Diego Lagos llega al clásico con su juego en alza, al igual que el de Central
El volante fue uno de los más resistidos en el inicio del torneo. Contra Lanús recibió aplausos y ante Boca fue la figura. "Siempre estuve tranquilo", dijo. Las piezas en Central parecen ir acomodándose.
16 de octubre 2013 · 01:00hs
Las piezas en Central parecen ir acomodándose. De la misma forma el equipo. Pero el intento no resultó sencillo, en especial para algunos futbolistas en particular. Porque hay quienes gozan de una mayor banca por parte de los hinchas. Por citar un ejemplo, Carlos Luna convirtió en la primera fecha y después no pudo hacerlo más, pero la gente le sigue poniendo el hombro. De la misma forma hubo futbolistas a los que se les exige más y, sobre todo, se les marca mucho más los errores. Diego Lagos es uno de ellos. Titular indiscutido para Miguel Angel Russo, el delantero devenido en volante, tuvo que soportar varios partidos (jugados en un bajo nivel, tanto de él como del equipo, claro está) en los que el murmullo y la reprobación se tornaron en moneda corriente. "Yo siempre estuve tranquilo porque me entreno como el mejor y fuera de la cancha me cuido como el mejor", tiró el ex Lanús e Instituto, quien parece haber empezado a cambiar su imagen. El gol contra Lanús y el buen partido ante Boca (para Ovación fue la figura de la cancha) son una clara muestra.
Aquí vale hacer un alto en lo que tiene que ver con la confianza que el técnico tiene en él. Es que Lagos fue titular en diez de los once partidos disputados. Sólo faltó contra San Lorenzo, pero por lesión.
Tuvo partidos complicados, por debajo de lo esperado, aun cuando el equipo logró ganar. "En lo personal siempre me sentí bien dentro de la cancha. Las cosas no se dieron por distintas cosas, entre ellas porque no estábamos funcionando de la mejor manera como equipo", apuntó Lagos, quien no ocultó su pensamiento acerca de su levantada está íntimamente relacionada con el cambio de esquema al que apeló Russo en los últimos partidos. "La verdad es que me siento muy cómodo, tal vez porque estoy entrando más en contacto con la pelota, que es lo que necesitaba. Antes por ahí estaba un poco más abierto y no sólo me desesperaba, sino que corría de más. Más allá de eso creo que el grupo está más sólido y que estamos ganando más el medio", analizó.
La necesidad que tenía de hacer un buen partido y, especialmente, que la gente se lo reconociera quedó evidenciado en el choque ante Lanús. Después del gol que le dio el triunfo al equipo canalla, Russo lo sacó de la cancha (en su lugar ingresó Pol Fernández). Pareció una jugada por parte del DT para que el jugador recibiera ese mimo por parte del hincha. Sucedió. Los aplausos bajaron de las tribunas. Unos cuantos días después, en La Bombonera, el volante expuso su mejor versión. Su continua participación en el juego, el correcto trato que le dio al balón y hasta la participación en la jugada del gol de Abreu fueron motivos para que este diario lo catalogara como el mejor de la cancha.
¿Un premio al no haber bajado los brazos? "Seguro", tiró Lagos, aunque rápidamente agregó: "Tanto en lo personal como en lo grupal. Acá todos trabajamos para dar lo mejor y para que las cosas salgan".
El jugador hizo mención más de una vez al nuevo esquema. Por su sector y unos metros más adelante se mueve Federico Carrizo, prácticamente como un extremo, lo que hace que no sea él el encargado de llegar al fondo y tirar el centro, algo que a cualquier jugador condiciona también en el retroceso. "Seguro que me favorece porque me da una descarga. Me facilita saber que puedo darle la pelota y sumarme al ataque", dijo. Y casi entre risas agregó: "La verdad que es un poco un alivio".
"Hoy siento que el equipo está mejor y es por eso que las individualidades se notan un poco más", destacó Lagos, a quien el clásico lo encontrará nuevamente dentro del equipo, con el convencimiento y la convicción de siempre, pero con la grata sensación de saber que su juego viene en levantada.