El mediocampista Fernando Gago vivió hoy sus peores 24 segundos dentro de un Superclásico, ya que apenas iniciado el duelo frente a River tuvo que salir lesionado en el tendón de Aquiles de la pierna izquierda, lo que le demandará al menos seis meses de recuperación.
En el estadio Monumental, fue River el que manejó la primera jugada y ningún jugador de Boca llegó a tocar el balón hasta que Gago, quien trotaba por la mitad de cancha sin exigirse, cayó fulminado al césped.
Apenas se habían jugado 24 segundos de juego y, enseguida, el árbitro Darío Herrera pidió la atención médica para el mediocampista, que esta semana había estado junto a la Selección argentina en la gira por Estados Unidos para los amistosos ante Bolivia y México.
Cuando sus compañeros y rivales se acercaron a ver qué le había sucedido al mediocampista central, en la televisación oficial se alcanzó a observar que decía: "Se me cortó”.
Entre lágrimas y con mucho dolor, Gago se retiró en camilla y fue llevado por el cuerpo médico a un sanatorio privado, para realizarle los estudios correspondientes en el pie izquierdo.
Su reemplazante fue el uruguayo Nicolás Lodeiro, precisamente el autor del gol que puso en ventaja a Boca a los 18 minutos.
"Dolor en la región aquiliana izquierda" fue la suscinta y poco explicativa versión oficial que arrojó el parte médico elaborado por el cuerpo médico boquense al término del encuentro.
Cuando Gago exclamó “se me cortó”, aludía a la ruptura del tendón de Aquiles, la cual es muy sencilla de detectar a primera instancia aún para aquellos que no son médicos pero conocen mínimamente lo que es la práctica deportiva.
Es que cuando el tendón se corta como aseguró Gago, se siente como un piedrazo sobre la zona afectada aunque ningún contacto haya existido, y esto se produce por el efecto que se parece en mucho al corte de una correa de cortina, que se va hacia arriba y deja un hueco en su lugar que es muy sencillo de percibir apenas hundiendo un dedo.
Para recomponer el tendón es necesario “bajar” la parte que subió con el corte y unirla con la inferior, lo que demanda una operación que deriva en un prolongado período de recuperación. Seguramente por eso la reacción de Gago fue tal. Y la de los médicos, en su afán de protegerlo, también.