Puede resultar conformista, pero el resultado de Central en el debut fue bueno. ¿Alcanza el punto en medio de pretensiones de un salto de calidad? En absoluto, pero los condicionamientos de un partido particular, en el que el equipo canalla jugó casi todo el complemento con uno menos por la expulsión de Benítez también cuenta y es desde ese lado donde se le debe asignar la valoración adecuada a lo que fue el 0 a 0 en el inicio de la Liga Profesional 2022. Es que lo que en un determinado momento pareció ir camino a la debacle no pasó de un simple amague y Central pudo demostrar que ante la adversidad supo aferrarse a ese objetivo de mínima que podía lograr.
Aquel andar anodino, deslucido del final del semestre pasado (ante Sol de Mayo) fue el que Central expuso en esos primeros minutos en los que se esperaba que mostrara algo distinto. Es que ni siquiera las intenciones quedaron del todo claras en un arranque en el que a Lanús se le hizo fácil tomarle el pulso futbolístico al conjunto canalla, leerlo y complicarlo. Para el despabile apenas un remate del Pupi Ferreyra muy alto. Solo eso.
Ahora, en la medida que el granate se animó le complicó la vida a Central, porque la banda izquierda canalla era una aduana sin controles. Algunas malas coberturas de Benítez hicieron que a Blanco lo agarraran en superioridad numérica y por eso entre Aguirre y Angel González hacían lo que quería. Primero fue un pase al vacío de Aguirre (Komar salió mal y Almada quedó mal parado) para Varaldo, quien eludió a Servio y con el arco a su disposición estrelló el remate en el palo izquierdo.
A todo eso, el Pupi Ferreyra no conducía, a Benítez no le salía una y Montoya se dedicaba a colaborar más en defensa que en ataque. Conclusión: Gamba y Veliz eran dos figuritas decorativas.
Lanús lo tuvo una vez más, con más claridad todavía, en esa corrida de Angel González, quien perdió en el mano a mano contra Servio, que la tapó con el pie izquierdo. Recién después de eso Central acomodó un poco la estantería, porque tuvo algunas chances, aunque fue un equipo más de jugadas que de juego.
El centro de Blanco desde la izquierda encontró la atropellada de Veliz (su cabezazo se fue apenas desviado), después el Pupi Ferreyra entró al área gambeteando y definió muy débil y sobre el final un remate de Montoya, que se fue por encima del travesaño. Todo para una pequeñísima reacción desde las llegadas, pero sin demasiado sustento futbolístico.
Para el complemento Somoza se decidió con otro esquema, con el Pupi bien abierto por izquierda, aunque no hubo mucho tiempo para apreciarlo, porque rápidamente llegó la roja (vía VAR) del Cholo Benítez, que impuso un nuevo escenario en el partido. Pero en definitiva nada de eso sucedió, porque Central se abroqueló y entendió que había un negocio por cerrar y que el mismo era no irse del Gigante con la manos vacías.
Del partido, poco y nada. Es más, lo mejor que se vio en ese complemento roto fue del canalla, que con el aporte de Nazareno Romero, algunas corajeadas del Pupi Ferreyra y las ganas de Veliz le alcanzó para jugar cerrar ese negocio.
Las dos líneas de cuatro que armó Somoza dieron resultado. Y no sólo eso, sino que pusieron a Lanús en un lugar de incomodidad absoluta, con la obligación de ir a buscar todo. Pero lo hizo dejando algunos huecos, que el canalla estuvo cerca de explotar. Como en esa corrida de Montoya por derecha que terminó en un centro que Veliz no pudo conectar y que sorprendió al Pupi Ferreyra en el segundo palo.
También fue altamente positivo el no haber sufrido demasiado en el arco de Servio, porque salvo esa entrada por izquierda de Acosta, el equipo canalla se defendió bien. Y eso también fue uno de los ingredientes para ese plato, el del punto, que no es para degustar, pero sí para valorar.
¡EMPATE SIN GOLES ENTRE EL CANALLA Y EL GRANATE! | Rosario Central 0-0 Lanús | RESUMEN