Erica Lonigro tiene una vida signada por las flores. Nació hace 25 años al sur de la ciudad, en barrio Las Flores, en la calle Guardia Morada que es la flor nacional color fucsia de Costa Rica. De pequeña junto a su madre, hermanas y hermano vendía rosas rojas por el centro y el recuerdo de esas flores, las que más le gustan, lo lleva tatuado en un brazo y una pierna. Y desde que es jugadora de fútbol se cansa de hacer "flores de goles": fue la goleadora del Central tricampeón de la Asociación Rosarina (ARF) y con ocho goles en los cuatro partidos que lleva jugados en AFA comparte con Zoraida Leguizamón, de Social Atlético Televisión (SAT), la condición de máxima goleadora del torneo. Es que Lonigro es una flor de goleadora.
Es la que a los dos minutos del primer partido contra Villa San Carlos, en La Plata, le robó una pelota a una defensora y asistió por izquierda para la conquista del primer gol de la era profesional convertido por Selena Chamorra para las de Arroyito. Y es la misma jugadora, de flequillo, rodete, el 11 en la camiseta, los botines amarillos y dos dientes plateados, que casi treinta minutos después recibió una pelota filtrada de Daiana Gómez, la enganchó hacia adentro y la clavó arriba a la derecha de la arquera rival dejando el testimonio del primero de sus ocho goles que lleva festejados con sus compañeras. "Si tengo que elegir uno me quedo con este y los de los clásicos contra Newell's", dijo Erica.
En el mediodía lluvioso de ayer la delantera de Arroyito atendió a Ovación en su casa, con mates dulces y ya vestida para ir a entrenar. "Aunque llueva igual tenemos práctica en Baigorria", aclaró la delantera que lleva convertidos tres goles más que la jugadora de la selección nacional Mariana Larroquete (UAI Urquiza) y que Macarena Sánchez, primera en firmar un contrato profesional en el fútbol femenino, para San Lorenzo.
Erica también es profesional. Desde este año que la AFA otorgó ocho contratos por equipo puede pensar en vivir del fútbol, si bien su salario de 20 mil pesos no se espeja ni por asomo a la cifra que embolsan los jugadores del fútbol profesional masculino.
"Pero para mí es un sueño logrado, ya veníamos hablando con mi mamá, si no se profesionalizaba el fútbol debía empezar a buscar trabajo, somos muchos en mi casa y nada sobra", dijo Erica delante de Stella, ama de casa y jefa de familia de un hogar lleno de fotos de goles y también de retratos de todo el familión de hermanos, conformado por Romina, Andrea, Balvina, Jonatan, Leo y Maylen. De toda la prole, Erica se apunta como "la del medio" es la que siguió los pasos de su mamá.
"Ella también jugaba a la pelota en el barrio, pero de defensora, y no quería que yo siguiera con el fútbol para que no me peguen. Por suerte no le hice caso. Nací en este barrio que es mi lugar en el mundo aunque muchos lo llamen Zona Roja, acá hice el primario y el secundario. Los chicos siempre me eligieron para su equipo o me venían a buscar para un picado. Acá jugué con Angelito Correa, al fútbol y a las bolitas, no sé si ahora él que juega en el Atlético de Madrid se acuerda de mí, pero yo de él, sí".
De esta nueva etapa del fútbol rescata la televisación, jugar contra equipos más competitivos "para aprender" y reprueba tener que cuidarse más en las comidas. "Con lo que me gustan el pan, la Coca y el mate con azúcar y ahora debo medirme", se lamentó sonriendo.
Para la foto, Erica se puso la camiseta auriazul con el nombre de Stella, su mamá, en la espalda. "El club nos hizo este regalo a cada jugadora para el Día de la Madre y estoy contenta porque a ella le dedico mis goles, a ella y a mi papá, a mis dos sobrinitas que son mi hinchada, a toda mi familia: todos me bancan en este momento tan importante para mí", dijo la goleadora fanática del ex Boca Cristian Pavón y de la capitana de Estados Unidos, Megan Rapinoe.
De Las Flores a la Ciudad Deportiva auriazul le pone 30' en el auto usado que le regaló y le arregla su papá, "un lujo" que reconoce no tienen otras compañeras del equipo.
"Compartimos todo, si a alguna le falta ropa o plata para cargar combustible para la moto, nos ayudamos. Somos un equipo dentro y fuera de la cancha. Y eso es mérito de las dos técnicas, la anterior (Rosana Gómez) y la actual (Roxana Vallejos). Nos falta todavía, pero cuando nos relajemos jugaremos mejor. Tengo fe en el equipo y por mi parte espero seguir haciendo goles". La próxima chance la tendrá contra Racing dentro de dos fines de semana (la próxima fecha se suspende por las elecciones). La cita será en El Pozo, la cancha de la Ciudad Deportiva de Granadero Baigorria, con arcos preparados para "flores de goles".