Carlos Tevez marcó solito la cancha tras el triunfo ante Talleres. Expuso que el reto deportivo es obtener un pasaje para las competencias internacionales. El Apache fue claro al confesar que el objetivo “es clasificar a la Copa Sudamericana”. Por ahora todo es ilusión. La realidad contrasta con la esperanza. Central no logra amalgamar a nivel colectivo y el funcionamiento dispar genera un cúmulo de irregularidad futbolística. El patinazo contra Argentinos Juniors no hizo más que certificar la inestabilidad que envuelve al equipo. El mismo canalla que no puede ensamblar dos victorias en serie. Ante esa dificultad productiva, el anhelo de codearse fuera de los límites de Arroyito va en franca degradación.
Esta versión de Central no copa ni se copa. No será tope de gama, pero al menos parece tener algunos complementos más que las dos anteriores referencias, que generaron que el equipo entrara y se codeara con la zona peligrosa de los promedios. La escuadra auriazul vive en un constante sube y baja. Sea emocional como futbolístico.
Tevez asumió y encandiló más con los flashes mediáticos de Buenos Aires que por su labor al frente del plantel. Carlitos comenzó su odisea en Arroyito desde cero. Hasta la fecha acumula 15 partidos como entrenador. No solo que plasmó una formación prácticamente entre fecha y fecha por diferentes circunstancias. También es real que suma más derrotas que triunfos. Las estadísticas marcan que bajo su gestión, el canalla acopia cinco victorias, cuatro empates y seis derrotas. La campaña es floja para aspirar a una clasificación internacional como argumentó días atrás el propio entrenador.
De mayor a menor
Se metió en el baile sin pedir permiso. La imagen pública de Carlitos venía cotizando bien en la bolsa de la popularidad auriazul tras el triunfazo contra Newell’s en el Gigante y el posterior festejo ante Arsenal. Hasta ahí era como que Central comenzó a vivir en un cuento de hadas. Sin embargo, Central Córdoba de Santiago del Estero lo frenó en seco ante la mirada de su propia gente e hizo llegar al compromiso con Quilmes con un semblante que tomó color rojo furioso por parte de los hinchas tras quedar eliminado de la Copa Argentina en cancha de Belgrano de Córdoba. Desde ese instante, la figura del Apache comenzó a ser vista de otra manera. De reojo en realidad.
Al equipo le cuesta ganar. Cada presentación debe redoblar esfuerzo para no quedar pagando. Por momentos suma menos de lo deseado. También es cierto que cuando pifia queda con las manos vacías. Por algo está en el tercer tercio de la tabla general. La misma que tiene a los representativos de la Liga Profesional que más dificultades vienen evidenciando jornada a jornada.
La clasificación a la Copa Sudamericana ya es una especie de utopía. Matemáticamente tiene chances. Desde la exposición en cancha, las posibilidades se deprecian con una velocidad galopante. Los números lo certifican. De los últimos 15 puntos en juego apenas logró cinco. Para un equipo con serias aspiraciones es una cosecha magra.
Central no es la primera vez que sueña en grande y se muestra en campo como chico que recién se larga a caminar. Tevez puso la vara alta al expresar en conferencia de prensa tras el ajustado triunfo con Talleres en Arroyito que el objetivo “es clasificar a la Sudamericana”. No pecó de inocente porque es un peso pesado en el ambiente futbolero. Por lo tanto, los hinchas comenzaron a sacar cuentas rápidamente. Aunque inmediatamente volvieron a poner los pies sobre la tierra porque Argentinos Juniors lo derrotó en La Paternal y desnudó algunas de las falencias colectivas que habían sido escondidas debajo de la alegría generada ante los cordobeses en el Gigante.
Por más que algunos canallas sigan cruzando los dedos en pos de obtener ese anhelado boleto internacional, el fixture que tiene Carlitos y compañía es bastante complejo de alimentar esa esperanza interna. No solo porque tiene varios equipos por encima en la lucha por clasificar. ¿Qué rivales les queda? Estudiantes (L), Patronato (V), Platense (L), Racing (V), Unión (L), Defensa y Justicia (L), Atlético Tucumán (V), River (V) y Colón (L). Serán más que nueve partidos. No solo para Tevez y su futuro en el club. También para la actual dirigencia porque el 30 de octubre habrá elecciones presidenciales.