Un rendimiento hasta ahí, discreto de Central, para un resultado esperanzador, más allá del empate de esa última jugada que generó el lamento lógico. Pero en una instancia decisiva ese medio vaso vacío es fácilmente equiparable con el medio vaso lleno de un empate de visitante, con dos goles bajo el brazo, lo que habla del buen negocio que hizo el equipo del Kily en Venezuela.
La pasividad en el arranque de parte de Táchira hizo que Central pudiera imponer condiciones, manejar la pelota e intentar, generalmente por el carril izquierdo, desde donde salió el centro preciso de Blanco a la cabeza de Ruben. El testazo de Marco se fue cerca del ángulo. Pero de ahí en más la cosa fue distinta, porque Táchira empezó a avisar. En la primera que tuvo el pibe Romero metió una tapada estupenda ante Góndola.
Un trámite intenso, pero con posesión alternada hizo que el partido se abriera aún más. A Central le costaba generar a partir de los pies de Lo Celso, por eso buscó con sus volantes externos. En una de esas situaciones fue Zabala el que lo tuvo con un zurdazo desde afuera del área, que Varela envió al córner. Y trascartón el palo izquierdo de Romero que jugó para Central tras el zurdazo de Zalzman. Pero llegó esa trepada de Avila (hasta ahí algo frágil y algo displicente en la marca), el remate de lejos, el rebote de Varela y la aparición oportuna del Pupi Ferreyra, de derecha, para poner al canalla arriba y empezar a jugar el partido con otra cabeza, aunque las dudas en los pelotazos al área propia siguieron complicándolo. Fue extraordinaria la tapada otra vez de Romero, esta vez ganándole el duelo a Trejo después del tiro libre de Cova.
Lo bueno que había hecho Central en ese primer tiempo se desvaneció en el segundo, donde perdió la pelota, no generó y durante un largo tramo anduvo a remolque de un Táchira que lo superó y fue haciendo cada vez más importante a Romero. Pero en una el juvenil se equivocó, salió a destiempo en un tiro libre y Granados no perdonó entrando en el segundo palo, sin que Torrent pudiera inquietarlo.
Fue el tramo del partido en el que Táchira demostró más ritmo físico y mejor trato del balón, pero siempre demasiada liviandad a la hora de la definición. El respiro Central lo encontró recién en los minutos finales, con el Pupi Ferreyra como abanderado, y ya con la complicidad del pibe Marinelli, que fue quien en un arresto individual hizo que el canalla estuviera a un pasito de meterse el triunfo en el bolsillo. Pero no lo logró porque le quedaba una pelota aérea más por defender y volvió a hacerlo de mala manera. Almada no llegó y Angarita facturó.
Quedó la bronca porque era triunfo seguro y hasta más que triunfo, triunfazo. Pero ese ahogo del grito final no esmeriló por completo la sensación de un buen resultado igual.
Deportivo Táchira vs. Rosario Central [2-2] | RESUMEN | Octavos de Final | CONMEBOL Sudamericana
Síntesis
2 Deportivo Táchira: Varela 3,5; N. Hernández 5, Camacho 4,5, Trejo 5, y Granados 5,5; Cova 6 y Zalzman 4; Chacón 4,5 (78’ Fernández -), Pérez Greco 4,5 (73’ Angarita 6) y Góndola 6,5; L. Gómez 4 (57’ Uribe 5).
DT: Juan D. Tolisano (4-2-3-1).
2 Central: J. P. Romero 5,5; Torrent 4, Almada 4 , Ávila 5,5 (73’ N. Ferreyra 4,5), y Blanco 5,5; Zabala 4,5 ; Ojeda 5 (68’ Villagra 4,5), Lo Celso 4,5 y L. FERREYRA 7 ; Gamba 4 (80’ M. Dupuy -) y Ruben 4 (81’ A. Marinelli -).
DT: Cristian González (4-4-2).
La figura
A Amonestado
E Expulsado