En cada cancha de Rosario se observa una sombra que acompaña a los árbitros antes, durante y después de cada partido. Está atento a cada movimiento de los encargados de impartir justicia y siendo el ojo de águila entorno a los jueces. Todos (o muchos) los hinchas lo observan desde hace largos años ubicado a un costado de un campo de juego, pero su historia es prácticamente desconocida. Es uno más en el circo del fútbol y se podría asegurar, sin lugar a equivocaciones, que es el guardaespaldas de los referís. ¿De quién se trata? Del inspector Pablo Vicens, quien desde hace 25 años se encarga de cuidar a todos los jueces que llegan a Rosario con el fin de dirigir a algunos de los equipos de la ciudad. Y que en su juventud intentó ser futbolista jugando en el club Grandoli y también en Central Córdoba.
A Pablo (47 años) se lo observa cada vez que hay un encuentro en Rosario, ya sea en el Coloso Marcelo Bielsa, el Gigante de Arroyito, en el Olaeta o el Gabino Sosa. Es el hombre detrás de los árbitros que con intercomunicador en mano tiene la misión de cuidarlos. Una tarea que lleva realizando hace más de dos décadas. "Quise ser futbolista, jugaba de 7 y cuando estuve en Grandoli (donde jugó también Tom Arriola) después de los partidos me iba a la tribuna a verlo en acción a Lionel Messi. La rompía, era tremendo, una locura lo que jugaba", contó el agente en diálogo con Ovación dando a conocer la historia del hombre detrás de los árbitros.
Vicens es de zona sur, viene de familia de policías y al no poder dedicarse a su otro amor el fútbol por decantación estaba destinado que su carrera estuviera ligada a las fuerzas. "Tuve la posibilidad con el tiempo de vincularme al fútbol y como lo fui haciendo bien hace 25 años que me ocupo de los árbitros", relató el "guardaespaldas".
La tarea no sólo consiste en preservar la integridad física de los jueces que no tienen hinchada, sino también conservar una confianza ganada con el tiempo. Muchos compartieron momentos buenos y malos dentro y fuera de una cancha. La credulidad es lo que lo mantiene a la par de ellos generando incluso una amistad eterna. "La misión es cuidarlos desde que llegan a Rosario hasta que se van. Ni bien son designados me pongo en contacto, hablo con la gente del hotel donde se van a alojar y los acompañamos. En los clásicos muchas veces también me quedo alojado en el hotel", expresó.
A lo largo de tanto tiempo tuvo que transitar momentos complejos por el enojo de hinchas hacia los árbitros porque "la gente es muy pasional". Si bien siempre evitó alguna agresión a los hombres en cuestión, "uno de los instantes más difíciles fue cuando fuimos perseguidos. Por suerte no sucedió nada".
Vincens observó y vivió todo tipo de situaciones, además de compartir vestuarios con los árbitros en diversos momentos. Los alegres del equipo local son fáciles, no así cuando el resultado es adverso y los ánimos están caldeados. Igualmente, el inspector aclaró que en el caso de los dirigentes "nunca se produjeron instantes tensos. Siempre hubo buen comportamiento en todas las canchas".
>>Leer más: Qué es de la vida de Tom Arriola y lo que pudo ser: "No alcanza con jugar bien"
El uniformado es uno de los tantos que no puede decir de qué equipo es, más allá de que "con los árbitros bromeamos. Pero uno debe ser respetuoso de todos. Jamás alguien me va a ver con alguna camiseta o pantalón de algún equipo en mi vida diaria. Eso no sucederá jamás porque hay que mantener el respeto", sostuvo, aunque por supuesto que conserva instantes de su vida que jamás olvidará.
Con Diego Maradona, la foto más preciada
"Estar con Diego (Maradona) y que me firme una camiseta fue lo máximo", expresó entusiasmado Vicens, quien logró estar "con el más grande todos cuando dirigía a Gimnasia". El otro gran ídolo "es Ronaldinho. Un distinto", dijo, aunque enumeró a muchos otros futbolistas "a los que veo desde muy cerca" parado al borde del campo de juego y al lado de los bancos de suplentes.
>>Leer más: Historias en juego: a corazón abierto, Bricco dijo "no vi la luz" y relató vivencias en su profesión
El inspector Pablo Vicens es uno más del conjunto de árbitros que durante la semana o sábados o domingos vienen a Rosario a dirigir a algunos de los clubes, ya sea de primera o del ascenso. Es la sombra y el responsable de brindarles seguridad, algo que viene haciendo desde hace largas décadas sin sobresaltos. Por supuesto que en la antesala al clásico que se vendrá en pocos días, la atención siempre se redobla.