Se terminó el período de pruebas. Central tuvo tres ensayos para tratar de llegar bien parado al relanzamiento de la Superliga. Un certamen que tiene como placentero puntero a Racing, que anoche fue el verdugo canalla en el amistoso marplatense. El elenco del Patón Bauza le puso punto final a la pretemporada bajo una fresca noche y con un manto de dudas en torno a lo que mostró en líneas generales. El próximo sábado deberá dar el presente en Parque de los Patricios para visitar a Huracán. Lo hará sin haber seducido en la previa de la hora de la verdad.
El orgullo de haber salido campeón de la Copa Argentina no se lo quitará nadie. Aunque el hecho de que se está rearmando tras la conquista del título no lo exonera de la realidad que lo envuelve. Central no arrancó bien el año. Está verde aún. Se percibe a simple vista.
Mostró poco contra Belgrano. Otro poquito frente a Sarmiento. Y anoche no fue la excepción en esta veraniega y siempre tentadora ciudad. No pasó vergüenza como aquella vez en el Cilindro de Avellaneda, claro está. No obstante, el representativo albiceleste hizo lo suyo en su momento y luego bajó un cambio porque su mente ya piensa en cuidar la quinta de la Superliga, donde es el patrón sin discusiones.
Los canallas ayer fueron bastantes intermitentes. Desde el juego hasta la puesta en escena. Fueron de menor a mayor, pero tampoco se pegaron la vuelta con todos los indicadores a su favor. Tendrán una semana intensa en pos de llegar más afinados al desafío con Huracán, que marcará el reinicio de la actividad oficial en el plano doméstico, donde tiene que recuperar terreno y acopiar puntos.
Desde lo futbolístico mostró algunas vetas puntuales. El doble cinco conformado por Rinaudo y Ortigoza no viene haciendo la diferencia pero tampoco desentona. Todo lo contrario. Hay una luz de esperanza. Fito y el Gordo pintan para ganar la batalla en su zona y nutrir al resto de los volantes, que siguen sin poder encontrar el camino a seguir.
Los extremos siguen siendo una cuota pendiente. Anoche probó otra vez con Diego Becker y Jonás Aguirre como ante Sarmiento. Los canteranos no convencieron. Mostraron ganas, pero con eso no basta para hacer la diferencia que necesita el equipo. Para colmo, esta vez Barrera mostró poco.
Tanto es así que Bauza dejó a Jarlan en el vestuario antes de encarar el complemento. Fue quizá como una especie de señal de lo que vendrá a corto plazo. Porque el colombiano es una incógnita para el reinicio del certamen ante el Globo debido a que mañana será inscripto en AFA y luego el volante deberá recibir la habilitación internacional. Resta saber si los tiempos se alinearán a su favor.
Por eso el Patón tal vez mandó al campo a Agustín Allione. Aunque el ex Palmeiras tampoco fue la solución inmediata. El entrenador hizo debutar a Claudio Riaño, quien mostró chapa como para tenerlo en cuenta. Pero más de eso no hubo. Al menos en este cierre de pretemporada.
Central tendrá desde mañana mismo el constante desafío de seguir buscando la puesta a punto que le permita encarar el tramo final de la temporada con otro temple. Con otra perspectiva. Está obligado a mejorar porque tiene materia prima. Será cuestión de que Edgardo Bauza logre ensamblar las piezas y las pueda hacer funcionar de una vez como todos los centralistas anhelan. Porque hay mucho en juego frente a sus narices.
La 8 y la 9 ya tienen dueño
Federico Carrizo se fue a Cerro Porteño de Paraguay y antes Marco Ruben a Atlético Paranaense. Y las camisetas vacantes fueron ocupadas rápido por los refuerzos. Y, claro, fue puesto por puesto. Agustín Allione se quedó con la del Pachi y Claudio Riaño con la del ex capitán. Y la pudieron lucir en cancha. Fueron al banco pero Riaño entró bien pisado por un inexpresivo Jarlan Barrera al inicio del complemento y tuvo el empate a los 87' pero la tiró solo por arriba. Y Allione ingresó promediando el complemento por Diego Becker, sin mucha influencia en el partido.