cosas hay un entrenador confiable, laborioso, inteligente, metodológico y motivador: Javier Sanguinetti. El DT logró lo más difícil del fútbol: convencer a los jugadores de un libreto táctico, que si bien es flexible en el formato y los personajes, tiene como premisa básica el esfuerzo, la solidaridad y el respaldo colectivo para dar la piel por el compañero.
Es que este Newell’s no es el aporte de once jugadores, sino la puesta en escena de una idea compartida de intensidad en la marca y ataque frontal, en la que cada futbolista conforma un engranaje colectivo. Claro que aún es un equipo en crecimiento, con defectos a corregir, que para nada es imbatible, pero que no hay dudas de que para todos los rivales es muy incómodo enfrentarlo.
El gran momento de Ramiro Macagno para “achicar” el arco leproso. El rendimiento superlativo de Willer Ditta para completar un línea defensiva que cubre muy bien los espacios. La recuperación de la mejor versión de Julián Fernández para copar el mediocampo y desde allí sostener la pelota. Y la verticalidad en los ataques para lastimar en tres o cuatro toques al contrincante, son algunas claves del Newell’s protagonista de Sanguinetti.
Sanguinetti, el arquitecto de un equipo rocoso y confiable
Javier Sanguinetti es el artífice táctico y estratégico del auspicioso presente leproso. Y su trabajo no se resume a estos primeros cuatro partidos de la liga. Ya desde que asumió en la pasada Copa de la Liga Profesional, el DT logró darle una identidad de juego al equipo, tras lo que había sido un 2021 en el que Newell’s hizo una pésima campaña. Sin discursos grandilocuentes, con perfil bajo, refugiado en el laboratorio de Bella Vista, el entrenador fue moldeando un equipo compacto, versátil, que ataca a pura velocidad, pero que no se pone colorado para retroceder y defender con uñas y dientes. Incluso desde que está en el Parque empleó varios sistemas: 4-2-3-1, 4-3-3 y el último con el que venció a Argentinos, 5-3-2. En líneas generales logró reconvertir a los referentes, acertó con los refuerzos y potenció a juveniles. Haber ganado el clásico de visitante ante Rosario Central en el primer semestre le otorgó un crédito notable en los hinchas leprosos. Sin dudas que Sanguinetti está realizando un gran trabajo.
Macagno, el arquero que achicó el arco leproso
Ramiro Macagno es un arquero simple, sencillo, pero totalmente efectivo, que es lo que cuenta para un puesto tan sensible como el que ocupa. Porque allí un error equivale a un derrota y ser blanco de todas las críticas, mientras que descolgar un centro o achicarle el ángulo a un delantero no tiene tanta prensa. Macagno superó la lesión muscular y volvió impecable. Es más, le ganó el puesto a Iván Arboleda, que hasta podría evaluar cambiar de aire para tener continuidad. Es tan bueno el presente de Macagno que tras jugarse cuatro fechas es el arquero menos vencido de la Liga Profesional, con apenas un gol en contra. La única vez que vulneraron su arco fue en la primera fecha ante Banfield, de penal, con el tanto de Galoppo en la victoria leprosa por 2 a 1. Luego mantuvo la valla clausurada en los últimos tres partidos: 0-0 con San Lorenzo, 1-0 con Talleres y 1-0 con Argentinos. Claro que Macagno es parte del óptimo sistema defensivo que diagramó el DT. Por hora el arco leproso es el más “chico” de la liga.
Una muralla defensiva con Ditta como la revelación
Newell’s les complica la vida a los delanteros rivales. Porque les clausura los caminos al gol, les tapa los espacios y los encajona en un embudo en el que se les hace muy difícil progresar. Ya desde el torneo anterior y más ahora, el rojinegro se repliega formando una telaraña eficaz en pos de recuperar la pelota, ya sea en la mitad de su campo o más cerca del área de Macagno. Armando Méndez en la derecha y Leonel Vangioni o Martín Luciano en la izquierda brindan garantías. Mientras que en la zaga Cristian Lema, que puede reaparecer el sábado ante Estudiantes, el enorme rendimiento de Willer Ditta y el propio Gustavo Velázquez, que rindió de gran forma en los últimos partidos, brindan seguridad en la cueva. También respondió cuando ingresó el juvenil Facundo Mansilla. La última línea leprosa, defienda con cuatro o cinco hombres, es uno de los grandes aciertos de Sanguinetti. Newell’s dejó de ser un equipo vulnerable para mutar a un hueso duro de roer. Claro que también hay desacoples a ajustar y el DT lo sabe.
Julián Fernández, patrón del medio
Uno de los motivos principales del buen momento leproso es la recuperación futbolística de Julián Fernández, que en este momento se reencontró con su mejor versión y hoy es una pieza irremplazable del Newell’s de Javier Sanguinetti. Fernández está en plenitud física y futbolística y lo demuestra en cada partido. Garra, corazón, inteligencia para marcar y enjundia en cada dividida lo hacen uno de los pilares leprosos. Además sirve de apoyo y modelo para los juveniles que juegan de volante, como Sforza, Portillo y Balzi. Claro que otro de los faros del medio es Pablo Pérez, que se recupera de una lesión muscular. Por ello la presión alta y sostenida que propone Sanguinetti tiene a Julián Fernández como el abanderado, al que se acopla el resto de la tropa. El medio leproso es todo intensidad.
Un ataque directo y a puro vértigo
Newell’s tiene una receta para atacar, que es llegar desde la mitad de la cancha en tres o cuatro toques al área rival y terminar la jugada lo más rápido posible. Por ello es fundamental la velocidad de los extremos como Ramiro Sordo, Panchito González, Juan Garro o Luciano Cingolani, para incursionar a puro ritmo en campo ajeno. Mientras que también es vital la función de Juan Manuel García como pivote para abrir espacios. Y un buen recambio como centrodelantero es el pibe Genaro Rossi. La realidad es que el rojinegro se acostumbró a golpear al rival en los inicios de los partidos y es eso le está dando muy buen rédito. Lo que está claro es que la lepra necesita tener mayor efectividad en la definición, ya que la falta de puntería suele ser uno de los defectos a corregir en el corto plazo.