Pablo Pérez entrena a la par del grupo, listo para retornar, ya sea de titular o de suplente. Lleva un mes afuera desde el esguince de rodilla que sufrió en un partido que para Newell’s fue un quiebre en el torneo, la derrota contra Godoy Cruz por 2 a 1 en el Coloso que significó el último de Javier Sanguinetti como entrenador. La categoría del mediocampista le devolverá al equipo un toque de distinción sumamente necesario para esta última parte del torneo en la que la lepra se juega la clasificación a la Copa Sudamericana.
La alarmante falta de juego del conjunto rojinegro en los dos últimos partidos, en los que no solo perdió por 1 a 0, contra Sarmiento e Independiente, sino que llenó de preocupación a toda la afición rojinegra, es la causa de que el regreso del mediocampista sea esperado con expectativa. Newell’s necesita de su clase, de su inteligencia para manejar los tiempos, de su prestancia para llevarla, de su fineza para entregarla al pie y al mejor ubicado, y de su visión panorámica.
Es cierto que el período que arrastra de inactividad por la lesión, sumado a un físico propio de un futbolista de 37 años, es capaz de condicionar su rendimiento. Pero le sigue alcanzando con sus destellos de talento para marcar la diferencia. En los partidos que jugó en el torneo, que fueron 9 (6 de titular), de una y otra manera siempre se encargó de dejar su sello. Lo hizo en su última presentación, con esa tijera desde afuera del área que terminó dentro del arco de Godoy Cruz.
Un desgarro antes del inicio de la Liga Profesional lo marginó del debut y una nueva lesión muscular, contra San Lorenzo en la 2ª fecha, lo dejó varios partidos afuera. Son los riesgos que corre a esta altura de su carrera. Pero cuando está, aunque sea por breves lapsos, no pasa desapercibido. Y como nadie es capaz de disimilar su ausencia, continúa siendo importante en este plantel.
Es que además Cristian Ferreira, uno de los dotados para conducir al equipo, todavía no logró transformarse en el creativo que, por condiciones, podría llegar a ser. Tiene muchos altibajos, de nivel de juego y de estado físico. Y Guillermo Balzi, otro de buen manejo, aún no consiguió afirmarse.
Todavía no hay indicios si Pablo Pérez jugará el viernes desde el comienzo o si Adrián Coria prefiere llevarlo al banco. De lo que no quedan dudas es que la capacidad de resolución del mediocampista puede asomar en cualquier momento para resolver hasta las situaciones más complicadas. Ya estaba físicamente para regresar la fecha anterior, pero no lo hizo por el fallecimiento del padre
La cancha de Unión es bien conocida por Pérez. Allí explotó futbolísticamente con la camiseta del tatengue, siendo campeón de la Primera B Nacional y logrando el ascenso. Su carrera desde ese momento fue en constante crecimiento. Hoy, en el ocaso de su trayectoria, mantiene las cualidades necesarias para dar una mano grande en el deseado resurgimiento del juego de Newell’s.
Reasco está en duda
Djorkaeff Reasco apenas ingresó en el tiempo adicional del partido que el seleccionado ecuatoriano igualó sin goles con Japón en Alemania este martes. Retornará a Rosario el mismo jueves que el plantel de Newell’s viajará para concentrar en Santa Fe y es dudoso que vaya a ser convocado para el encuentro contra Unión.
Reasco permaneció en el banco en el amistoso de Ecuador del viernes pasado ante Arabia Saudita en España, que también terminó 0 a 0. Casi que no tuvo exigencia y podría ser citado por Coria para jugar frente a Unión.
El problema es el desgaste del viaje, del cual Reasco llegará recién el jueves a Rosario. Ese día, por la tarde, el plantel se trasladará en micro rumbo a Santa Fe. Por lo tanto, es posible que no viaje.
Perdió la reserva
La reserva de Newell’s dejó pasar la oportunidad de acercarse al puntero Boca, que recién jugará el viernes. Perdió con Unión por 1 a 0 en el Centro Jorge Griffa y permanece a cinco unidades del xeneize. El único tanto fue de Kulak, de penal, a los 60’.